Nada ni nadie puede garantizar la supervivencia de una empresa en los próximos 25 años, pero es seguro que muchas de las que sobrevivan compartirán la Adaptación, el Propósito y la Interdependencia.
La Unión Europea recomendó a sus ciudadanos estar preparados para afrontar situaciones de emergencia inesperadas.
La sugerencia de armar un kit de supervivencia para 72 horas generó titulares y memes por igual. Sin embargo, el apagón masivo en España y Portugal mostró que, tal vez, no era tan mala idea.
MIT SMR México se financia mediante anuncios y sociosTransitamos tiempos marcados por la incertidumbre y la vulnerabilidad. Las empresas, lejos de estar al margen de ello, forman parte de este escenario que cambia y nos sorprende casi a diario.
Y aunque no existen kits de supervivencia para ellas, sí hay rutas que pueden guiarlas hacia una larga vida, o lo que es lo mismo, hacia la sostenibilidad (hasta el año 2050 o más allá).
Una de ellas —por insólito que parezca— es el milenario Camino de Santiago, donde las huellas de millones de peregrinos, de los últimos mil años, pueden ayudarnos a imaginar cómo las empresas pueden andar en estos tiempos.
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Los peregrinos medievales salían de sus casas hacia el Finis Terrae (el fin de la tierra. Atravesaban caminos y territorios hostiles, con climas cambiantes y culturas desconocidas. Adaptarse era la única forma de llegar.
Hoy en día, no vivimos una época de cambios; se trata de un cambio de época.
La versión más extrema del presidente Trump lo confirma: este sistema está muriendo mientras que uno nuevo emerge, con disrupciones climáticas, tecnológicas, geopolíticas y sociales.
¿Sobrevivirán entonces las empresas más fuertes? No, sobrevivirán aquellas que mejor se adapten al cambio.
Patagonia, la firma de ropa para actividades al aire libre, lo entiende bien. A lo largo de sus 50 años, se ha adaptado a un mercado cambiante y evolutivo.
Su fundador, Yvon Chouinard, ha guiado el rumbo de la empresa inspirado por su amor a la naturaleza.
Con ello, no sólo han resistido las crisis, sino que han sabido reinventarse sin traicionar sus valores.
Este caso demuestra que adaptarse a través de un propósito social y ambiental es más rentable y resiliente que resistirse al cambio.
El objetivo de la peregrinación era llegar a la tumba del apóstol Santiago en Compostela. El propósito daba sentido a las dificultades y los sacrificios que atravesaban las personas. ¿Qué demanda este tiempo a las empresas para que puedan superar las mayores dificultades?
Así como la peregrinación era una forma de regeneración espiritual, los tiempos que vivimos ahora demandan a las empresas un propósito más allá del lucro.
Las organizaciones tienen la oportunidad de contribuir para crear una nueva economía más inclusiva, equitativa y resiliente: un propósito conectado con la vida, con la regeneración social y ambiental.
Es por ello que las empresas deben reconocerse a sí mismas como organismos en constante cambio que pueden hacer de la vida, su maestra.
Para ello, el Camino de Santiago nos enseña cómo crear condiciones que favorezcan la pervivencia en el tiempo.
Tal es el caso de Natura, la multinacional brasileña de cosméticos que construyó su modelo de negocio sobre un propósito de regeneración de la biodiversidad y el empoderamiento de las mujeres y de comunidades indígenas.
Su éxito demuestra que es posible generar valor económico mientras se protege lo que da origen a ese valor: la vida misma.
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Durante mucho tiempo, el Camino de Santiago fue una ruta peligrosa, donde la supervivencia dependía de generar alianzas para resistir asaltos, defenderse de las fieras o sobrevivir a las inclemencias climáticas. Nadie llegaba en solitario.
Lo mismo aplica para las empresas hoy en día. Sus decisiones afectan —y son afectadas por— clientes, proveedores, colaboradores, comunidades y hasta su competencia.
La palabra “stakeholder”, que apenas figuraba en la toma de decisiones hace 20 años, ha dejado de ser un tecnicismo para ocupar el centro de una nueva manera de entender el éxito, pues el destino de las organizaciones está ligado al de sus compañeros de viaje, sus públicos de interés.
Entender esta interdependencia es clave para garantizar el éxito y la supervivencia de las empresas hoy, y muy posiblemente, en las próximas décadas.
Nada ni nadie puede garantizar la supervivencia de una empresa en los próximos 25 años, pero es seguro que muchas de las que sobrevivan compartirán la Adaptación, el Propósito ligado a la vida y la Interdependencia como principios de funcionamiento y navegación. Desde ya mismo.