Rocky esperó a que una oportunidad apareciera para ponerle empeño y dedicación a su entrenamiento, por el contrario, Usain trabajó durante toda su vida para cambiar al mundo del atletismo. Como dueños de negocios debemos tener claro que es absurdo querer invertir en nuestra preparación y mejora continua hasta el momento de que un campeonato se presente.
Te preguntarás qué tienen que ver el legendario personaje ficticio Rocky Balboa y la leyenda viviente del sprint Usain Bolt en una columna de negocios. Te explico la respuesta enseguida.
Desafortunadamente la gran mayoría (se cuentan en millones) de los dueños de pequeños negocios en Latinoamérica y los Estados Unidos tienden a caer en la filosofía que yo llamo “Balboa”.
Recordemos brevemente la historia de Rocky Balboa. Rocky es un boxeador de barrio completamente desconocido, un don-nadie podríamos decir, y por azares del destino y la señora fortuna, milagrosamente le llega una oportunidad inimaginable: de la noche a la mañana estará en posición de pelear por un campeonato mundial.
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Por tal motivo, el día que se entera de esa oportunidad el icónico boxeador comienza religiosamente a poner un empeño y dedicación titánicos al entrenamiento necesario para lograr tener el calibre de un campeón y no morir en el intento.
De la misma manera millones de dueños de pequeños negocios sueñan con tener oportunidades de negocios milagrosas, las cuales imaginan que cambiarán sus vidas empresariales y económicas para siempre.
El problema no está en anhelar esas oportunidades, el problema, a mi parecer, reside en que al igual que mi querido Rocky esperan a que una oportunidad así aparezca en su camino para comenzar a prepararse y de la noche a la mañana convertirse en una super empresa que pueda manejar semejante oportunidad de negocio.
Por desgracia, en el 99 por ciento de los casos es inútil querer elevar el nivel empresarial y organizacional de manera “mágica”. El lograr cambios de esta magnitud requieren lo que mas nos duele invertir: mucho tiempo, dedicación, dinero y esfuerzo de manera continua por bastantes años. No existe una píldora mágica con la cual acelerar nuestra sofisticación y desempeño empresarial y organizacional de manera inmediata.
Ahora pongamos nuestros ojos en la historia de Usain Bolt. Usain por muchos años se enfocó de manera apasionada, obsesionada y estratégica en su preparación y desempeño antes de lograr tener la oportunidad de cambiar el mundo del atletismo para siempre.
Usain, tenía claro desde el inicio que era lo que necesitaba traer a la mesa para cuando llegara una oportunidad de grandes magnitudes, por lo tanto invirtió sin miramientos en su visión y en su sueño: ser el mejor sprinter de todos los tiempos.
Los deportes y los negocios tienen un bello paralelismo, es muy similar la forma de actuar de un campeón del deporte que la de un excelente empresario.
Nosotros como dueños de negocios debemos tener claro que es absurdo querer invertir en nuestra preparación y mejora continua hasta el momento que una oportunidad se presente.
Las oportunidades se presentan y las puedes visualizar cuando estás preparado para ellas y créeme que esas oportunidades pasan por enfrente de nosotros por un tiempo muy limitado y si no estás listo para atraparla y para manejarla simplemente se esfumara o te hará mas daño que beneficio, ya que una oportunidad de alta gama demanda mucho de nosotros y si irresponsablemente la tomamos nos puede llevar a dejarnos en una posición peor a la que estábamos.
A diferencia de Rocky, Usain Bolt lo teníaa clarísimo: habría que invertir por años para estar completamente preparado para esos menos de 10 segundos y lograr cambiar la historia de su equipo y de el mismo. Usain fue 100 por ciento intencional, Rocky no.
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Como empresarios latinos nos cuesta MUCHISIMO invertir tiempo y dinero en lo que no es palpable. Nos gusta invertir en autos, equipo, edificios o viajes, pero simplemente no creemos en invertir en lo más importante: nuestra mejora continua, mejorar nuestro desempreño al estar siempre al día con nueva educación, nuevos conceptos, nuevas formas de pensar, nuevas formas de romper con paradigmas, por lo tanto nos cuesta mucho innovar.
El mayor impacto que yo veo en esta falta de visión es que como empresarios y como empresas dejamos de ser relevantes y sobre todo dejamos de ser la mejor opción para nuestros clientes, con un nivel mediocre y arcaico jamás podremos ser el aliado o proveedor que nuestros clientes buscan, ese proveedor que los ayude a ganar en el mercado, un proveedor que les lleve de la mano a ser mejores.
Por eso, no esperes la oportunidad, búscala, fabrícala, sé intencional como Usain Bolt, créeme valdrá la pena.
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