La necesidad de la intervención de la AI en procedimientos como este ha sido ampliamente documentada en publicaciones científicas alrededor del mundo.
La cirugía ortognática es un procedimiento electivo que, en la actualidad, se realiza con un alto grado de exactitud. Su planificación minuciosa requiere garantizar la reducción del eventual margen de error entre el resultado y la proyección original a menos de 1 mm. Adicionalmente, suelen requerirse operaciones previas de tipo ortodóntico y complejos exámenes médicos con diversas orientaciones. La inclusión de herramientas basadas en inteligencia artificial en cada uno de estos procesos ha demostrado ser indispensable, al mejorar el desempeño de los especialistas que los llevan a cabo, así como sus tasas de éxito y efectividad.
Al respecto, Carlos Takahashi, reconocido cirujano maxilofacial egresado de la Universidad Autónoma de Guadalajara, enfatiza la necesidad de persistir en la actualización de estas tecnologías de vanguardia. “Originalmente nos basábamos en telerradiografías de perfil y modelos faciales notablemente imprecisos, comparados con las propuestas actuales. Con este progreso tecnológico, hemos logrado reducir la cirugía a una de mínima invasión, que aminora las complicaciones clínicas y estéticas, y también los tiempos de recuperación”, detalló.
La inteligencia artificial, basada en modelos de aprendizaje automático sobre bibliotecas de información contínuamente actualizadas y redes neurales para la computación cognitiva, interviene en clínicas pioneras como la del Dr. Takahashi (Ciudad de Guadalajara, México), en cada una de las etapas de la cirugía. Desde el diagnóstico diferencial de las necesidades específicas de cada paciente y la identificación de sus estructuras anatómicas a través de tomografías de haz de cono (CBCT) de última generación, hasta la simulación tridimensional en tiempo real del procedimiento quirúrgico, los médicos ven su quehacer agilizado en todo momento gracias al empleo de esta tecnología.
“Al implementarla desde el diagnóstico, tenemos acceso a una apreciación transversal del caso específico de cada paciente. Se nos ha facilitado incluso la evaluación prospectiva de su aspecto facial, resolver problemas colaterales como la apnea del sueño y prevenir eventuales contingencias relacionadas con la seguridad del procedimiento quirúrgico”, puntualizó Takahashi.
La necesidad de la intervención de la inteligencia artificial en procedimientos como este ha sido ampliamente documentada en publicaciones científicas alrededor del mundo. “Tenemos muy claro que en el corto y mediano plazo no va a reemplazar a los médicos. Es más bien una herramienta, que nos permite ayudar de forma más eficaz a nuestros pacientes”, finalizó el cirujano.