El Internet del Comportamiento ayuda a las organizaciones a invertir los recursos de marketing de manera más eficiente.
En la era digital, la información y el poder se encuentran en la punta de nuestros dedos.
Con el surgimiento del Internet de las Cosas (IoT), que integra distintos tipos de conectividad como WiFi, Bluetooth, NFC, Satelital o Ethernet, dispositivos móviles, wearables, antenas, sensores y el procesamiento de infinidad de datos, las estrategias de marketing han tenido que evolucionar para mantenerse relevantes y efectivas.
Una de las tendencias más intrigantes y prometedoras en este ámbito es el Internet del Comportamiento (IoB, por sus siglas en inglés).
Este se refiere a la interconexión de dispositivos y sistemas que recopilan, analizan y utilizan información relacionada con el comportamiento humano.
Esto incluye no solo la forma en que interactuamos con dispositivos móviles, sino también nuestras actividades diarias en línea y fuera de ella.
Además, actualmente los consumidores cohabitan entre un entorno físico y digital, también conocido como “phygical”, por lo que las organizaciones deben implementar un modelo de negocio y una estrategia de marketing omnicanal, con la opción de que sus clientes adquieran sus productos desde puntos de venta físicos y marketplaces hasta anaqueles digitales y el novedoso metaverso.
Cabe destacar que el IoB se alimenta de la recopilación de datos de una variedad de fuentes, como redes sociales, sensores, aplicaciones móviles, wearables, cámaras y más, para comprender mejor cómo las personas toman decisiones, se comunican y se comportan.
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Entre los beneficios que integra el Internet del Comportamiento a las estrategias de marketing se encuentran:
Al utilizar datos recopilados a través de dispositivos y objetos conectados, las empresas pueden personalizar contenido y mensajes de marketing para adaptarse a las preferencias individuales de los consumidores.
Por ejemplo, al analizar el historial de navegación de un usuario en línea, las compañías pueden ofrecer recomendaciones de productos más relevantes. Según la consultora Statista, 63 por ciento de los consumidores esperan que las marcas personalicen sus experiencias de compra en línea.
El IoB permite una segmentación más precisa basada en comportamientos reales en lugar de datos demográficos estáticos. Esto facilita a las empresas dirigir sus mensajes de marketing a audiencias más específicas y relevantes.
En México, el 86 por ciento de los usuarios de Internet afirman estar dispuestos a compartir sus datos a cambio de una experiencia más personalizada, según datos de la Asociación de Internet MX.
El análisis del comportamiento del usuario en sitios web y aplicaciones puede ayudar a las empresas a identificar áreas de mejora en UX y realizar ajustes para aumentar la conversión y retención.
En América Latina, se estima que el 52 por ciento de las transacciones en línea se abandonan debido a problemas de usabilidad, según eMarketer.
El IoB permite a las empresas, a través del uso de algoritmos y técnicas de aprendizaje automático, predecir comportamientos futuros de los consumidores en función de patrones históricos como tendencias de compra y anticiparse a las necesidades del cliente.
Según un informe de Deloitte, el 73 por ciento de las empresas latinoamericanas consideran que el análisis predictivo es una prioridad para su estrategia de marketing.
La recopilación de datos de ubicación a través de dispositivos móviles y sensores permite una segmentación geográfica más precisa, además de facilitar la adaptación de mensajes y ofertas a las características específicas del mercado local.
Datos de la Asociación de Internet MX muestra que, 67 por ciento de los usuarios de smartphones utilizan aplicaciones de navegación, proporcionando datos valiosos de ubicación.
El Internet del Comportamiento ayuda a las organizaciones a invertir los recursos de marketing de manera más eficiente.
Al dirigir sus anuncios solo a aquellos consumidores que son más propensos a estar interesados en sus productos o servicios, pueden reducir el desperdicio de presupuesto publicitario y obtener un mejor retorno de la inversión de las estrategias de ads y marketing digital.
Sin duda, el IoB ofrece a las empresas una serie de oportunidades para mejorar sus estrategias de marketing y comunicación, desde la personalización de contenidos hasta la optimización del UX y la predicción de tendencias futuras.
Como diría el obispo anglicano, Thomas Wilson, “nuestra conducta es la única prueba de la sinceridad de nuestro corazón”, por lo que capitalizar los comportamientos, pasiones y motivaciones de los consumidores, permitirá a las compañías mejorar la relevancia y efectividad de sus acciones comerciales.
Y tú, ¿ya usas el poder del IoB en tus estrategias de marketing?