México entró oficialmente en la lista de países que estudian el lanzamiento de una moneda digital de banco central (CBDC) y se le clasifica en la etapa de investigación en el registro mundial.
El Banco de México comenzó a hablar de lanzar una moneda digital propia en abril de 2021. En aquel momento, pocos medios reportaron lo dicho por el entonces gobernador Alejandro Díaz de León.
No había mucha atención en el tema. Ya en diciembre del mismo año, y a punto de dejar el cargo, Díaz de León hizo una declaración más concreta: Banxico buscaría lanzar una moneda digital de banco central (CBDC) en 2024.
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El asunto fue ratificado por su sucesora, la gobernadora Victoria Rodríguez Ceja, quien ofreció un plan más detallado en abril pasado, aprovechando para recorrer la fecha meta para 2025.
México entró oficialmente en la lista de países que estudian el lanzamiento de una moneda digital, y se le clasifica en la etapa de investigación en el registro mundial que hace sobre el tema cbdctracker.org.
Más de 100 países tienen algún proyecto en marcha, por lo que vale la pena definir exactamente qué es una CBDC y cuáles son sus diferencias respecto de los criptoactivos.
Aunque están inspiradas en criptomonedas como Bitcoin, los CBDC son fundamentalmente diferentes, y pueden ofrecer un interesante número de oportunidades a los Estados para democratizar el acceso a servicios bancarios, eficientizar el costo y seguridad de las transacciones financieras e incluso añadir algunos servicios adicionales, como el propio Banxico lo declaró en abril pasado.
Sin embargo, los CBDC son una nueva forma de las monedas Fiat, como se llama en el mundo cripto al dinero emitido por los países del mundo, serían una extensión de la divisa tradicional de determinado país.
Incluso, podría fácilmente formar parte del agregado monetario conocido como M1, que incluye los billetes y monedas físicos. Igualmente, una CBDC sería emitida, gestionada y verificada por el Banco Central y estaría sujeta a las mismas políticas monetarias que decide cada país. Es decir, la suerte de un euro en billete y un equivalente en moneda digital sería la misma en los mercados.
Esto le gusta a los bancos centrales, por supuesto, la gran mayoría de los cuales no tiene interés en perder su control sobre todos los activos financieros, digitales o no.
Es más, incluso por las mejores razones, las CBDC podrían aumentar su control sobre el dinero de forma más centralizada, aún sin la ayuda del sistema bancario tradicional. Esto es, de inicio, algo que criptoactivos como Bitcoin buscaban evitar.
La teoría detrás del surgimiento de muchos criptoactivos pasa necesariamente por las finanzas descentralizadas (DeFi). El modelo de Bitcoin planteó el uso de la tecnología blockchain para que ninguna autoridad pública o privada ejerciera las funciones exclusivas de validación de las transacciones, ni el respaldo del valor de la criptomoneda.
Los usuarios mismos serían los validadores de cada transacción, gracias a una tecnología de encriptación que impide la duplicación de operaciones o la falsificación de criptodivisas.
Esta misma característica dejaría a Bitcoin fuera de las políticas monetarias de países y gobiernos, quienes no podrían decidir “imprimir” más unidades de ésta. De hecho, al anunciarse el número determinado de bitcoins que podrá existir por diseño (un máximo de 21 millones), sin posibilidad de ampliarlo nunca más, la criptomoneda tendería (en teoría) a conservar mejor su valor, lo cual la convertiría en intrínsecamente antiinflacionaria.
Es difícil pensar en un Bitcoin capaz de conservar su valor en estos momentos, con la caída de los criptoactivos en general. Sin embargo, la descentralización y la independencia de los bancos centrales sigue siendo la principal diferencia frente a las CBDC.
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Incluso, para algunos analistas las CBDC no harían sino aumentar el control de los gobiernos sobre el dinero que utiliza la gente. Imagina una de estas escenas de serie policiaca, en donde el perseguido es ubicado rápidamente gracias a su uso de una tarjeta de crédito a 1,000 kilómetros de distancia.
Para los más críticos, las CBDC equivaldrían a que el gobierno supiera dónde estás y en qué gastas, todo el tiempo. En países democráticos, se argumenta, esto podría prevenirse con un marco legal actualizado para la protección de datos personales.
Por el momento, sólo dos países han lanzado formalmente una moneda digital de banco central: Nigeria y Bahamas. Sin embargo, China, Rusia, Canadá, Francia, Sudáfrica, Arabia Saudita y Uruguay ya se encuentran en la fase de programa piloto.
A pesar de ir adelante en su desarrollo, Canadá aún discute ampliamente sobre las múltiples ventajas y desventajas de una CBDC, y no parece haber todavía decidido nada sobre su conveniencia.
Para los investigadores del Banco de Pagos Internacionales (BIS) las CBDC serán el futuro del sistema financiero global. Otros ven un modelo de criptoactivos creados por empresas privadas, en donde dominen las DeFi, muchos ven una coexistencia entre criptoactivos y CBDC.
El mundo sigue decidiendo cuál es el mejor camino al respecto.
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