Si eres un jefe tóxico o padeces a un jefe tóxico puedes encontrar caminos para lograr un liderazgo más integral y un trabajo en equipo más armónico y productivo. ¿Cómo? Desarrolla tu lado femenino. Aquí te digo cómo.
David era el típico jefe tóxico. Era autoritario con su equipo, no escuchaba propuestas, imponía sus ideas, se enojaba todo el tiempo cuando “no cumplían” sus órdenes. Todo tenía que ser conforme él lo pensaba, desde su perspectiva.
Los días pasaron y el ambiente en su equipo se fue deteriorando cada vez más. La atmósfera de trabajo se volvió insostenible. Empezaron los enfrentamientos abiertos en contra de su manera de liderar y aumentó la rotación del equipo, pues pocos aguantaban trabajar para él.
Muchos se quejaban de él, mientras otros cayeron enfermos ante el nivel de estrés y presión, lo que aumentó el ausentismo.
Por si fuera poco, David invitó a una trainee a cenar: “Así platicamos sobre tu crecimiento en la compañía”, le dijo.
El tipo de liderazgo de David desencadenó muchos problemas y provocó que el equipo no alcanzara sus objetivos de corto, mediano y largo plazos.
La cultura tóxica está impulsando la gran renuncia
Todo explotó una mañana, cuando Mariana se acercó a David para pedirle permiso para llevar a su hijo al médico. Su respuesta no se hizo esperar:
“Tu prioridad debe ser tu trabajo. Dile a tu mamá que se encargue. ¡Por eso tu hijo no tiene papá!”
Mariana se sintió sobrepasada ante los gritos e insultos, y renunció a la empresa, lo que, por fin, hizo entender a David que él era el problema. Fue demasiado tarde porque dos empleadas lo denunciaron por acoso y maltrato. David fue despedido de su puesto.
La historia de David no es un hecho aislado, sino todo lo contrario: se ha vuelto lo más común en los ambientes laborales de empresas en todo el mundo, causando estragos en las organizaciones.
Cuando hay jefes en lugar de líderes una empresa corre el riesgo de frenar su crecimiento. Un jefe tóxico es un mal que acaba con 40% de la productividad de las empresas, es causa de 80% de las renuncias y es culpable de la fuga de talentos en decenas de compañías, según un estudio presentado por el sitio Trabajando.com México.
Las largas jornadas, los liderazgos inadecuados y la sobrecarga de trabajo son algunas causas del estrés laboral. De hecho, 6 de cada 10 trabajadores en México han padecido estrés laboral durante la pandemia, de acuerdo al estudio Estrés Laboral en México, realizado por la Asociación de Internet MX.
La verdad es que a todos nos ha pasado una situación similar: hemos padecido jefes tóxicos o, incluso, hemos sido líderes tóxicos.
Pero hay una solución para este liderazgo tóxico al alcance de nuestra mano: explorar y desarrollar el lado femenino que todos tenemos.
¿Autoritarismo, imprevisibilidad, narcisismo, autopromoción, supervisión excesiva? ¿Te suena? Son algunos de los rasgos de los jefes tóxicos. Son líderes que sólo quieren que todo se haga “a su manera”, son personas autoritarias e irritables que minimizan e ignoran a sus colaboradores, culpan a los demás y evaden responsabilidades.
Este jefe tóxico genera un ambiente tóxico que desemboca en el agotamiento y quema emocional de los equipos.
¿Dónde encontrar una solución a este liderazgo tóxico? ¿Cómo ser un líder más integral o ayudar a tu jefe a ser menos tóxico?
La respuesta está dentro de nosotros mismos si exploramos nuestro lado femenino. Un estudio realizado en noviembre de 2015 por ‘PNAS’, cuyos autores analizaron más de 1,400 cerebros humanos, concluyó que no existe un cerebro masculino ni uno puramente femenino: pese a haber características anatómicas determinadas por el sexo, el cerebro de cada uno es, en realidad, como un puzle formado por piezas femeninas y masculinas.
Betina Rama, consultora especializada y autora del libro Liderazgo Femenino, asegura que algunos de los rasgos del liderazgo femenino que ayudan a combatir el liderazgo tóxico son: orientación en las personas, tendencia a la cooperación, capacidad de actuar en muchas direcciones, conducción horizontal, predominio de lo emocional y mayor predisposición al cambio.
Por eso el hombre líder puede transformar su liderazgo si integra y acepta sus rasgos y parte femenina. Aquí te digo cómo hacerlo:
Hoy, más que nunca, como dice Betina Rama, “las empresas necesitan las características de colaboración, empatía, sensibilidad y consenso que se asocian más con lo femenino”. ¿Estás listo para integrar tu lado femenino en tu liderazgo y ser parte del cambio en tu empresa y en el mundo?
PD. En Pausas te acompañamos y guiamos para transformar tu cultura organizacional a una cultura colaborativa sostenible.
El 5 de abril se celebra el Día Mundial de la Conciencia, una fecha promulgada por la ONU en 2019, y que consiste en promover una conciencia global en el mundo, más allá de acuerdos políticos o económicos.
La ONU pide a gobiernos, agentes sociales y a la sociedad en general que fomenten una Cultura de Paz con Amor y Conciencia para proteger a la humanidad de las guerras y conflictos y que actúe con valores de justicia, democracia, solidaridad y derechos humanos.
David Deida ha escrito mucho respecto a la masculinidad y en su libro The Way of the Superior Man explora los temas más importantes en la vida de los hombres, desde la carrera y la familia hasta su relación con las mujeres y la intimidad desde una perspectiva de amor y espiritualidad.
En este libro ofrece una guía práctica para vivir una vida masculina de integridad, autenticidad y libertad. Muy recomendable para ahondar más en este tema de la masculinidad sana que integra su parte femenina.
¡Gracias por leerme y espero poderte acompañar en este camino del bienestar!
Con amor,
Rosa León
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