El mito del talento innato
El libro Mastery de Robert Greene subraya que la clave para alcanzar la grandeza es encontrar lo que realmente te apasiona y te motiva y dedicarte a ello por completo. Para ello hay que estar dispuesto a experimentar, asumir riesgos y salir de la zona de confort.
Cuando se trata de alcanzar la grandeza o el éxito, muchos creen que sólo está determinado por el talento natural o las capacidades innatas.
Sin embargo, el filósofo Friedrich Nietzsche sostiene que muchos grandes hombres a lo largo de la historia alcanzaron el éxito no sólo por sus dotes o talentos naturales, sino por cualidades como el trabajo duro, la persistencia y la atención a los detalles.
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Estas cualidades son alcanzables por cualquiera que esté dispuesto a esforzarse y comprometerse en el camino de la maestría.
Como responsable de Recursos Humanos, he visto de primera mano la importancia de perseguir tu pasión y comprometerte con el aprendizaje y el desarrollo continuos.
El libro Mastery de Robert Greene subraya que la clave para alcanzar la grandeza es encontrar lo que realmente te apasiona y te motiva y dedicarte a ello por completo. Para ello hay que estar dispuesto a experimentar, asumir riesgos y salir de la zona de confort.
Sin embargo, encontrar tu pasión, como subraya Greene, marca solo el primer paso en la búsqueda de la maestría.
Para avanzar desde una competencia promedio hacia la virtuosidad, debe existir un compromiso inquebrantable con el aprendizaje y desarrollo continuo.
Aquí, el revelador libro de Robert Pool y Anders Ericsson, “Peak”, saca de las sombras el concepto de práctica deliberada como la puerta de entrada al desempeño excepcional.
La práctica deliberada es más que una rutina; implica impulsarnos constantemente más allá de nuestras capacidades actuales, enfrentar los desafíos a la cara y buscar activamente retroalimentación para pulir y elevar nuestras habilidades.
Es un compromiso de cometer errores, aprender de ellos y esforzarse perpetuamente por mejorar.
En momentos de duda sobre nosotros mismos, a menudo nos rendimos a la creencia de que nos faltan las habilidades necesarias para alcanzar determinados objetivos.
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Aprendemos que la maestría no está reservada a unos pocos elegidos, sino que se forja mediante la dedicación apasionada y el valor de aventurarnos más allá de nuestras limitaciones autoimpuestas.
A través de la práctica deliberada, reconocemos que las habilidades no son estáticas sino maleables mediante el esfuerzo consciente y un deseo constante de mejora.
Así, cuando nos enfrentamos a la creencia limitante de carecer de habilidades, abrazamos el proceso de dominio como un viaje personal hacia el desarrollo y el éxito.
Tanto si crees que has nacido con un talento natural como si no, lo que hoy quisiera que te lleves de este texto es que el camino hacia la grandeza está al alcance de cualquiera que esté dispuesto a esforzarse.
Abraza el camino del “Mastery”, persigue tu pasión y comprométete con el aprendizaje y el desarrollo continuos. De este modo, no sólo desarrollarás tu propio potencial, sino que también influirás significativamente en el mundo que te rodea.