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El poder de la astucia: Por qué es importante y 5 consejos para desarrollarla

¿Quieres expandir tu nivel de astucia y perspicacia? Aquí tienes estas ideas para practicarla a consciencia.

Daniel Colombo 02 Ago 2024

¿Qué nos puede salvar en esta época crucial de transformaciones profundas y hasta desconcertantes? El instinto de supervivencia.

Este aspecto que muchas veces no es tenido en cuenta, se activa en nuestra cabeza, específicamente lo que se conoce como cerebro reptiliano, que es la parte más antigua de este órgano vital: unos 500 millones de años en la evolución de la especie.

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Es una estructura cerebral que compartimos con los reptiles y otros vertebrados primitivos; de allí su nombre.

Su función principal es asegurar la supervivencia del organismo mediante la regulación de comportamientos instintivos y automáticos. Por ejemplo:

  • El control de las funciones vitales básicas: Respiración, ritmo cardíaco, temperatura corporal y equilibrio.
  • Supervivencia: Maneja respuestas automáticas y reflejas a amenazas, como la respuesta de afrontamiento o huida de las situaciones.
  • Comportamientos repetitivos y automáticos: Facilita hábitos y rutinas que no requieren pensamiento consciente, como la búsqueda de alimento y la reproducción.
  • Territorialidad y dominancia: Influye en comportamientos de defensa del territorio y jerarquías sociales básicas.

Deja de vivir en modo supervivencia y comienza a focalizar

La astucia, uno de los principios del instinto de supervivencia

La astucia, entendida como la capacidad de usar la inteligencia y el ingenio para lograr objetivos, tiene raíces profundas en nuestra supervivencia como especie humana, y se regula en parte por el cerebro reptiliano.

Este instinto nos impulsa a estar vigilantes, estratégicos y a tomar decisiones rápidas en situaciones críticas.

Sin embargo, la astucia no siempre es valorada como corresponde, si bien despierta curiosidad al observar personas que la tienen muy desarrollada, porque es el motor silencioso detrás de éxitos y logros.

El magnate de negocios Warren Buffett afirmó que:

“La astucia es la capacidad de adelantarse a los demás, prever lo que viene y actuar en consecuencia”.

Justamente él, que es reconocido por su habilidad para navegar el complejo mundo financiero con una claridad y sagacidad envidiables.

Qué es la astucia

La astucia es una combinación de inteligencia práctica, agudeza mental y habilidades estratégicas que permite a una persona adaptarse y prosperar en diferentes situaciones.

Es la capacidad de entender y movilizar recursos del entorno para alcanzar objetivos específicos, ya sea en el ámbito personal, profesional o social.

El ser astutos es una habilidad que se caracteriza por la percepción, sagacidad e intuición muy desarrolladas en ciertos aspectos, que permite leer y anticipar situaciones, con el fin de tomar mejores decisiones y orientar el rumbo de las situaciones.

La astucia implica usar la inteligencia y la perspicacia de manera ética y constructiva. Es una habilidad que está alineada con la integridad y el respeto por los demás. La astucia, bien entendida y aplicada, es una virtud que fortalece tanto a quien la posee como a quienes interactúan con esa persona.

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Definiendo qué no es astucia

Es fundamental entender que la astucia, aunque poderosa, no debe confundirse con comportamientos negativos o destructivos. Aquí algunos aspectos que NO son astucia:

No es ser falso o hipócrita. Por ejemplo, un líder astuto no miente a su equipo para mantenerlos motivados; en cambio, encuentra maneras honestas de inspirar y guiar a su equipo hacia el éxito.

No es ser inescrupuloso: La astucia no justifica acciones que carecen de principios morales o éticos. Ser astuto es actuar con integridad y respeto hacia los demás. Volviendo al ejemplo de una empresa, lo ideal es no aprovecharse en forma deshonesta.

