Trump 2.0, Manifest Destiny, y el Dilema de México

Trump está empoderado por haber ganado el voto popular, y ese será su mayor argumento a lo largo de su presidencia.
El próximo lunes, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, tomará posesión por segunda ocasión.
A diferencia de su primera toma de posesión en el 2017, esta vez los medios de comunicación no cuestionarán si las imágenes son falsas o si el número de personas en asistencia es exagerado.
Esta vez será diferente e inequívocamente, será un lleno total. En el 2017, la mayoría de las personas que atendieron el evento eran simpatizantes extremos, personas que en ese tiempo se consideraban “deplorables”.
Se hablaba de la interferencia electoral de Rusia, de que Trump no había ganado la mayoría del voto popular, y de que había ganado la elección porque su matemática de votos del colegio electoral había sido acertada, pero no representaba a la mayoría de la población.
El próximo 20 de enero, Donald Trump declarará que tiene un mandato del pueblo, que la mayoría del país votó por él y no pondrá ninguna excusa para implementar su agenda social, planes económicos, deportaciones masivas, reformas gubernamentales y cortes presupuestales.
Este Donald Trump 2.0 y su equipo de trabajo no son los mismos novatos que nunca pensaron en ganar la elección, que se aturdían ante cualquier controversia, y que eran criticados por cualquier propuesta de política pública.
Trump está empoderado por haber ganado el voto popular, y ese será su mayor argumento a lo largo de su presidencia.
Su equipo de trabajo es más leal que nunca, y todos están conscientes de las consecuencias por interponerse a sus planes o agenda política.
Si no pregúntale al exvicepresidente Mike Pence, o a los exprocuradores de justicia, Jeff Sessions y Bill Burr – cuyas carreras políticas hoy en día son inexistentes.
El Partido Republicano controla la cámara de diputados, el Senado, la Casa Blanca y la Suprema Corte de Justicia. No hay nada, ni nadie, que se pueda oponer a Donald Trump.
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La realidad alterna del Partido Demócrata
El Partido Demócrata se encuentra en un proceso de reforma forzada. Nunca se imaginaron que podrían perder esta elección, y hasta hace unos días se reportó que el presidente Biden aún piensa que podría haber derrotado a Donald Trump si se hubiera quedado en la contienda. Es increíble.
Los líderes demócratas viven en una realidad alterna en la que su mensaje público sigue siendo el mismo desde que perdieron las elecciones: “tenemos que estudiar en qué fallamos”.
Es cierto que Kamala Harris no tuvo suficiente tiempo para correr una campaña más efectiva, pero la realidad es que a los demócratas les hace falta liderazgo y visión.
El rumor es que Kamala Harris regresará a California y se postulará para gobernadora. En mi opinión, no gana esa elección. El Partido Demócrata necesita un líder que no emerja de los rangos políticos, y ojalá lo encuentren pronto.
Una sensación postapocalíptica
Desafortunadamente, en esta era de consumismo digital, el votante americano está más atrincherado en su cámara de eco que nunca. Solo existen dos mentalidades políticas – a favor de Trump o en contra de él.
Los medios de comunicación partidistas, Fox News y MSNBC, ya tienen sus narrativas definidas para el día de la inauguración.
“¡Este es el día más histórico para este país desde que George Washington fue elegido presidente!”, dirá Fox News. “¡Hoy muere la democracia!”, dirá MSNBC.
Lo que nadie expresa es que existe un nivel de ansiedad por lo que vendrá durante esta nueva era Trump 2.0. Es como si anticipáramos una explosión nuclear y estamos resignados a vivir en las ruinas del Apocalipsis.
En la comunidad Latina, esta ansiedad se debe a las redadas contra inmigrantes indocumentados que se vendrán casi de inmediato.
Tristemente, eso es precisamente lo que los votantes eligieron. La victoria de Trump fue demasiado amplia para argumentar lo contrario. Los votantes eligieron un cambio, y quieren ver resultados inmediatos.
Adiós a la lógica
Mark Zuckerberg anunció que Meta (Facebook) dejará de utilizar verificadores de hechos para filtrar el contenido en sus redes. Con eso, marcó el fin de una era política en la que la lógica era el factor predominante. Como en las redes sociales, lo que ahora predomina es la gratificación instantánea, y como consecuencia, la polarización.
Esto representa un verdadero peligro para la sociedad y para la democracia.
