La tecnología está revolucionando la vida y el trabajo, y es hora de derribar las barreras arraigadas que nos han limitado por años. En el presente y el futuro del desarrollo tecnológico, las mujeres tenemos el potencial y las habilidades para no solo participar sino también liderar el camino.
El mundo laboral del futuro se encuentra en la esfera tecnológica. El informe “El Futuro del Empleo 2023” del Foro Económico Mundial (WEF) deja en claro que los empleos relacionados con Inteligencia Artificial, Robótica, Inteligencia de Negocios y Análisis de Datos experimentarán un notable crecimiento.
Este panorama plantea un horizonte donde la demanda de especialistas con habilidades adecuadas para llenar estas nuevas posiciones será alta. Sin embargo, ¿es esto realmente una posibilidad para todos?
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) advierte que las mujeres son el grupo más vulnerable ante esta transformación laboral tecnológica. Factores como la carencia de acceso a formación STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), junto con las dificultades para acceder a roles de liderazgo, impactarán significativamente a las mujeres.
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Ante cifras impactantes, como las reportadas por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), que señalan que sólo tres de cada diez profesionales en STEM eran mujeres en 2022, es imperativo cuestionarnos como sociedad, educadores, gobiernos, organizaciones civiles y empresas privadas, qué estamos haciendo para abordar esta disparidad.
El inicio del problema, la semilla de la desigualdad, se siembra en la infancia. Aunque actualmente la niñez experimenta de forma temprana la tecnología, reconociendo su impacto positivo principalmente en dinámicas de entretenimiento y educación, los estereotipos arraigados comienzan a frenar el interés y limitar el crecimiento específicamente de las niñas en áreas tecnológicas.
Con el tiempo, poco cambia. Los modelos y figuras tecnológicas más reconocidas siguen siendo predominantemente masculinos, lo que no inspira ni refleja la diversidad necesaria en el sector, enfatizando o incluso normalizando esta brecha de género.
A pesar de los obstáculos, cuando las mujeres perseveramos y superamos las barreras que enfrentamos desde la infancia hasta la juventud, obteniendo reconocimientos o títulos en ciencia y tecnología, nos topamos con un nuevo desafío: acceder a un espacio laboral que valore y promueva nuestras contribuciones y nos abra espacios para ejercer nuestro liderazgo.
Estas etapas de desarrollo están llenas de obstáculos como desigualdades salariales, acoso laboral, dificultades derivadas de los distintos roles de género y más, todas contribuyendo a la baja representación de mujeres en entornos tecnológicos.
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Sin embargo, es esencial notar que ninguna de estas barreras está respaldada por evidencia real. No hay fundamento científico que justifique la idea de que las mujeres no podemos aprender, crecer y liderar en campos STEM. ¿Entonces, cómo podemos cambiar esta dinámica y prepararnos para participar del diseño tecnológico del mundo?
La tecnología está revolucionando la vida y el trabajo, y es hora de derribar las barreras arraigadas que nos han limitado por años. En el presente y el futuro del desarrollo tecnológico, las mujeres tenemos el potencial y las habilidades para no solo participar sino también liderar el camino.
Ofelia Reyes es directora de Bootcamp en Laboratoria