Ir a la oficina en temporada de lluvias tiene su lado bueno, malo y feo. Descubre los placeres inesperados, los desafíos del día a día, y las dificultades graves como inundaciones. Prepara una estrategia para mantener sano a tu equipo esta temporada.
La temporada de lluvias complica la rutina diaria de millones de colaboradores. Entre charcos, embotellamientos y transporte colapsado, llegar a la oficina puede convertirse en una auténtica odisea.
Sin embargo, en el trabajo la humedad y la incomodidad no siempre se quedan en la calle.
MIT SMR México se financia mediante anuncios y sociosLas lluvias pueden afectar significativamente la productividad, la seguridad y el bienestar de los empleados, tanto directa como indirectamente.
Aunque pareciera que todo puede salir mal para algunos empleados estos días les permiten enfocarse y sentirse más cómodos por el clima frío.
6 medidas para proteger a tus colaboradores en temporada de lluvias
Dentro del caos que pueden traer las lluvias, el traslado acompañado de amigos y colegas, y la estancia en el trabajo puede transformarse en un refugio agradable.
A menudo, la lluvia limpia el aire, aporta una sensación de frescura que puede hacer el ambiente de la oficina más agradable, especialmente si hay ventanas.
Además, el sonido de la lluvia de fondo puede ser relajante para muchos y favorecer la concentración.
Las actividades al aire libre se reducen, lo que a veces significa menos ruido en el ambiente y menos tentaciones para salir, lo que conviene a algunos empleados.
El enfoque en las tareas y responsabilidades tienden a mejorar en algunos casos, si se encuentran en el lugar de trabajo.
El café caliente sabe mejor, y las reuniones pueden sentirse más íntimas durante la época de lluvias.
Además, el uso de un suéter cómodo llega a poner felices a muchos empleados.
Aunque parezca contradictorio: el tráfico puede ser menor en ciertos horarios o rutas, ya que algunas personas optan por el home office durante estos días.
Aquí es donde las cosas se complican un poco en la llegada a la oficina con un mal clima y la paciencia se pone a prueba.
Moverse por las ciudades se vuelve complicado con las lluvias, ya que el tráfico se congestiona.
Además el transporte público se satura y los retrasos son casi garantizados. Llegar seco y a tiempo se convierte en una victoria.
Aunque la lluvia baja la temperatura, la humedad puede hacer que el ambiente dentro de la oficina se sienta frío o bochornoso. La humedad es una medida que a pocos agrada.
La temporada de lluvias a menudo coincide con un aumento en la circulación de virus respiratorios.
Los espacios cerrados y el contacto cercano en el transporte o la oficina pueden facilitar los contagios. Se vuelve necesario extremar precauciones.
Paraguas chorreantes, chamarras mojadas y zapatos húmedos pueden hacer que tu espacio de trabajo se sienta menos acogedor y más como un secadero improvisado.
En caso de una emergencia se puede contactar al: 911, o al 55-5683-2222 de la SGIRPC, así como la línea Locatel 55 5658 1111, si sucede en la Ciudad de México.
Estos son los verdaderos dolores de cabeza que la temporada de lluvias provoca para los colaboradores.
Las lluvias torrenciales pueden convertir calles en ríos. Los traslados se complican: dejan a la gente varada, dañan vehículos y hacen que el viaje a casa sea una pesadilla.
Esto afecta no solo la puntualidad, también la seguridad de los empleados.
Dentro de todo lo feo, las tormentas fuertes pueden provocar apagones. Interrumpen el desempeño en el trabajo. Los equipos electrónicos puedes dañarse y se convierte en una penumbra.
Goteras o incluso fallas estructurales menores pueden agravarse con la lluvia. El ambiente en el trabajo se vuelve incómodo o incluso inseguro.
El estrés diario de lidiar con las inclemencias del tiempo, los retrasos y la incomodidad puede afectar el ánimo y la productividad general del equipo.
Para mitigar lo malo y lo feo, es útil prepararse y ser precavido:
Que la lluvia no afecte tu estado de ánimo y productividad laboral