Las perspectivas del votante latino hoy en día son mucho más diversas de lo que históricamente se ha pensado. Pero hay una insistencia en encasillarlos en una caja ideológica: la inmigración.
La semana pasada, el New York Times reveló una encuesta que debería ser realmente preocupante para el presidente Joe Biden y el Partido Demócrata.
La encuesta indica que el expresidente Donald Trump lleva ventaja en estados claves para decidir la elección presidencial: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin.
A diferencia del sistema político mexicano, donde el candidato ganador es quien obtiene la mayoría del voto popular, en Estados Unidos tenemos un sistema en el cual cada estado tiene un determinado número de delegados.
Quien gane la mayoría del voto en cada estado suma ese valor al total necesario para ganar la presidencia; al menos 270 delegados es el número mágico para ganar las elecciones presidenciales.
Esto hace que los votantes de ciertos estados que se consideran “morados” —por no tener una tendencia favorable a ninguno de los partidos (azul identifica a los demócratas y rojo a los republicanos)— sean donde las campañas de ambos candidatos intensifiquen sus esfuerzos.
Por ejemplo, California es un estado azul donde no se ha elegido a un candidato republicano a nivel estatal desde 2006, cuando Arnold Schwarzenegger fue elegido gobernador.
Texas es un estado rojo donde no se ha elegido a un gobernador demócrata desde 1991. Los estados predecibles no forman parte de la fórmula necesaria para ganar la presidencia.
La presidencia se decidirá en los estados mencionados, y el voto latino tendrá un papel protagónico en la narrativa de la elección en los estados de Arizona y Nevada, pero también a nivel nacional.
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“Tú decides la elección”, “tu voto es tu voz”, “el voto latino es más importante que nunca”, son algunos de los comentarios que he escuchado en los noticieros y anuncios políticos desde que obtuve el derecho a votar. Yo voté por primera vez en la elección presidencial de 1996.
El no acudir a las urnas es un pecado capital e imperdonable en mi familia. Pero también fue ahí cuando me di cuenta de la triste realidad de que al latino en Estados Unidos le cuesta trabajo demostrar su poder político.
Se requieren campañas de información/concientización y movilización enormes para que salgan a votar. En su mayoría, estas campañas son para apoyar a los candidatos demócratas, lo cual ha ayudado a crear la narrativa de que el voto latino es casi una garantía para el partido demócrata, pero eso está cambiando.
Pensar que un candidato republicano podría ganar hasta el 44 por ciento del voto latino era inimaginable hace algunos años. George W. Bush obtuvo el 40 por ciento del voto latino en 2004.
Pero tenía muchos puntos a su favor: el votante latino en Texas es más conservador, su hermano (entonces gobernador de Florida) está casado con una mujer mexicana, y su carismático sobrino fue su vocero en español.
¿Cómo es posible que Trump pueda exceder lo que logró George W. Bush? Muy a pesar de tener todo el peso de la maquinaria de propaganda y los medios de comunicación en español en su contra.
La respuesta es el conformismo del Partido Demócrata hacia el votante latino. Dan por sentado nuestro voto, y yo, en lo personal, estoy harto.
Las perspectivas del votante latino hoy en día son mucho más diversas de lo que históricamente se ha pensado.
Pero hay una insistencia en encasillar a los votantes latinos en una caja ideológica: la inmigración.
Por ejemplo, en los debates presidenciales, el tema de la comunidad latina es relegado al corresponsal (que habla inglés con un acento marcado) quien tiene el deber de presentar las preguntas sobre la inmigración.
Sí, el mexicano sigue representando la población de inmigrantes más grande del país con más de 30 millones de residentes. Pero el votante latino (que no es exclusivamente mexicano) tiene otras prioridades mucho más importantes que la inmigración.
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Un reporte reciente de UnidosUS —la organización de derechos civiles latinos más grande de Estados Unidos— indica que los temas más importantes para los votantes latinos son, en este orden:
1) Inflación y la economía
2) Salarios
3) El alto costo de la atención médica o la salud pública
4) Asequibilidad de la vivienda
6) Inmigración
La verdad sea dicha, el Partido Demócrata no se ha esforzado en contactar al votante latino como una audiencia clave para ganar estas elecciones.
El presidente Biden tiene una narrativa favorable en los temas de importancia a la comunidad latina. Por ejemplo, la economía tiene un índice de desempleo bajo de 3.9 por ciento, pero su mensaje no ha resonado con la comunidad.
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En una conversación con “Miguel”, mi mecánico, me comentó que iba a votar por Trump.
No me sorprendí, y me dijo que la razón más importante era porque su negocio estaba mucho mejor durante la presidencia de Trump y que estaba harto de pagar tantos impuestos sin ver resultados que lo impactaran.
Le expliqué que era más complicado que eso, pero su respuesta tuvo cierto tipo de coherencia al decirme que:
“El país no se derrumbó, aunque los medios te lo juraran.”