A veces es como un susurro, otras como un grito desesperado, pero tu cuerpo te habla todo el tiempo. ¿Qué te dice? ¿Lo escuchas? ¿Le haces caso? ¿Qué puede pasar cuando lo ignoras?
Todo a mi alrededor se puso negro. La angustia se me enredó en el cuello y empezó a apretar cada vez más fuerte. El corazón retumbó desbocado. No podía respirar. No lo sabía entonces, pero estaba en medio de un ataque de ansiedad.
Aquel mediodía de julio de 2012, salí como pude de la redacción del periódico donde trabajaba hacia la zona donde estaban las máquinas de la imprenta, vacía a esa hora. Sentí que el piso desaparecía a mis pies, todo daba vueltas y estuve a punto de desmayarme.
MIT SMR México se financia mediante anuncios y sociosTe cuento esta vieja historia porque hoy me acordé de ella durante una sesión de Mindfulness without borders con Ángel López, educador socioemocional, profesor de Mindfulness y experto en gestión de estrés y ansiedad.
“El cuerpo te habla todo el tiempo y, si no le escuchas, te arma un lío, te hace berrinche, como lo hacen los niños, hasta que le haces caso”, dijo Ángel en la sesión.
Eso fue lo que me pasó aquella tarde con el ataque de ansiedad en el periódico: pasé meses sin escuchar las señales que me daba mi cuerpo de cansancio y estrés crónicos, los focos rojos de angustia, las noches en vela, las preocupaciones atoradas en el pecho, sin hablarlas con nadie, sin desahogarlas. Hasta que el cuerpo estalló.
¿Te resuena esto que te cuento? ¿Has pasado por algún momento de angustia? ¿Has vivido un ataque de ansiedad? No vayamos tan lejos: seguro que un día, de repente, te descubres con una contractura de espalda que lleva ahí meses y no le has hecho caso, o caes en cuenta que llevas días con un dolor de cabeza y sigues en tu carrera diaria.
A todos nos pasa en esta vida tan aprisa que no le hacemos caso a lo que nos susurra o nos grita el cuerpo. ¿Por qué? Porque, entre otras cosas, el mundo actual le da demasiado valor a lo que nos dice la mente. Pero es un grave error porque no se puede colaborar ni liderar ningún proyecto cuando tú no estás bien.
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Lo que nos dice la mente puede estar lleno de mentiras porque eso que piensas está enmarañado de miedos, inseguridades, prejuicios y de la permanente necesidad de cumplir con las expectativas de los demás y las tuyas propias.
Pero el lenguaje del cuerpo es diferente porque está libre de todo este “ruido” que la mente sí tiene. “El cuerpo nunca miente”, dice la psicoterapeuta y analista junguiana Alice Miller.
Si aprendes a escucharlo, el cuerpo puede ser tu gran aliado al tomar decisiones y liderar tu vida:
“El cuerpo tiene un lenguaje propio y hay que aprender a escucharlo. A menudo nos habla a través de la enfermedad, el dolor o la fatiga, recordándonos la necesidad de cuidarnos y reequilibrarnos”, dice Deepak Chopra.
Así que la próxima vez que tu cuerpo te susurre o te grite algo, ¡escúchalo! Podría, incluso, salvarte la vida.
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