La IA puede ayudarte a llevar una estrategia fiscal impecable. Sin embargo, su criterio nunca sustituirá al de los humanos.
En un entorno empresarial cada vez más dinámico y competitivo, la adopción de tecnologías de última generación como la Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en una necesidad estratégica ya que puede ser la clave para cerrar brechas críticas en áreas financieras, fiscales y operativas.
A manera de ejemplo, el Plan Maestro 2024 del Sistema de Administración Tributaria (SAT) ya utiliza la IA para aumentar la recaudación fiscal, prevenir la evasión de impuestos y clasificar a los contribuyentes.
Es más, en el primer cuatrimestre de 2024 alcanzó un billón 766 mil 612 millones de pesos, lo que representa un incremento de 5.5 por ciento en comparación con el mismo periodo de 20231.
Sin embargo, desde este momento vale la pena decir que la IA procesa datos, aprende rápido, pero no sustituye el criterio humano, ni tampoco soslaya la necesidad de que el contribuyente pueda ofrecer pruebas ante la misma autoridad fiscal o, en su caso, ser oído en juicio.
Aclarado lo anterior, es de destacarse que, si bien se habla mucho de la implementación de la IA en las empresas y en la vida diaria, el empresario promedio en México no conoce las herramientas para hacer frente a las diversas medidas empleadas por parte de las autoridades o la competencia.
Como resultado, la contabilidad de su negocio no coincide con los soportes de las áreas comerciales y operativas, por lo que ante el cuestionamiento de la autoridad fiscal, la posibilidad de salir airoso es limitada.
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¿Cómo solucionarlo? Arturo González de Araujo, socio director de González de Araujo Consultores explica que el primer paso es que el empresario o tomador de decisiones debe ser autocritico y flexible, es decir, cuestionarse si tiene claramente identificado e implementado un proceso objetivo y políticas ciertas (no complicadas) sobre clientes, proveedores e inventarios.
Para supervisar la correcta operación, es fundamental contar con asesores expertos en el uso de IA, pues es la manera en que disminuirán los errores humanos, así como los tiempos y costos del mismo, es decir, la IA democratiza el análisis masivo de información que de otra manera solo las grandes empresas con grandes corporativos de contadores, abogados y consultores en general podrían hacer en meses de trabajo.
Como ventaja adicional, si se utiliza hábilmente se podrá dar seguimiento puntual a la reputación, así como a la tendencia financiera del negocio de los pequeños y medianos empresarios para tomar decisiones asertivas y eficaces en el crecimiento de la empresa, lo que genera riqueza para todos sus miembros, incluyendo Recursos Humanos.
Sobre este último rubro, González de Araujo afirma que es fundamental la implementación por expertos de estas herramientas de IA, pues a partir de éstas es posible diagnosticar perfiles, aptitudes, y fortalezas entre sus miembros, lo que no solo provoca una mayor productividad, sino un aumento muy significativo de felicidad y ambiente laboral.
“Cuando el personal se siente útil, provechoso para alcanzar sus metas personales y profesionales, será más fácil alcanzar el cumplimiento normativo en esta materia”.
Es una realidad que hoy, ya las empresas no deben implementar soluciones iguales a las del pasado, cuando los competidores y las autoridades ya no son las mismas.
Donde la competencia es muy disciplinada en disminuir costos, la retención de talento basado en el balance de una vida profesional y personal es un requisito sine qua non y una mercadotecnia altamente agresiva que provoca una dificultad para sobresalir ante el consumidor.
También es una invitación a acercarse e implementar programas piloto con el uso de tecnología y asesores que sepan usar estas herramientas para que los entregables y reportes sean medibles, monetizables y alineados a la planeación estratégica de los Consejos de Administración e inversionistas, pues será una piedra angular en la sobrevivencia en la segunda parte de la década.
1. https://www.eleconomista.com.mx/opinion/SAT-impuestos-e-Inteligencia-Artificial-20240719-0026.html