Lejos del ruido y las jerarquías tradicionales, la Generación Z adopta la quiet ambition como una forma de crecer profesionalmente con propósito, enfoque y equilibrio… pero en silencio.
La existencia de una aceleración profesional es más real que nunca. Por ello, la tendencia quiet ambition se ha posicionado de forma creciente entre los colaboradores más jóvenes, específicamente la Generación Z.
Este fenómeno redibuja la estructura del éxito y replantea lo que significa crecer profesionalmente pero de manera silenciosa.
MIT SMR México se financia mediante anuncios y sociosSe trata de priorizar el equilibrio entre vida y trabajo, el desarrollo de habilidades con propósito y el crecimiento personal sostenido por encima del ascenso jerárquico.
Hoy, la posición en un organigrama ya no es una meta, sino una consecuencia opcional de un trayecto con sentido.
El informe Global Gen Z and Millennial Survey elaborado por Deloitte revela que el 46 por ciento de los empleados centennials optan por un trabajo que les da equilibrio entre vida-trabajo y bienestar emocional.
Esto se traduce en que ya no se trata de una moda, la quiet ambition es un nuevo estilo de vida que ya no permite el acceso del ego entre los colaboradores jóvenes, más bien buscan el crecimiento desde el silencio.
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La quiet ambition es una nueva forma de entender el crecimiento profesional: apuesta por avanzar sin hacer ruido, priorizando el bienestar personal y el equilibrio entre la vida y el trabajo por encima de los ascensos o el reconocimiento visible.
Este concepto no busca la ambición ni los reflectores. El silencio es su principal objetivo, donde los colaboradores trazan metas sólidas.
Su traducción al español es la “ambición silenciosa”, ya que en un espacio laboral no busca competir por atención. Se trata de la construcción de una trayectoria con cooperación, constancia y propósito.
Por lo tanto, no es casualidad que esta mentalidad esté perpetrando en jóvenes profesionales, especialmente entre los que tienen entre 22 y 30 años.
Esta tendencia tomó fuerza en una generación que se vio moldeada por un mundo que les exigió madurar entre pandemias, cambios políticos y transformaciones digitales.
Se trata de repensar lo que los motiva y los deseos que quieren proyectar a futuro. Esto podría hacer que los profesionales con un largo camino se replanteen sus ambiciones conociendo este joven concepto.
En lugar de enfocarse en la próxima estrategia o en acumular reconocimientos de la empresa, pueden dirigir su energía hacia proyectos con mayor significado personal o explorar áreas de interés que habían quedado relegadas en etapas anteriores de su carrera.
No se trata de dejar su desempeño actual, todo lo contrario; se trata de competir ya con un conocimiento de quiet ambition.
Así, las empresas no solo retienen talento experimentado, sino que también fomentan un entorno donde el propósito y la contribución pesan tanto como los títulos o cargos.
Tanto para empresas como para colaboradores, es importante entender cómo aplicar la quiet ambition.
Para el caso de las y los líderes implica generar entornos que no premien solo la exposición, sino el crecimiento auténtico como lo establece el profesor Sergio Valenzuela, de la FEN – Uchile Unegocios.
Para los empleados, especialmente de la Gen Z, adoptar esta filosofía puede ser beneficioso. ¿Qué deben hacer las organizaciones?
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