Para las empresas del sector financiero, la implementación de la IA no solo se traduce en eficiencia operativa, sino también en ahorros significativos.
Ante nuestros ojos estamos viviendo una revolución financiera, y el principal catalizador del cambio ha sido la Inteligencia Artificial (IA).
Los algoritmos de aprendizaje automático, más conocidos como machine learning, han dejado de ser una fantasía de ciencia ficción para convertirse en herramientas imprescindibles que están redefiniendo la forma en que las instituciones financieras operan y brindan servicios.
El panorama financiero actual está marcado por la necesidad de tomar decisiones ágiles y precisas.
Desde la detección de fraudes hasta la personalización de servicios para una clientela cada vez más diversa y exigente, los desafíos son enormes. Es aquí donde la Inteligencia Artificial se erige como una solución viable y eficaz.
La Inteligencia Artificial ayuda a dar créditos y evitar fraudes
En 2020, la mayoría de las operaciones financieras de más de 10 millones de dólares se realizaron a través de algoritmos. Según JP Morgan, se prevé que este mercado crezca 4 mil millones de dólares en los próximos cuatro años, hasta alcanzar un valor de 19 mil millones de dólares.
Otra vertiente que se ha visto beneficiada es, sin lugar a dudas, la atención al cliente, que ha experimentado una revolución gracias a los chatbots y sistemas de atención automatizada.
Estos no solo proporcionan respuestas rápidas y precisas a las consultas de los clientes, sino que también están disponibles las 24 horas del día, los siete días de la semana, mejorando significativamente la experiencia del usuario.
Para las empresas, la implementación de la IA no solo se traduce en eficiencia operativa, sino también en ahorros significativos.
La automatización de procesos administrativos y financieros no solo reduce costos, sino que también minimiza errores humanos, lo que se traduce en un aumento de la rentabilidad.
Como ejemplo de ello, McKinsey estima que la inteligencia artificial podría reducir los costos operativos de la banca en 7 mil 300 millones de dólares a nivel mundial.
Además, es importante considerar que existen soluciones innovadoras para los problemas tradicionales del sector financiero.
La detección temprana de fraudes, la predicción de riesgos y la gestión personalizada de carteras son solo algunas de las formas en que la IA está transformando la industria, proporcionando a las empresas una ventaja competitiva crucial.
Del cajero automático a la IA, así se orquesta la revolución de la banca
Pero más allá de las operaciones de frente al cliente y la eficiencia operativa, la Inteligencia Artificial también está remodelando cómo desarrollamos y probamos software dentro de las instituciones financieras.
En lugar de invertir semanas de trabajo humano en diseñar casos de prueba y encontrar vulnerabilidades, los algoritmos de aprendizaje automático pueden realizar estas tareas en una fracción del tiempo. Además, estos algoritmos ofrecen la capacidad de buscar y comprender extensos repositorios de código y documentación.
Esto es invaluable para acelerar el proceso de incorporación de nuevos miembros al equipo y también para facilitar la depuración de errores y desarrollo de nuevas funcionalidades.
El uso de la Inteligencia Artificial se ha convertido en el timón que guía el futuro del sector financiero.
Aquellas instituciones que adopten estas tecnologías no solo estarán mejor equipadas para enfrentar los desafíos del presente, sino que también estarán preparadas para liderar en un futuro cada vez más digitalizado y competitivo.
Como lo mencioné al inicio, la revolución financiera tiene un gran impulso por la Inteligencia Artificial y esto no es simplemente una opción; es una necesidad imperativa en un mundo donde la velocidad, la precisión y la personalización son los pilares fundamentales del éxito.
Como empresarios, debemos abrazar este momento no solo para prosperar, sino que también allanar el camino para una industria financiera más ágil, eficiente y centrada en el cliente.