La matemática de los votos electorales
Kamala Harris ha recabado dos mil millones de dólares, pero las donaciones políticas no ganan elecciones. Las elecciones se ganan al motivar a tus votantes a asistir a las urnas.
En menos de una semana, esta elección histórica en Estados Unidos llegará a su fin. Pero eso no será una garantía de que los resultados sean oficiales y que Harris o Trump puedan declarar victoria.
Desde que Trump anunció su postulación hace dos años, no se ha cansado de negar los resultados de la elección del 2020 e inclusive ha declarado que solo aceptará los resultados de esta elección si es considerada “limpia y justa”.
Lo que realmente quiere decir, es que, si él no gana la elección, movilizará a todos sus simpatizantes, incitará actos de violencia y rebelión como los ocurridos en la insurrección del 6 de enero del 2021.
E inclusive la elección podría ser decidida por la Suprema Corte de Justicia (como ocurrió en el 2000 con George W. Bush y Al Gore). La ventaja que Trump tiene es que los jueces de la Suprema Corte lo favorecerán.
Ojalá que no sea necesario llegar a ese punto, pero tristemente, es una reflexión de la realidad política que existe en Estados Unidos.
Es un país dividido donde la política de extremismo (de ambos partidos – demócratas y republicanos) ha causado una gran división y nadie está dispuesto a creer que su candidato/a no fue elegido por la mayoría de los votantes.
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Pennsylvania es la clave para la victoria
Desde que la vicepresidenta Kamala Harris fue nominada como la candidata presidencial del Partido Demócrata, su popularidad ha incrementado un par de puntos porcentuales a nivel nacional, pero en la mayoría de las encuestas indican que ella y Donald Trump continúan prácticamente empatados a nivel nacional.
Eso es irrelevante, lo que importa es quién ganará los votos electorales de los siete “estados morados” en los que se decidirá esta elección: Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Michigan, Nevada, Pennsylvania, y Wisconsin. En el resto de los 47 estados de Estados Unidos, la elección ya está decidida.
En Estados Unidos, los votantes tienen la opción de votar de manera ausente, por correo o por adelantado en urnas especiales. Hasta hoy, casi 50 millones de personas ya emitieron su voto.
Lo cual quiere decir que, para uno de cada cuatro votantes, la elección ya llegó a su fin. Ahora solo les toca esperar con ansiedad los resultados del próximo martes.
Pennsylvania es el estado en donde se decidirá la elección y es donde ambos candidatos han enfocado sus esfuerzos. Pennsylvania y sus 19 votos electorales son indispensables para llegar al número mágico de 270 necesarios para ganar la elección.
El resto de votos electorales están divididos de la siguiente manera entre estos estados: Arizona (11), Carolina del Norte (16), Georgia (16), Michigan (15), Nevada (6), y Wisconsin (10).
La mayoría de los analistas políticos (demócratas y republicanos) coinciden que con el conteo de votos electorales de los 43 estados restantes siendo constante y predecible, Harris necesitaría ganar 44 votos electorales con cualquier combinación de estos “estados morados” y Trump necesitaría ganar 51.
Conforme se vayan revelando los resultados en estos estados clave el día de la elección, el mapa para llegar a los 270 votos electorales se irá aclareciendo, y el último estado que dé a conocer su conteo será donde Trump llevará a cabo una campaña mediática para invalidar esos resultados. Muy similar a lo que ocurrió en Georgia en la elección del 2020.
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Periódicos nacionales y su nueva política de apoyo a los candidatos
El pasado fin de semana, Los Angeles Times y Washington Post rompieron con la tradición de publicar un editorial en que respaldan a uno de los candidatos. Ambas publicaciones decidieron abstener su apoyo, y no es tan claro si esa decisión tendrá ramificaciones para cualquiera de las campañas presidenciales.
En el caso del Los Angeles Times, esta decisión es un poco confusa. El LA Times no es un periódico imparcial y sus notas políticas y editoriales reflejan la política liberal de la ciudad y del estado de California.
¿Porque no apoyar a un candidato públicamente? ¿Será que piensan que Donald Trump ganará esta elección y no quieren disgustarlo? Pero históricamente esta publicación no ha desperdiciado una oportunidad para tirar golpes políticos a Trump. ¿Qué cambió?
Lo que sí se puede decir es que habrá muchos suscriptores como yo, que no valoran las noticias que aporta, y que no pensarán dos veces en dejar de leerlo.
