¿Alcanza el aguinaldo para una televisión de alta gama? Comparamos su precio con uno de los desayunos más populares de la CDMX para crear el Índice Torta de Chilaquil.
El aguinaldo está a la vuelta de la esquina. La época decembrina despierta la ilusión silenciosa de miles de colaboradores que imaginan cerrar el año con una pantalla gigante recién salida de la caja.
Como cada diciembre, los mexicanos esperan esta prestación con una mezcla de entusiasmo, alivio y múltiples planes financieros.
MIT SMR México se financia mediante anuncios y sociosMientras unos hacen cuentas para saldar deudas o adelantar la renta, otros ya recorren pasillos de tiendas departamentales en busca de la promoción perfecta.
En 2025, con el salario mínimo diario fijado en 278.80 pesos (unos 8 mil 475 al mes) el aguinaldo mínimo para quien gana el salario básico ronda los 4 mil 180 pesos (por 15 días de sueldo).
Para quienes ganan el salario mínimo, el aguinaldo obligatorio equivale a mínimo 15 días de salario, de acuerdo lo estipulado en la Ley Federal del Trabajo.
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La torta de chilaquiles, un desayuno callejero típico de la Ciudad de México, se ha vuelto un símbolo informal de la cultura oficinista capitalina.
Consiste en un pan bolillo relleno de chilaquiles (tortillas fritas con salsa) y a veces acompañado de pollo, queso, crema y otros ingredientes. Es un desayuno abundante, popular entre estudiantes y empleados por su precio accesible y capacidad para “curar la cruda” (resaca).
En la CDMX una torta de chilaquiles sencilla cuesta alrededor de 30 a 40 pesos en puestos callejeros.
Así como el Índice Big Mac compara el poder adquisitivo internacional con el precio de una hamburguesa, el equipo de MIT SMR México decidió tropicalizar el concepto de una “moneda gastronómica” al Índice Torta de Chilaquil, con la finalidad de traducir precios abstractos a algo cotidiano.
Por ejemplo, con un salario mínimo diario de 278.80, un empleado actualmente puede comprar casi ocho tortas con un día de trabajo (calculado aproximadamente 35 pesos cada una), cuando hace algunos años apenas podía comprar cuatro o cinco con el sueldo mínimo de entonces.
Esto muestra cierta recuperación del poder adquisitivo tras los aumentos recientes al salario mínimo. Sin embargo, las comparaciones se vuelven más impactantes al enfrentarlo con bienes de alto costo, como una televisión gigante.
Los televisores de 85 pulgadas representan un lujo tecnológico que muchos sueñan para su sala. En 2025, una Smart TV 4K de este tamaño tiene un precio considerable en el mercado mexicano.
Dependiendo de la marca y modelo, su precio puede ir desde unos 18 mil pesos en ofertas muy puntuales hasta 35 mil pesos o más en modelos premium.
Por ejemplo, un televisor Samsung UHD de 85″ tenía un precio mínimo de lista de 29,999 pesos en 2024, y aun con descuentos importantes seguía rondando los 20 mil pesos.
Otra referencia es que en tiendas departamentales, pantallas 85″ rebajadas durante promociones especiales (Buen Fin, Navidad) se han visto alrededor de 24 mil a 30 mil pesos.
En resumen, el desembolso por una sola pantalla es considerable, en contraste con el salario mínimo promedio en México.
Para ponerlo en perspectiva del día a día, el precio de una TV de 85″ equivale a unos 3.5 meses de sueldo de un empleado en salario mínimo (aproximadamente 8 mil 500 mensuales).
Es decir, más de 100 días de trabajo ordinario se necesitarían para reunir ese monto, asumiendo que pudiera destinarse íntegro a la compra, cosa poco realista dado que el salario debe cubrir muchas otras necesidades.
Por ello, no sorprende que estos dispositivos suelan adquirirse mediante créditos o pagos a plazos.
De hecho, las tiendas ofrecen esquemas de 12, 18 y hasta 24 meses sin intereses para pantallas de gama alta, buscando que el consumidor promedio pueda pagarlas poco a poco.
Con base en el Índice Torta de Chilaquil, al tomar como referencia una pantalla de 30 mil pesos (un precio habitual en modelos de gama media-alta en 2025) y un costo promedio de 35 pesos por torta, la comparación se vuelve clara.
El resultado equivale a alrededor de 857 tortas de chilaquiles. En términos prácticos, más de 800 tortas representan el valor aproximado de esa televisión que muchos empleados consideran adquirir con su aguinaldo.
Otra forma de visualizarlo es si un oficinista comprara una torta de chilaquiles diaria camino al trabajo, tendría que ahorrar el dinero de unos dos años y cuatro meses de desayunos (sin gastar ni un peso en ellos) para juntar el monto mínimo de la TV.
Incluso considerando tortas más “lujosas” de alrededor 40 pesos, seguirían siendo unas 750 tortas necesarias.
Y si existiera una torta muy económica de 20 pesos (casi imposible en 2025), harían falta 1,500 tortas para alcanzar el televisor.
En términos generales, la pantalla de 85″ representa un gasto enorme comparado con un consumo cotidiano básico.
Ahora, al contrastar ese resultado con un aguinaldo legal mínimo (15 días) de aproximadamente 4 mil 180 pesos para quien gana un sueldo mínimo, ese ingreso alcanza para unas 120 tortas de chilaquiles.
Es una cantidad nada despreciable en términos de comida (cuatro meses de desayunos pagados), pero apenas cubre 14 por ciento del costo de la televisión hipotética.
En otras palabras, harían falta alrededor de siete aguinaldos completos de un colaborador en el nivel mínimo para pagar el televisor.
Incluso un empleado con mejor salario que reciba, unos 10 mil pesos de aguinaldo (producto de un sueldo mayor o más días otorgados), tendría en sus manos el equivalente a unas 285 tortas, suficiente para menos de un tercio del televisor.
Solamente aquellos empleados muy bien remunerados y con bonos podrían cubrir de tajo este gasto con el aguinaldo; para el resto, sigue siendo un lujo fuera del alcance del pago único.
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Este ejercicio esconde una realidad económica. Por un lado, refleja que el salario mínimo ha mejorado en los últimos años en México (ha tenido incrementos por encima de la inflación) recuperando más del doble de su poder real desde 2018.
Un empleado hoy puede comprar más bienes básicos (más tortas, por así decirlo) que hace cinco años con el mismo esfuerzo laboral. Sin embargo, también subraya la brecha enorme entre los ingresos promedio y los precios de productos tecnológicos o de lujo.
Aunque la televisión de 85″ no es un artículo de primera necesidad, su costo relativo expone que muchos bienes siguen siendo prohibitivos para el mexicano común si pretende adquirirlos de contado.
En términos de la vida diaria, el Índice Torta de Chilaquil de MIT SMR México muestra que el aguinaldo, pensado para aliviar gastos de fin de año y quizás dar uno que otro gusto, alcanza para placeres simples, como cenas, ropa o algunos regalos, pero difícilmente para gastos mayores sin apoyo de financiamiento.
Si una persona destinara todo su bono navideño a consumir únicamente tortas, comería “gratis” por meses; pero si quisiera intercambiar ese bono por un aparato electrónico de alta gama, probablemente tendría que ahorrar varios años o endeudarse.