No es manipulación destructiva: Si bien la astucia es un elemento de persuasión, no se debe cruzar la línea hacia la manipulación. Un ejemplo sería durante las negociaciones, donde alguien puede falsear información. En lugar de eso, se debe utilizar información veraz y mejorar los argumentos.  

No es arrogancia o prepotencia: La astucia necesita de la humildad y de la observación consciente de todos los elementos en juego. Para graficarlo en el mundo de los negocios, un directivo astuto no debería imponer sus ideas sin considerar las opiniones de su equipo; en vez de eso, escucha y adapta sus estrategias basándose en el feedback recibido.

No es ser oportunista sin considerar consecuencias: Este rasgo humano no se trata de aprovecharse de cada oportunidad sin pensar en las repercusiones e impacto a largo plazo. Es decir, hay que actuar con visión y responsabilidad. Una muestra típica sucede en las inversiones de ganancia rápida.

Para qué nos sirve ser astutos

Si te preguntas cuál es el beneficio de ser inteligentemente astutos en distintas situaciones, aquí vamos. Sirve para:

Tomar decisiones: nos permite evaluar situaciones de manera objetiva y tomar decisiones basadas en una comprensión profunda de las circunstancias, y articular los planes estratégicos para lograr lo que te propongas.

Anticipar problemas: Una persona astuta puede prever obstáculos y planificar soluciones antes de que los problemas se materialicen.

Negociar mejor: En el mundo de los negocios y las relaciones personales, la astucia es crucial para negociar acuerdos beneficiosos, poder anticipar las jugadas de la otra parte y hacer planteos para llegar a mejores resultados.

Adaptarse al cambio: Cuando se es astuto, como logras leer las situaciones anticipadamente, puedes mejorar la flexibilidad frente a los imprevistos y cambios.

Influir y persuadir: Ser astuto también implica entender la psicología humana y usar ese conocimiento para influir y persuadir a los demás.

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5 tips para desarrollar la astucia

¿Quieres expandir tu nivel de astucia y perspicacia? Aquí tienes estas ideas para practicar a consciencia:

1. Observa y aprende

Cultiva el hábito de observar a las personas y situaciones con detenimiento. Aprende de las acciones y decisiones de los demás, especialmente de aquellos que demuestran una notable astucia.

2. Potencia tu Inteligencia Emocional

La astucia no es solo cuestión de intelecto; implica también entender y gestionar tus propias emociones y las de los demás. Puedes trabajar en mejorar tu empatía y habilidades interpersonales, para decodificar no sólo lo que tu sientes, sino también el mundo ajeno.

3. Mantén una mentalidad estratégica

Siempre piensa varios pasos adelante. Adelantarse es una habilidad de la astucia. Pregúntate cómo cada acción puede influir en el resultado final y planifica en consecuencia. Un método que funciona es analizar el impacto de todo lo que ejecutes: piensa cómo repercute en 10 minutos, 10 días, 10 años.

4. Aumenta tu conocimiento

La astucia se alimenta del conocimiento. Lee ampliamente, estudia diferentes campos y mantente informado sobre las tendencias y desarrollos en tu área de interés. Por ejemplo, interésate por la comunicación no verbal, por el lenguaje hablado y los significados profundos de lo que expresa la gente.

5. Practica la flexibilidad mental

Otro componente importante de la astucia es la flexibilidad. Si tu modelo de pensamiento es excesivamente rígido, difícilmente pueda moverse y adaptarse a situaciones cambiantes.

La terquedad, por ejemplo, no permite que aflore la astucia. La sugerencia es que desarrolles la capacidad de cambiar de enfoque rápidamente y considerar múltiples perspectivas.

La astucia es una habilidad multifacética dentro de la conquista diaria de los logros. Y es el arma secreta que no solo te permite sobrevivir, sino prosperar.

Cultivar esta habilidad no solo transformará tu enfoque ante los desafíos, sino que también te posicionará para alcanzar tus metas con una claridad y eficacia sorprendentes.