No hay duda de los beneficios que la infraestructura neutral puede traer para reducir la brecha digital, sin embargo, aún existen grandes retos en inversiones y barreras regulatorias.
En mi entrada pasada hablé sobre el papel clave que tiene la fibra óptica para que los servicios de internet lleguen a todas las personas. En esta ocasión quiero abordar más sobre la infraestructura neutral, que es un modelo fundamental para el avance de la cobertura digital.
Sabemos que hoy en día existe una gran demanda de servicios de conectividad a nivel mundial, ya sea de parte de los usuarios, de las compañías o de las grandes ciudades que necesitan estar siempre en línea y funcionando. No hay duda, de que estamos ante una nueva era en la que la conexión a internet es fundamental en cualquier lugar del planeta.
Para hacer frente a estas necesidades de conectividad y digitalización para las que se necesitan redes con mayor capacidad, la fibra óptica se ha vuelto la opción clave para las telecomunicaciones, ya que por esta vía se transmiten grandes cantidades de datos a mayor velocidad, con menor latencia y con mejor seguridad.
Acceso a internet de fibra óptica, ¿cómo va México y qué retos existen?
Sin embargo, el despliegue actual de fibra aún no es suficiente para satisfacer las demandas de conexión; para lograrlo, en los últimos años se ha apostado por un modelo de infraestructura compartida o redes neutrales.
¿Cuáles son las ventajas de la infraestructura compartida?, es un modelo muy atractivo por los beneficios que les brinda a los operadores de servicios de internet y telefonía, tales como el acceso a infraestructura de fibra óptica sin la necesidad de realizar inversiones CAPEX, reducción de costos, disponibilidad de red inmediata y la entrada a nuevos espacios geográficos.
Por otro lado, la compartición de infraestructura ha permitido un aumento en la cobertura de internet, ha reducido la concentración del mercado y habilitado la competencia y ha ayudado a disminuir los precios de los servicios de conectividad, de acuerdo con un estudio del Banco Mundial.
En nuestro país, este modelo de negocio está en crecimiento impulsado por factores como el aumento de tráfico en la red, el despliegue de la red 5G y la llegada de hiperescaladores, centros de datos y empresas internacionales, que han instalado sus operaciones en el país principalmente en zonas como el Bajío y el norte.
Pero, más allá, la compartición no sólo es en infraestructura de fibra óptica, sino que también es posible en instalaciones como las antenas de telefonía – donde ya hay un gran avance- o en el espectro radioeléctrico, donde se puede ayudar a reducir los costos del uso.
Además de la infraestructura compartida entre telcos, también es posible la compartición de infraestructura de telecomunicaciones con otros servicios públicos como son carreteras, vías férreas, sistemas eléctricos e incluso agua.
Fibra óptica, el verdadero habilitador de 5G
Este tipo de compartición de infraestructura pasiva tiene muchas ventajas, una de las principales es que puede ayudar a disminuir los costos.
Por ejemplo: del prepuesto para la instalación de una red troncal de fibra óptica, el 80 por ciento se gasta en la obra civil para soterrar el cable, en cambio sí se colocaran ductos para cable durante la construcción de una carretera, el costo de la construcción solo incrementaría 1 o 2 por ciento, de acuerdo con Deloitte, y se evitaría el gasto de las obras civiles en el sector telco, un gran ahorro.
Actualmente, uno de los países en la región que ha avanzado en este modelo es Colombia, que hace algunos meses definió un marco normativo para el uso compartido de elementos de infraestructura pasiva entre la industria de telecomunicaciones con otros sectores productivos como el de energía, el de transporte masivo, las carreteras y el mobiliario urbano.
Con esta iniciativa el país busca ayudar a las telcos a acelerar el despliegue de redes para expandir la cobertura de servicios como el de telefonía e internet de banda ancha para toda su población.
Creo que no existe duda de los beneficios que la infraestructura neutral puede traer para el avance de la conectividad y reducir la brecha digital, sin embargo, aún existen grandes retos en inversiones, proyectos y barreras regulatorias que tanto el sector privado como el gobierno deben atender en conjunto.