Cuando un familiar fallece debes de notificar a las instituciones bancarias en las cuales tenía sus cuentas. Si no lo haces, podrías heredar sus deudas.
En México, uno de los temores más comunes entre las familias es la posibilidad de heredar deudas tras la muerte de un ser querido. Si bien es un tema complejo y lleno de matices legales, es importante comprender las circunstancias bajo las cuales esto puede ocurrir.
En muchas ocasiones al duelo de la pérdida de un ser querido se le suma la burocracia que hay detrás de las deudas que dejan los difuntos. Al respecto, esto es lo que explica la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
De acuerdo con la institución, las deudas sí se pueden heredar, pero sólo en casos particulares.
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La Condusef apunta que si bien los acreedores pueden solicitar el pago de los montos que debían los difuntos, ninguna persona tiene la obligación legal de liquidar las deudas de una persona fallecida. Esto a menos que se trate de el o la cónyuge, así como el o la albacea del titular de la cuenta bancaria.
Pero esta situación no aplica en todos los casos. Respecto a las tarjetas de crédito y las hipotecas, la organización afirma que las deudas quedan condonadas tras el fallecimiento de la persona.
Sin embargo, esta disposición queda invalidada si existe un adeudo mínimo de tres meses de pago. Por esto, es importante notificar a las instituciones bancarias el fallecimiento de manera inmediata.
La mayoría de los créditos y deudas que una persona puede adquirir con instituciones formales, al fallecer se liquiden a través de seguros de vida prexistentes.
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Dejar olvidada la tarjeta de un fallecido no siempre es la mejor opción, pues al final del tiempo puede generar una deuda. Esto es porque pese a que se trate de una tarjeta de débito la cuenta no se desactiva de manera automática, por lo que se debe realizar un trámite de cancelación ante la institución bancaria correspondiente.
Si no se hace este trámite, generará una comisión por mantenimiento de cuenta.
Este proceso se debe validar con la firma del cuentahabiente o en su caso el familiar más cercano, pues la cuenta también debe quedar en ceros. Además, es deber del banco debe regresar el dinero a los clientes, a menos que exista algún interés por liquidar.
Los montos cobrados varían dependiendo de cada institución bancaria y se encuentran asentadas en el contrato.
Así mismo, la cuota por mantenimiento de cuenta también e cobrado cada determinado periodo según lo establezca cada institución financiera. Si después de este proceso la cuenta sigue activa ten cuidado, pues puedes ser víctima de robo de identidad.