Los cambios drásticos en el horario afectan el comportamiento, la salud física y psicológica de los colaboradores, así como su vida personal y familiar.
Cambiar o no cambiar el horario, ese es el dilema. En México y en diversos países el horario de verano (DST, por sus siglas en inglés) es una medida cuestionada desde hace tiempo y ha desatado una disparidad de opiniones al respecto.
Aunque al inicio tenía la intención de ayudar a las personas a aprovechar mejor las horas de luz durante el invierno, en los últimos años la evidencia ha mostrado que el cambio de hora causa más daño que bien. ¿Qué dicen los expertos sobre esto?
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Investigadores de Michigan publicaron un artículo en American Journal of Cardiology en el que revelaron que el primer día de la transición de primavera al horario de verano “se experimenta un pequeño aumento en los ataques cardíacos”, debido a que se “pierde” una hora de sueño.
Un estudio de Yvonne Harrison, profesora titular de la Universidad John Moores de Liverpool, reveló que el cambio de hora tiene efectos negativos en la salud, pues la mayoría de las personas experimentan una reducción en la calidad de su sueño.
El hecho de que los colaboradores estén más expuestos al insomnio tiene como consecuencia que experimenten episodios de nerviosismo, depresión, cansancio y alteración del apetito, patologías que afectan de manera directa su productividad laboral.
El resultado se traduce en un menor rendimiento en el trabajo que, además, tiene un impacto negativo en la economía de las organizaciones.
Un artículo de CBS News destaca que las lesiones en el lugar de trabajo ocurren durante las transiciones de horario de verano porque la falta de sueño afecta las habilidades motoras.
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El medio citó un estudio de 2009, que examinó datos sobre más de 500 mil lesiones en la minería entre 1983 y 2006 y encontró un aumento del 5.7% en las lesiones en el lugar de trabajo el lunes siguiente al cambio de horario.
“Muchos colaboradores tienen falta de sueño, y cuando comienzan con niveles crónicamente bajos de sueño, incluso una pequeña reducción puede tener graves consecuencias”, dijo Austin Smith, profesor de economía en la Farmer School of Business de la Universidad de Miami en Miami, Ohio, en el artículo de CBS News.
La fatiga del DST es probablemente el mayor factor que contribuye a la disminución de la productividad en el trabajo. No solo tiene que ver con los problemas para despertarse una hora antes, el cuerpo de los colaboradores también se enfrenta al desafío de descansar una hora antes.
“Una vez que llega al trabajo, es difícil mantenerse al día con el reloj. Tu cuerpo sabe cuándo es la hora del almuerzo y cuándo es hora de irse a casa. Para el mediodía, los efectos de la fatiga ya se notan cuando tu estómago comienza a sentir carencias. Es casi imposible mantener el enfoque”, explica Journyx, software de seguimiento de proyectos, tiempo y gastos para empresas medianas y grandes, en un blog.
Aquellos colaboradores que trabajan con maquinaria o equipo pueden tener más problemas con las distracciones. Los trabajadores en entornos de trabajo peligrosos corren un mayor riesgo de sufrir lesiones en el lugar de trabajo. En comparación, no se experimenta un aumento de los accidentes laborales después de la “recaída” durante los meses de otoño.
Algunas personas aman el horario de verano tanto como otras lo odian. El impacto en la salud y la productividad de las personas es motivo para reconsiderar si el horario de verano es una necesidad.
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