El caso del Washington Post (WaPo) es más peculiar. WaPo es una publicación con un historial notorio. La presidencia de Richard Nixon terminó en su resignación gracias al trabajo investigativo de Bob Woodward y Carl Bernstein, en el que expusieron la participación del presidente en el caso Watergate y su abuso de poder para vengarse contra sus enemigos políticos. La película “All the President’s Men” está basada en la historia de Woodward y Bernstein.
Jeff Bezos, uno de los hombres más ricos del mundo, es el dueño del Washington Post. Desde su adquisición, el periódico se ha visto envuelto en una serie de resignaciones de editores y reporteros y este último anuncio de no patrocinar a un candidato si tendrá consecuencias más graves.
Contrario al LA Times, WaPo es un periódico que se supone es imparcial y que difunde las noticias desde la capital al resto del país. Bezos indicó que esta decisión fue basada en no querer dar la impresión de dividir más al país. Podrá ser cierto, pero una buena intención puede tener graves consecuencias para la democracia.
Últimamente, me parece que la gente está más molesta porque estas publicaciones no retroalimentan su cámara de eco, no por el hecho de dejar de publicar un respaldo político.
El mensaje económico de Harris no termina de resonar con los votantes independientes o indecisos
La economía es el punto más importante para la mayoría de los votantes y una reciente encuesta de NBC News indica que solo el 25 por ciento de los participantes consideran que las políticas de la administración del presidente Biden los favorecieron o tuvieron un impacto positivo, comparado con el 44 por ciento para Donald Trump.
El mensaje económico de Harris no ha penetrado más allá de la cámara de eco. Los demócratas han obtenido buenos resultados económicos para el país, pero la gente se niega a reconocerlo – o los demócratas no encuentran el mensaje adecuado.
El mensaje de ser “anti-Trump” ha sido el enfoque de Kamala Harris en estos últimos días, y eso no es suficiente. La gente ya sabe lo que es Trump, su retórica, su odio a los inmigrantes, sus políticas divisivas, etc. Lo que necesitan es ver cómo las políticas de Biden y Harris tuvieron un impacto positivo en su bolsillo.
Recientemente, el Dow Industrial Average logró un hito histórico al rebasar los 43 mil puntos.
La Reserva Federal comenzó a bajar la tasa de interés indicando que la economía se está estabilizando, la tasa inflación continúa bajando y llegó a un punto no visto desde el 2020.
Mientras que la tasa de desempleo está a la baja, en septiembre se añadieron más de 250 mil empleos, e inclusive JPMorgan Chase declaro que la economía había logrado un “aterrizaje suave”. Pero, aun así, Harris no logra convencer a la mayoría de los votantes de que sabrá cómo manejar la economía.
Es frustrante, pero también es frustrante ver cómo Harris responde a preguntas sobre el tema. Los medios de comunicación han sido muy críticos con Harris por no dar detalles específicos de su plan económico.
Aún así, su respuesta es predecible y casi robótica. Comienza diciendo que ella creció en una familia de clase media con retos económicos, que su plan económico es un plan de “economía de oportunidades para todos” y que Donald Trump propone recortar impuestos a sus amigos ricos y que Trump representa el pasado.
¿Es esta una respuesta adecuada? No, porque no tiene un toque humanista. Como lo indica la encuesta de NBC, la gente no está convencida de que las políticas de Biden y Harris han tenido un impacto positivo en su vida y en su bolsillo.
En mi opinión, este mensaje económico no es suficiente para convencer a los votantes independientes o indecisos de que su panorama económico mejorará.
Ayer vi un debate entre los portavoces latinos de ambas campañas y quedé realmente sorprendido por lo que dijo el portavoz demócrata, Chuck Rocha.
“Si Trump solo hablara de la economía, y si no fuera por el discurso de odio y sus distracciones, ya nos hubieran ganado de manera aplastante.”
Al final, tiene la razón.
La pregunta de los dos mil millones de dólares: ¿Podrán dos mil millones de dólares ganar la elección? Esa es la cantidad de donaciones políticas que han logrado recaudar Kamala Harris y el Partido Demócrata.
La gente ya está votando y para el día de la elección se predice que uno de cada tres votantes ya habrá emitido su voto.
La mayoría de esos fondos están destinados para asistir a Kamala Harris en los estados clave, pero las donaciones políticas no ganan elecciones. Las elecciones se ganan al motivar a tus votantes a asistir a las urnas.