La sabiduría oculta en esta historia puede transformarte en un líder más humano. Descubre algunas frases emblemáticas de la novela de Mary Shelley y cómo aplicarlas para fortalecer la autoestima y la inteligencia emocional en tu equipo.
Frankenstein es más que una historia de horror. En la novela gótica escrita por Mary Shelley en 1818, los líderes pueden encontrar lecciones sobre la naturaleza humana que siguen vigentes: el anhelo de aceptación, el dolor del rechazo y la búsqueda del amor propio.
No es casualidad que este mito literario resurja una y otra vez, tan es así que en 2025 Guillermo del Toro estrenó su propia versión cinematográfica del científico y el ser que creó de enormes proporciones construido con partes de cadáveres.
MIT SMR México se financia mediante anuncios y sociosActualmente, la inteligencia emocional es una de las habilidades más importantes que cualquier líder debe dominar en el terreno laboral, ya que esta capacidad está vinculada con el éxito.
Muestra de ello es que 90 por ciento de los líderes de alto desempeño tiene un nivel elevado de inteligencia emocional, y hasta 58 por ciento del éxito profesional depende de habilidades emocionales.
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A continuación compartimos seis frases célebres de Frankenstein y cómo aplicarlas para impulsar tu amor propio y dirigir equipos con autoestima e inteligencia emocional.
En la novela, tanto el Dr. Frankenstein como el ser que creó enfrentan cambios bruscos que les provocan sufrimiento. Un liderazgo inteligente reconoce que el cambio genera estrés y necesita ser gestionado con empatía.
Los buenos líderes preparan a sus equipos para la transición, comunican con claridad y brindan apoyo emocional durante las transformaciones.
No en vano el 44 por ciento de los gerentes afirma que la inteligencia emocional es la cualidad más importante para liderar equipos en tiempos de cambio, de acuerdo con un reporte de Niagara Institute.
Cuando entiendes que el cambio duele, puedes acompañar a tu equipo con paciencia y humanidad, fortaleciendo así la confianza y reduciendo la incertidumbre.
Esta advertencia de la criatura refleja que la ausencia de miedo puede dar poder, pero también encierra un llamado de atención para los líderes.
La confianza y la valentía son virtudes de un buen líder, pero uno sin temor alguno podría caer en la arrogancia o la imprudencia.
El verdadero poder requiere autoconocimiento y humildad, reconocer las propias limitaciones y emociones. Muchos empleados perciben la diferencia.
Según la consultora HayGroup, el 66 por ciento de los empleados cree que a sus líderes les falta inteligencia emocional, lo que afecta el clima laboral.
Un líder realmente poderoso combina coraje con autoconciencia; es decir, actúa con seguridad pero también con sensibilidad hacia los demás. Esa mezcla de valentía y empatía inspira respeto genuino en el equipo.
Estas contundentes palabras de la criatura de Frankenstein encierran una verdad aplicable al liderazgo. Un líder inseguro de sí mismo puede caer en el error de liderar mediante el miedo cuando no logra ganarse el respeto y el compromiso de su equipo.
Pero dirigir infundiendo terror mina la moral y la creatividad, las personas rinden mejor cuando se sienten valoradas, no intimidadas.
De hecho, la falta de reconocimiento es la razón número uno por la que los empleados renuncian, y por la que 66 por ciento dejaría su trabajo si no se siente apreciado. Para liderar con inteligencia emocional, es fundamental inspirar confianza y lealtad, no temor.
Construye relaciones basadas en la empatía y el reconocimiento sincero; así tu equipo te seguirá por convicción y no por obligación.
Esta frase, dicha por la criatura, refleja cómo las circunstancias influyen en el comportamiento de un líder.
Un ambiente tóxico o miserable puede convertir a un empleado positivo en uno conflictivo. Por el contrario, un colaborador que se siente feliz y valorado tiende a mostrar su mejor versión.
Los líderes tienen en sus manos crear condiciones donde su equipo florezca con reconocimiento, respeto y apoyo.
Estudios empresariales respaldan esta idea. Las organizaciones con líderes emocionalmente inteligentes registran hasta 30 por menos rotación de personal, pues los empleados satisfechos se quedan y prosperan.
En la práctica, si brindas a tu equipo un entorno justo y positivo (escuchando sus preocupaciones y celebrando sus logros) responderá con motivación, lealtad y un desempeño virtuoso.
Un líder con amor propio suficiente para fomentar el bien en otros logrará equipos de alto rendimiento y buen clima.
Cuando todo parece caótico, tener un propósito claro actúa como brújula. Esta frase recuerda la importancia de brindar dirección y sentido de propósito al equipo.
Un líder que comunica una visión sólida y objetivos bien definidos reduce la incertidumbre y la ansiedad en su gente.
La ciencia lo confirma. Casi 70 por ciento de los empleados prefiere trabajar en organizaciones con un fuerte propósito, y 90 por ciento se siente más motivado en entornos con significado compartido.
Por lo tanto, practica un liderazgo orientado por valores y metas inspiradoras. Define el “por qué” de cada proyecto y cómo cada integrante contribuye al objetivo común.
Al anclar a tu equipo en un propósito firme, fortalecerás su autoestima colectiva y les darás la confianza para superar juntos cualquier desafío.
En Frankenstein, la criatura afirma que la empatía de una sola persona podría redimir todo su odio. Esta poderosa idea se refleja en el liderazgo, a veces, una muestra de compasión basta para cambiar la actitud de alguien.
Un buen líder, con auténtica empatía, puede conectar incluso con colaboradores difíciles o desmotivados, devolviéndoles la confianza.
Las cifras lo avalan. Los empleados que tienen gerentes empáticos y emocionalmente inteligentes son cuatro veces menos propensos a renunciar.
La inteligencia emocional se manifiesta en actos sencillos (escuchar activamente, ofrecer ayuda y ser comprensivo con los errores) que demuestran a tu equipo que te importan como seres humanos.
Esa compasión genuina genera un ambiente de seguridad psicológica donde florece el amor propio colectivo, ya que cada miembro se siente respetado y es más probable que coopere, se comprometa y “haga las paces” con sus compañeros y con los objetivos de la organización.
Los monstruos internos de la inseguridad y el miedo se disipan cuando los líderes fomentan entornos de confianza, comprensión y motivación. En última instancia, el verdadero Prometeo moderno en la empresa es aquel líder capaz de dar “vida” a un equipo unido y seguro de su valía.