La inteligencia artificial y la inteligencia emocional son dos áreas de investigación que han atraído mucho interés en los últimos años. Aquí exploramos sus principales diferencias.
“La inteligencia artificial nos mejorará, creo que aumentaremos nuestra inteligencia”.
Virginia Rometty, presidenta y CEO de IBM hasta marzo de 2020
Es cada vez mas común escuchar acerca de la inteligencia artificial -ia-, en prácticamente todos los ámbitos ya sea en el mundo laboral, académico, político, en los noticieros incluyendo las conversaciones de sobremesa, pero sobretodo, en las redes sociales, simplemente esta en boca de todos.
Y sin importar edad, raza o religión, algo similar sucedió con la inteligiencia emocional -ie- en los años noventas (pero en menor escala), cuando Salovey y Mayer acuñaron el término y establecieron las primeras definiciones, sin embargo algunos años después, el Profesor Daniel Goleman difundió de forma masiva el modelo y los comportamientos de las personas particulamente dentro de entornos laborales, usos prácticos y como desarrollarlo.
Cabe resaltar que antes de que se hablara de inteligencia artificial, durante muchos años se habló de inteligiencia emocional, un tema que fue durante un largo tiempo, el centro de todos los debates por tratarse de un componente esencial de la inteligencia humana, que tiene como finalidad la de proveer de mecanismos para entender la raíz de las emociones, aprender a navegar a través de ellas y establecer las bases para una comunicación efectiva.
¿Qué es la Inteligencia Artificial y por qué todo mundo habla de ella?
Goleman en su libro de inteligencia emocional, mencionó que esta, jugaría un papel aún más importante que el coeficiente intelectual en el éxito o fracaso de las personas en distintos puestos de trabajo para cualquier organización”, sin embargo esta aseveración, retoma significado cuando la inteligencia artificial irrumpe en todas las esferas de nuestra vida.
La inteligencia artificial, y la inteligencia emocional, son dos áreas de investigación que han atraído mucho interés en los últimos años, por un lado la ia se ocupa del desarrollo de agentes inteligentes, que son sistemas que pueden razonar, aprender y actuar de forma autónoma y la ie, por su parte, se ocupa de la capacidad de entender, gestionar y usar las emociones.
Sin embargo, la ia y la ie, están estrechamente relacionadas, por ejemplo, los agentes inteligentes requieren contar con la capacidad de entender las emociones de los humanos para poder interactuar con ellos de forma eficaz. Además, la ie puede utilizarse para mejorar el rendimiento de las entidades inteligentes, por ejemplo, haciéndoles más sensibles a las emociones de los humanas en cuestión.
Para desarrollar agentes inteligentes con ie, se requiere de atender una serie de retos que deben abordarse, uno es la falta de información precisa sobre las emociones humanas, y es que a pesar de que el ser humano puede sentir alrededor de 270 emociones, solo reconocemos en el día a día a 20 de ellas.
Otro reto importante es el desarrollo de algoritmos que puedan entender y responder a las emociones de forma precisa, y es que a pesar de los retos, hay una serie de ventajas potenciales al desarrollar agentes inteligentes con ie; por ejemplo, podrían utilizarse para mejorar la atención al cliente, el marketing de producto y la educación, además podrían utilizarse para desarrollar nuevas tecnologías que sean más sensibles a las necesidades de los humanos y la manera de relacoinarse con el medio ambiente.
El la cinta de Misión imposible “Sentencia mortal parte 1”, hace referencia a un sistema inteligente experimental llamado “La entidad”, la cuál fue originalmente diseñado para sabotear los sistemas digitales, partiendo de la premisa que la entidad se rebela y se expande a la conciencia artificial potencial y se infiltra en todos los principales sistemas militares y de defensa, así como en las redes de inteligencia, nace la necesaidad de detener tal amenaza, es decir que hasta en el séptimo arte existe la antropología de las inteligencias y del dilema de lo ético entre lo humano y lo artificial.
La ie juega un rol sumamente importante en el éxito o el fracaso de todo tipo de relaciones humanas, en el ámbito de las emociones personales, hasta los vínculos laborales o sociales, donde la clave es el balance entre ellas como factor determinante en el funcionamiento de las empresas; donde la empatía, el manejo emocional, el liderazgo y la motivación, pueden impulsar la eficiencia en el trabajo colaborativo.
Este concepto también tiene un gran impacto en el proceso educativo, ya que involucra la los elementos emocionales en la relación entre profesor y alumno, entre líder y colaborador, entre familias y demás entornos sociales, ya que la importancia que esto tiene en el aprendizaje cognitivo para convencer, persuadir e incluso dominar a los demás (los líderes tienen tendencia a ser personas emocionalmente inteligentes).
En general, la ia y la ie son dos áreas de investigación que tienen el potencial de revolucionar la forma en que interactuamos con las máquinas, al desarrollar agentes inteligentes con ie, podremos crear sistemas que sean más inteligentes, más sensibles y más útiles que nunca antes se han utilizado, además la ia, como modelo de lenguaje consolidado a través de ciencia de datos, no es capaz de sentir emociones (aún no pero no se descarta que llegue a suceder).
Sin embargo, si puede entender y responder a las emociones humanas, por ejemplo, si le preguntas a algún algoritmo basado en ia, por ejemplo la sensación de tristeza, la ia puede tratar de consolar ofreciendo palabras de aliento o hasta contando un chiste, aunque en el fondo no resuelve la variable emocional, si aminora el momento, digamos que son soluciones analgésicas temporales.
En síntesis la inteligencia emocional es una habilidad importante para los humanos y a su vez, con las entidades inteligentes artificiales. Los humanos que desarrollen la ie pueden entender y responder mejor a las emociones propias y de los demás, lo que puede conducir a relaciones más fuertes y con una mayor cooperación.
Salario emocional: La recompensa que impulsa la productividad
Los agentes inteligentes con las bases de la ie pueden entender y responder mejor a los comportamientos derivado de las emociones de los humanos, lo que puede conducir a una mejor experiencia del usuario combinado con un mayor compromiso, pero será un camino que tendremos que caminar donde nos enfrentaremos a obstáculos que van a retar lo humano y lo artificial nuestra forma de interactuar con entidades inteligentes.
Finalmente la antropología de las inteligencias puede ayudarnos a comprender mejor la inteligencia humana combinada con la artificial, también puede ayudarnos a desarrollar métodos de colaboración mas innovadores, o formas de enseñanza y aprendizaje que sean más efectivos para diferentes tipos de culturas, de tal manera que podamos entender mejor el mundo que está en constante construcción.
Porque es una realidad que los entes artificiales inteligentes estan co-habitando con nosotros y cada vez mas vamos a requerir que estén mejor integradas nuestras emociones en función del avance tecnológico y de estas entidades cada vez mas sofisticadas.