Además de ser una excelente herramienta para incrementar la productividad de los colaboradores, la IA puede convertirse en uno de los grandes enemigos de los seres humanos, Gracias a ella incrementará el riesgo de que los derechos fundamentales sean violados y que las tensiones entre países sean más fuertes.
La Inteligencia Artificial (IA) no es una herramienta nueva, sin embargo, desde 2021 las personas pudieron comenzar de forma abierta su poder gracias a la llegada de ChatGPT. Miles de profesionales, estudiantes, adultos y niños comenzaron a disfrutar de sus capacidades.
Sam Altman le entregó a los humanos la capacidad de preguntarle cualquier cosa a un ordenador y obtener respuestas instantáneas. Es cierto, el mundo comenzó a familiarizarse con las alucinaciones y con otras fallas en su sistema. Pero, los beneficios siguieron siendo mayores.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), casi el 40 por ciento del empleo mundial está expuesto a la IA. Esto tiene dos significados. El primero, es la apertura con la que distintas organizaciones reciben a la tecnología. Sin embargo, el organismo también explica un aspecto negativo:
“En las economías avanzadas, alrededor del 60 por ciento de los empleos pueden verse afectados por la IA, esto mejoraría la productividad. Pero sus aplicaciones pueden ejecutar tareas clave que actualmente realizan los humanos, lo que podría reducir la demanda laboral”.
En otros campos, el uso de la Inteligencia Artificial también tiene ventajas y desventajas. Uno de los que más preocupa a los académicos actualmente es la forma en la que podría contribuir al desarrollo de tensiones globales importantes.
Edward Geist, investigador de políticas en RAND, admite que si bien, la IA fue desarrollada con el fin de ayudar al desarrollo económico, científico y humano, la velocidad con la que se desarrolla actualmente genera tensiones entre los países más poderosos del mundo.
Además, China, Estados Unidos, la Unión Europea, Corea del Norte, Israel y otras naciones analizan su gran potencias en el desarrollo de armas militares.
“Aunque la IA tiene usos pacíficos, al igual que la tecnología nuclear, los riesgos de un uso indebido podrían ser graves”.
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Amnistía Internacional, una organización encargada de proteger los derechos humanos, alertó que, los cambios drásticos que presenta la IA de presentan en un terreno fértil para el racismo, la discriminación y la división en un año histórico para las elecciones públicas.
En su Informe anual 2024: El estado de los derechos humanos en el mundo, añadió que es probable que el colapso del Estado de derecho se acelere con la IA.
“Con el dominio de las grandes tecnologías, el mundo corre el riesgo de una ‘sobrealimentación’ de violaciones de derechos humanos si la regulación sigue rezagada. avances”.
Los gobiernos de algunas naciones han desarrollado distintos proyectos para regularizar el diseño y uso de la nueva tecnología. En marzo de 2024 el parlamento de la Unión Europea aprobó Ley de Inteligencia Artificial.
“Su objetivo es proteger los derechos fundamentales, la democracia, el Estado de derecho y la sostenibilidad ambiental frente a la IA de alto riesgo”.
Esto fue un logro histórico para los gobiernos en todo el mundo. Por fin, un grupo de naciones habían establecido el primer marco regulador mundial que deben respetar empresas tan populares como OpenAI.
No obstante, Amnistía Internacional advirtió que este esfuerzo no es suficiente.
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Mher Hakobyan, asesora de Amnistía Internacional en materia de IA, dijo que la nueva legislación europea no tiene en cuenta los principios básicos de derechos humanos.
También lamentó que los 27 estados miembros de la Unión Europea, al momento de diseñar este marco, decidieron priorizar el interés de la industria. Esto significa que la protección de las personas y sus derechos humanos pasó a segundo plano.
“La Ley de IA ofrece sólo protecciones limitadas a las personas afectadas y marginadas. No prohíbe su uso imprudente y al mismo tiempo no garantiza la igualdad de protección a los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo”.
El FMI en otro de sus análisis explica que la IA podría hacer más evidentes las diferencias entre los países ricos y pobres. La principal razón es que se trasladarás más inversiones a economías avanzadas donde la automatización ya está establecida.
A su vez esto podría tener consecuencias negativas para los empleos en los países en desarrollo y amenazar con reemplazar su creciente fuerza laboral.
“Para evitar esta creciente divergencia, las autoridades de las economías en desarrollo deberán tomar medidas para mejorar las habilidades de los trabajadores”.
El estudio demostró que la divergencia entre las economías en desarrollo y las avanzadas puede ocurrir a lo largo de tres canales distintos:
La visión que el FMI ofrece al mundo es muy realista y evita caer en escenarios engañosamente positivos. Es probable que el panorama sea mucho más desafiante para los países en desarrollo que esperaban obtener altos dividendos de una transición demográfica tan esperada.