El estrés es la energía que ocupa tu organismo para tomar acción y si no haces caso de esto, eventualmente se acumulará para dar paso al estrés crónico que deriva siempre en enfermedades o padecimientos patológicos.
Aprender a amarte implica cuidarte (y no me refiero a masajes o tratamientos faciales), aprender cómo hacerlo para plantarte en ti, cultivar y nutrir una vida poderosa en armonía.
Pero antes es necesario identificar y aceptar qué te limita, qué te bloquea o que te predispone a estar bajo estrés.
Somos más que un cuerpo físico, somos energía en movimiento (emociones) conciencia, presencia plena.
Somos seres interdisciplinarios, multidisciplinarios, nuestro interser, se relaciona y vive a través de la presencia, pensamientos, creencias, emociones: vivencias.
10 preguntas que te revelarán si el estrés laboral está acabando contigo
Nuestro ser se manifiesta a través de cinco cuerpos, capas o envolturas:
Te comparto los cuerpos, capas o envolturas que forman tu SER (como una matrioshka):
Conecta con tu bio ritmo, cultiva una vida significativa, nutre tus sistemas, aprende a reinterpretar el estrés y a identificar tus estresores y eustresores, aprende sobre el impacto del estrés en tu cuerpo físico.
Tu visión del mundo esta conformada por un sistema de creencias, pensamientos y declaraciones. Estás tienen un impacto en tu vida ¿Cuáles están caducas? Focalizar y concentrarte.
Las emociones son energía en movimiento, tu cuerpo energía son esas emociones que te envían un mensaje para tomar acción.
Deja de reaccionar y comienza a cultivar y poner en acción tu inteligencia emocional a través del movimiento en intención.
Permítete conectar con tu sabiduría interna, muchas veces no le haces caso…es momento de escucharte y acceder a tu SER intuitivo y mejorar tu toma de decisiones, aprender a decir NO sin culpa y a dejar de buscar validación externa.
Tu espiritualidad no tiene que ver con un tema religioso. Tiene que ver y está conectado a aquello que te hace sentir pleno, expansivo, dichoso.
Tu presencia plena en acción que te conecta a ese estado óptimo llamado FLOW.
¿Qué necesidad básica te hace falta hoy por cultlivar?
¿Cómo estás respirando, digiriendo o dando movilidad a tu cuerpo físico?
¿Cómo cuidas y cultivas a tu mente? ¿cómo regulas tus emociones?
¿Cómo procesas tus vivencias?
¿Qué te genera, felicidad, amor, alegría, gratitud?
Cuando te ocupas de tomar espacio para atender, cultivar y nutrir estas capas, logras conectar con tu presencia plena y esto ocupa tiempo, dedicación, práctica como todo en esta vida. Y es tan importante como lavarte los dientes o ir a un facial o ir a la barbería.
Este es el camino para descubrir que el estrés es la energía que ocupa tu organismo para tomar acción y que si no haces caso de esto, eventualmente se acumulará para dar paso al estrés crónico que sin escuchar ese llamado de tu cuerpo deriva siempre en enfermedades o padecimientos patológicos como: ansiedad, quema emocional, depresión, enfermedades cardiovasculares y mucho más.
¿Lo habías reflexionado?
Depresión, ¿cómo identificarla en tus colaboradores y apoyarles de forma efectiva?
Despierta tu conciencia sobre la importancia de mover tu cuerpo físico y llevar una alimentación adecuada para ti.
Calmar tu mente no sólo se trata literal de esto, calmar tu mente significa desarrollar una comprensión más profunda de la conexión entre los aspectos físicos, mentales y espirituales de tu ser para reducir el estrés y la ansiedad, y mejorar la salud y el bienestar generales.
Comprender que eres más que tu mente, practica el servicio desinteresado te ayuda a dejar de sobre analizar o pensar. Esto puede generar un mayor sentimiento de paz interior, compasión y unidad contigo mismo y con los demás.
(¿Quién soy yo?) practicar la autoindagación nos permite cultivar la sabiduría y comprender la naturaleza de la realidad y el propósito de la existencia.
La meditación también es una poderosa herramienta para aquietar el intelecto y viajar más allá de las limitaciones del cuerpo físico y la mente.
¿Se reveló algo nuevo y qué acción vas a tomar ?
¿Qué otras practicas cultivas tu para redireccionar el estrés?
¡Hasta la próxima!
Rosa León