La paradoja de Teseo nos recuerda que una compañía puede reemplazar todas sus piezas—sus productos, su liderazgo, su personal, sus estrategias—pero si en el proceso pierde su identidad, deja de ser la misma organización.
En la mitología griega, la paradoja de Teseo plantea una pregunta fascinante: si cada una de las piezas de un barco es reemplazada con el tiempo, ¿sigue siendo el mismo barco?
Este dilema filosófico, formulado por Plutarco, un filósofo neoplatónico de la época grecorromana, ha sido ampliamente debatido a lo largo de la historia y encuentra una aplicación directa en el mundo empresarial.
Las compañías, al igual que el barco de Teseo, están en constante cambio: Evolucionan con el mercado, adoptan nuevas tecnologías, ajustan sus estrategias, hacen rebranding (cambio o actualización de su marca) y renuevan su personal, entre otras acciones.
Sin embargo, si los cambios son demasiado radicales o frecuentes, surge una pregunta clave: ¿siguen siendo la misma empresa? Más aún, ¿mantienen su propósito original, o han perdido su identidad en el proceso?
Sin un propósito claro tu empresa no tiene futuro
El cambio como necesidad, pero también como riesgo
A lo largo de la historia, las empresas que no se adaptan al cambio corren el riesgo de volverse irrelevantes y perder su liderazgo en el mercado. El pasado está lleno de casos de compañías que desaparecieron por no evolucionar.
Sin embargo, el cambio también puede volverse un arma de doble filo. Cuando las compañías transforman su modelo de negocio, diversifican en exceso o modifican su cultura interna de manera radical, pueden terminar alejándose de su esencia.
En su intento de innovar y expandirse, las organizaciones pueden alejarse de su propósito, desenfocarse de su core de negocio y perder aquello que las hacía únicas y atractivas para sus clientes, comunidad, empleados e inversionistas.
Una empresa no es solo lo que vende, sino también su visión, misión y valores, elementos que constituyen el núcleo de su identidad y deberían guiar cualquier transformación.
Sin duda, el reto del empresarial será innovar sin perder su esencia original, por lo que para evitar que nuestro barco se convierta en una nave irreconocible, los líderes deberán gestionar el cambio con una visión estratégica y alineada con el propósito de la organización.
A continuación, te comparto algunas claves para lograrlo:
1. Definir un propósito claro y comunicarlo constantemente
Las empresas que logran mantenerse fieles a su esencia tienen una misión bien definida y la transmiten de manera consistente en todas sus decisiones y acciones.
Este propósito debe ser más que una declaración en su sitio web o su reporte anual; debe reflejarse en la cultura organizacional, en la manera en que la compañía opera y en cómo se relaciona con sus audiencias.
2. Diferenciar entre evolución y desviación
No todo cambio es una amenaza para la identidad empresarial. Los cambios son necesarios para crecer, pero deben hacerse sin perder de vista el propósito central de la organización y que mantengan el sello distintivo que la caracteriza.
3. Escuchar a los clientes y empleados
Estas son las primeras audiencias en notar cuando una empresa está tomando el rumbo equivocado.
Si una compañía empieza a recibir quejas sobre la pérdida de calidad, el deterioro del servicio o la falta de coherencia con sus valores, es una señal de alerta.
Mantener canales de comunicación abiertos y prestar atención a estos comentarios puede ayudar a evitar una evolución equivocada.
4. Evaluar cada cambio con una perspectiva a largo plazo
Las decisiones corporativas deben tomarse con una visión de futuro.
Cambios que pueden parecer beneficiosos en el corto plazo, como reducir costos al eliminar ciertos aspectos del servicio o tercerizar la producción, pueden terminar afectando la percepción de la marca y la lealtad de los clientes al pasar de los años.
5. Mantener la cultura organizacional como pilar fundamental
El crecimiento y la transformación pueden traer consigo nuevas prácticas, pero la cultura organizacional debe preservarse.
Empresas como Google, por ejemplo, han crecido exponencialmente sin perder su enfoque en la innovación y el ambiente de trabajo colaborativo que las caracteriza.
A la luz de estás cinco claves, existen empresas que han sabido evolucionar sin perder su esencia.
Un ejemplo es Lego, que, a pesar de haber enfrentado dificultades en la era digital, logró reinventarse sin abandonar su propósito de fomentar la creatividad y el aprendizaje en los niños.
Su incursión en videojuegos, cine y contenido multimedia fue una extensión natural de su identidad, sin desviarse de su propósito original.
En 2024, LEGO logró un crecimiento del 13 por ciento en sus ingresos, alcanzando los 10 mil 800 millones de dólares impulsado por una fuerte demanda de su amplio portafolio de productos, una ejecución eficiente en los mercados y una cadena de suministro resiliente.
Colaboraciones emblemáticas con franquicias como Star Wars, Marvel, DC y Harry Potter.
Además de su presencia en el mundo del gaming con LEGO Fortnite, que desde su lanzamiento en 2023 ha sumado más de 87 millones de jugadores.
Así como alianzas con Nike y la Fórmula 1, la han posicionado como una compañía capaz de conectar con distintos segmentos de consumidores en el escenario de la transformación digital.

Una nave que evoluciona, ¿sigue siendo el mismo barco?
La paradoja de Teseo nos recuerda que una compañía puede reemplazar todas sus piezas—sus productos, su liderazgo, su personal, sus estrategias—pero si en el proceso pierde su identidad, deja de ser la misma organización.
El cambio es inevitable en cualquier empresa, por lo que los líderes deberán asegurarse de que cada modificación refuerce, en lugar de debilitar, el propósito corporativo, ya que solo así podrán evolucionar con éxito y mantener la confianza de sus diferentes audiencias en el largo plazo.
Propósito: El alma de las organizaciones
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Estratega en Comunicación Holística y Reputación Corporativa PR mentor, content hacker, reputation evangelist y storyteller con más de 17 años de experiencia en comunicación holística, relaciones públicas y reputación corporativa. Barista, melómano y Co-autor del libro Comunicación Corporativa 4.1, en tiempos de crisis.y recibe contenido exclusivo