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Deja de vivir en modo supervivencia y comienza a focalizar

Las preocupaciones constantes, los pensamientos ansiosos o las rumiaciones sobre problemas pasados pueden distraernos de estar plenamente presentes en el momento y enfocarnos en las tareas que tenemos entre manos.

Rosa León 09 Jul 2024

¿Paralizado, procrastinando, rumiando pensamientos repetitivos? Los cambios si bien son graduales la decisión a tomar es radical desde la claridad y paz interior.

De esta manera se convierte en un compromiso con uno mismo, se convierte en tu estilo de vida.

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Te comparto cinco aspectos para comenzar a focalizar:

La importancia de la concentración

La concentración es fundamental para el éxito en todas las áreas de la vida.

Muestra cómo la capacidad de enfocarse en una sola tarea a la vez puede aumentar la eficiencia y la calidad del trabajo, así como mejorar la experiencia personal de la vida cotidiana.

Entrenamiento de la mente

Ejercicios desde simples prácticas de atención plena hasta métodos más avanzados de meditación, diseñados para desarrollar gradualmente la atención y el control sobre los pensamientos.

Gestión de la energía

La concentración no se trata solo de enfocar la mente, sino también de dirigir la energía (me refiero a la e-moción / energía en movimiento).

Identificar y gestionar eficazmente la energía mental para maximizar la productividad y la claridad mental.

Eliminación de distracciones

El desafío de las distracciones en el mundo moderno y estrategias para superarlas.

Cómo crear entornos propicios para la concentración y cómo desarrollar la disciplina necesaria para resistir las tentaciones que distraen.

Aplicación en la vida diaria

Aplicar los principios de concentración en la vida diaria para mejorar las relaciones, el trabajo, la salud y el bienestar general.

6 libros sobre salud mental para alcanzar el bienestar como colaborador

Distractores en la vida cotidiana

Dispositivos electrónicos y redes sociales: Las redes sociales, en particular, pueden consumir una cantidad significativa de tiempo y atención, alejándonos de nuestras metas y compromisos importantes.

Preocupaciones y rumiaciones mentales: Las preocupaciones constantes, los pensamientos ansiosos o las rumiaciones sobre problemas pasados pueden distraernos de estar plenamente presentes en el momento y enfocarnos en las tareas que tenemos entre manos.

Entorno físico desorganizado o ruidoso: Un entorno desordenado, caótico o ruidoso puede ser un gran distractor para algunas personas.

Los estímulos visuales o auditivos constantes pueden dificultar la concentración y hacer que sea difícil enfocarse en una tarea específica. Esto incluye tanto el desorden físico en el espacio de trabajo como el ruido ambiental, como el tráfico o el bullicio en un café.

Focalizar se refiere a dirigir conscientemente la atención y la energía mental hacia un objetivo específico.

Implica no solo dirigir la atención hacia un punto focal, sino también mantener esa atención de manera sostenida, evitando que se disperse en distracciones o pensamientos irrelevantes.

También es un proceso activo que requiere entrenamiento y disciplina mental para lograr una concentración profunda y efectiva para alcanzar el éxito en cualquier área de la vida. ¡No eres multitasking!

¡Di no al multitasking! 4 peligros de esta actividad para la salud mental

3 acciones para vivir una vida en focalización

A continuación, te comparto algunos pasos para desactivar el modo supervivencia de nuestra amígdala:

1. Práctica de la atención plena (mindfulness)

La atención plena es una herramienta poderosa para entrenar la mente en la focalización.

Practicar la atención plena implica prestar atención deliberada al momento presente, observando los pensamientos, emociones y sensaciones corporales sin juzgar.

Esto ayuda a calmar la actividad de la amígdala, el centro de procesamiento emocional en el cerebro, reduciendo la reactividad al estrés y las amenazas percibidas.

2. Entrenamiento de la concentración

Al practicar la concentración, estás fortaleciendo la capacidad de dirigir tu atención hacia lo que es importante y mantenerla allí, lo que ayuda a reducir la activación excesiva de la amígdala.

3. Gestión del estrés y autocuidado

El estrés crónico puede mantener activada la amígdala, lo que dificulta la focalización y la concentración.

Prioriza el autocuidado y un estrategia personalizada para gestionar el estrés, como el ejercicio regular, el sueño adecuado, la alimentación saludable, la conexión social y la práctica de actividades relajantes.