Las extensiones de Google Chrome han sido fundamentales para mejorar la experiencia de navegación. Desde bloqueadores de anuncios hasta herramientas de productividad, ofrecen una amplia gama de funciones que facilitan la vida diaria de millones de usuarios.
Sin embargo, a medida que su popularidad crece, también lo hace el riesgo asociado a ellas. Aunque la empresa revisa las extensiones que aparecen en su tienda, no todas son seguras. Muchas extensiones han sido utilizadas como puertas traseras para ataques cibernéticos, recopilación de datos y distribución de malware.
De acuerdo con Spin.AI, Más del 50 por ciento las extensiones son de alto riesgo. Además, casi 43 mil tienen autores desconocidos, sin embargo, se instalan una media de mil 454 extensiones en empresas con más de dos mil colaboradores.
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Muchas extensiones requieren permisos para leer y cambiar todos los datos en las páginas web que visitas. Esto les otorga acceso a información privada como contraseñas, direcciones de correo electrónico e incluso detalles bancarios.
Además, a menudo solicitan permisos más allá de lo que realmente necesitan para funcionar. Esto puede incluir acceso a todos los datos del navegador, grabación de pulsaciones de teclas o incluso la capacidad de modificar las páginas que visitas.
A pesar de las revisiones, Google no siempre detecta vulnerabilidades en las extensiones. Algunas de ellas pueden ser explotadas por hackers para insertar malware o usar los equipos infectados como parte de una botnet.
Por estas razones y muchas otras es necesario que sepas cuáles son las extensiones cuyo uso es de lo más riesgoso.