En 2016, Trump rompió el molde con su audaz uso de Facebook y otras plataformas para promulgar desinformación, teorías de conspiración, y odio racial. Creó su “brand” político basándose en esas controversias, y, aun así, fue reelegido.
Antes de esta elección se hablaba mucho de que el uso de la Inteligencia Artificial (videos o voces) en propaganda política sería un verdadero problema, pero no fue así. El impacto más grande que la tecnología tuvo en esta elección fue el apoyo de Elon Musk hacia Trump y el adoctrinamiento de los “Tech Bros”.
Malas noticias para México
Donald Trump cree que se merece un lugar entre los mejores presidentes de la historia de Estados Unidos.
Sus recientes declaraciones y aparente estrategia de relaciones diplomáticas sugieren que está obsesionado con asegurar una expansión territorial y que ese hito le asegurara su lugar como el mejor presidente de la historia.
Trump cree en “manifest destiny” o “destino manifiesto” – la idea de que Estados Unidos estaba destinado a expandirse por América del Norte y difundir la democracia y el capitalismo.
Estas son malas noticias para México, Groenlandia, Panamá, y hasta Canadá. Siendo estos los países que se encuentran en el ojo del huracán y son más frecuentemente vinculados con declaraciones exuberantes y en ocasiones incoherentes del futuro presidente, incluyendo amenazas de posibles invasiones.
Esto le pone un enfoque protagónico al rol de su futuro secretario de estado (el equivalente al secretario de relaciones exteriores), el senador de Florida, y niño maravilla del Partido Republicano, Marco Rubio.
A diferencia de otras nominaciones para su gabinete o jefes de agencias federales, Marco Rubio sí será confirmado como secretario de estado.
Tiene un récord de haber trabajado con sus colegas demócratas en legislaciones importantes como la reforma migratoria, y nadie cuestiona de su experiencia como vicepresidente del Comité Selecto de Inteligencia del Senado y como miembro de alto rango del Comité de Relaciones Exteriores.
Marco Rubio ha declarado públicamente su disgusto por las políticas y tendencias “socialistas” del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, Claudia Sheinbaum y Morena.
Rubio es una persona que cree en el uso del poder militar de Estados Unidos, y ha sido fundamental para moldear la definición del terrorismo doméstico e internacional y ha expresado su preocupación por la amenaza que presentan los carteles del crimen organizado en México a la seguridad nacional de Estados Unidos.
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Una relación fracturada
La relación entre México y Estados Unidos está fracturada. En vez de celebrar que México se ha convertido en el socio comercial más grande de Estados Unidos y utilizar ese vínculo para fortalecer ambas economías, ambos países han tomado posturas diferentes.
Esta relación económica de ambos países fue una noticia con poco apogeo. No fue hasta que Trump anunció los posibles aranceles, de hasta un 25 por ciento a bienes mexicanos, que los medios de comunicación en Estados Unidos empezaron a tomar en cuenta la importante contribución de México al bienestar y la estabilidad de la economía estadounidense.
Los temas más importantes para Donald Trump en relación con México son la inmigración y el tráfico de fentanilo (la guerra contra el narcotráfico).
Ambos temas están relacionados. “Si no detienes el flujo de inmigrantes en tu frontera sur, te aplico aranceles” y “si no detienes el flujo de fentanilo, te invado”.
Es ahí donde México debe proceder con cautela, y la palabra “terrorismo” será clave. El consumo de fentanilo en Estados Unidos es realmente alarmante, y al mejor estilo americano, Trump buscará cualquier pretexto para utilizar fuerza militar o militarizar la frontera y declarar victoria.
En el ambiente político nacional dominado por una mentalidad Trumpista, México es percibido como un estado al borde de la ley e impotente ante el crimen organizado.
Las noticias de masacres, uso de carros bomba, drones con explosivos, y las imágenes de carteles armados con vehículos militares solo agravan esa percepción.
Estas imágenes le dan el pretexto perfecto a Trump para aplicar “manifest destiny” y categorizar a los carteles como organizaciones terroristas. Esto es un grave dilema para México. México es un país soberano y defenderá sus derechos a toda costa.
Lo que México no puede hacer es ponerse a discutir el tema con clases de historia, como lo hizo Claudia Sheinbaum.
La cartulina con el mapa de México de 1842 y decir “América Mexicana” en su mañanera es un insulto a la inteligencia.
Y aunque en su informe de sus primeros 100 días de gobierno haya dicho que la relación entre ambos países será buena y con diálogo, eso no significa que Estados Unidos tome la misma postura.
