Los chatbots de IA, como ChatGPT, Bing AI de Microsoft y Bard de Google se están presentando como una alternativa a las búsquedas en Internet.
En los últimos años no había causado tanto revuelo un avance tecnológico como lo han hechos los chatbots de Inteligencia Artificial (IA).
Tan sólo han pasado seis meses desde el lanzamiento de ChatGPT —el prototipo que introdujo esta herramienta a millones de personas— y ya está generando grandes cambios en la educación, al ser una herramienta que puede crear un ensayo en segundos, y también en el plano profesional, con empresas internacionales pausando nuevas contrataciones en áreas que pueden ser automatizadas.
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Este poder transformador ha llegado a tal nivel que Sam Altman, el CEO de Open AI, la empresa creadora de ChatGPT, tuvo una audiencia ante el Congreso de Estados Unidos para dialogar sobre el potencial transformador de la IA y el marco regulatorio que necesitará en un futuro cercano.
Son múltiples las áreas que estos nuevos avances tienen el potencial de cambiar y uno de ellos es la información que consultamos en línea y la forma en que la encontramos.
Ahora si queremos saber más de un tema, aprender una nueva receta de cocina o descubrir los detalles de una serie que nos acaba de atrapar, sólo debemos abrir Google (o cualquier otro buscador) y consultar el tema que queramos.
No obstante, los chatbots de IA, como ChatGPT, Bing AI de Microsoft y Bard de Google, se están presentando como una alternativa a estas búsquedas.
En diversos demos se ha mostrado su potencial, que va desde crear una receta personalizada con los ingredientes que tengamos en el refrigerador hasta la capacidad de crear un itinerario completo de viaje, con opciones de reservar habitaciones y vuelos al instante.
Esta capacidad todavía se encuentra en la teoría, pues muchos de estos chatbots continúan creando información errónea en este tipo de tareas, e incluso lo que expertos han llamado como “alucinación”, o la invención de datos al cumplir una tarea (el mismo ChatGPT cita a la generación de información incorrecta como su primera limitación).
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Sin embargo, el poder transformador que estas habilidades representan podría cambiar por completo al Internet como lo conocemos.
Si bien los patrones de búsqueda en Internet están cambiando, como en la generación Z que está comenzado a buscar más en TikTok que en Google, al encontrar que es más sencillo descubrir algo nuevo en un video corto que en un artículo, todavía la mayoría utilizamos los buscadores tradicionales para llegar a la información que queremos consultar.
Para todos es más que familiar el camino de abrir una ventana de nuestro buscador preferido, ingresar las palabras clave que queremos consultar y entrar al sitio que tenga la mejor información.
En este proceso un elemento central y que para la mayoría está oculto es el SEO, que significa Search Engine Optimization u optimización para motores de búsqueda.
El orden de los resultados que nos muestra un buscador no es al azar, los motores de búsqueda consideran múltiples elementos en segundos para determinar cuál es el mejor resultado y mostrarlo de forma orgánica en el primer lugar.
Es en este punto donde el SEO juega un papel central, pues implica numerosas acciones para hacer que el buscador considere a una página como la mejor para resolver una duda.
Una buena estrategia de SEO puede ser crucial para medios de comunicación o blogs, debido a que un contenido que se posicione en los primeros lugares de una búsqueda puede recibir millones de visitas orgánicas.
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Miles de sitios, medios y blogs dependen del constante tráfico de visitantes y los chatbots de IA podrían cambiar esto para siempre.
Se trata de un tema controversial, la experiencia de los usuarios se mejoraría notablemente si con un solo comando se puede realizar una búsqueda exhaustiva que en otras condiciones podría tomar varios minutos u horas.
Sin embargo, esta conveniencia haría que no visitáramos los sitios que brindan el contenido que buscamos (ya que la IA “toma” la información en cuestión en segundos), haciendo que corran peligro de desaparecer estas importantes fuentes de información.
En cada participación, Sam Altman ha hecho explícita la necesidad de crear un marco regulatorio para los sistemas de IA ante su potencial transformador, una medida que cada día parece importar más ante los grandes cambios que están generando estos avances.
En lo que estos esfuerzos se materializan, lo que nos queda es prestar una atención cuidadosa, para aprovechar los beneficios de estas innovaciones y comenzar a mitigar posibles riesgos.