Irma Serrano, ‘La Tigresa’, fue una artista y política chiapaneca que con más de 50 años de carrera le dejó a los líderes lecciones para aprender.
Irma Serrano fue una actriz conocida no solamente por su carrera en los escenarios. También se desarrolló como una política exitosa que con su carácter firme llegó al pleno de la Cámara de Senadores.
La Tigresa saltó a la fama durante la década de los 60 cuando el público la conoció por sus actuaciones en las películas: El Hijo de Gabino Barrera, Los Amores de Juan Charrasqueado y en algunas entregas de El Santo. Pero alcanzó el éxito en los 70, cuando adoptó su alias y nunca más se separó de él.
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Además, en 1974 comenzó a figurar como empresaria después de comprar el Teatro Mexicano que remodeló y posteriormente rebautizó como “Teatro Fru Fru”. Irma Serrano decidió estrenar su nuevo recinto protagonizando una obra llamada “Naná”.
Sin lugar a dudas, la carrera de La Tigresa no pudo haber sido tan exitosa de nos ser por las diversas habilidades de liderazgo que tenía y de las cuales hizo gala en diversas ocasiones.
A pesar de que suene como un cliché, siempre es necesario que los líderes busquen la forma de atraer la atención de la gente. Esas cualidades eran naturales para Irma Serrano ya que fue una artista completa. Sin embargo, es necesario recalcar que La Tigresa trabajaba constantemente para maximizar esos dones.
Para ser parte del día a día de las familias mexicanas ya sea en entrevistas, programas o en su vida política, ella procuró hacer de sí misma un personaje atrayente. Eso le permitió dejar su “sello personal” en todos los espacios que ocupó y que la gente constantemente la recordara.
Como política, Irma Serrano se destacó por su compromiso con las causas que defendía. Por ejemplo, la defensa de los derechos de las mujeres y los trabajadores; además de la lucha contra la corrupción.
Todas las causas por las que luchó hoy en día son compartidas por muchos ciudadanos. Sin embargo, durante los 90 eso era completamente distinto por lo que su periodo en la política fue recordado por la generación de propuestas novedosas.
Para poder ocupar tantos cargos y desarrollar una carrera profesional tan prolífica, Irma Serrano tuvo que armarse de determinación y valor en un mundo que durante la primera mitad del siglo, era gobernado por hombres.
Esa fue la razón por la que la líder del espectáculo fue tan aplaudida ya que rompió los estereotipos de género al dejar de ser una artista y convertirse en una empresaria apasionada.
La Tigresa dejó de aparecer en los medios de comunicación hasta los últimos años de su vida, pero antes de eso, la artista era vista en programas de televisión. Incluso se unió a la nueva generación activando su perfil en distintas redes sociales.
Mantenerse en el ojo público fue lo que en un inicio la ayudó a resaltar de entre todas las artistas de los 60 y ella lo sabía, por eso no se alejó de los reflectores. Eso aunque ella supo cuando fue el momento oportuno para ocultarse del ojo público.
Irma Serrano no solamente hizo gala de su carácter férreo en frente de las cámaras al ser parte de un personaje, ella era así. Al ser apasionada y temperamental ella siempre pudo expresar sus deseos de transformar su entorno y hacer que las demás personas se unieran a sus causas.
Ella fue la fuente de inspiración para muchas personas gracias a estas cualidades que nunca dejó a un lado, incluso hasta el día de su muerte.