Liderazgo Capital Humano Actualidad

¿Cuál es tu suposición?

Sabemos que sin poder respirar somos únicamente el cuerpo que habitamos. Pero ¿sabías también que al respirar podemos llegar a convertirnos en el aire que respiramos al integrarse a nuestro cuerpo y nuestra mente?

Burcu Kadipinar 17 Nov 2023

Hoy en día se conocen muchas prácticas relacionadas con el control de la respiración, y se destaca la importancia de aprender a respirar conscientemente para disfrutar de una mejor salud mental y física.

Ejercicios de mindfulness y meditación que han sido estudiados por neurocientíficos para observar sus efectos positivos en nuestro cerebro, nos han acercado cada vez más a la ciencia de la mente desde hace más de 20 años.

Publicidad
Publicidad

Y gracias a la tecnología avanzada, hoy en día podemos estudiar mucho mejor el cerebro y comprender cada vez más los beneficios de estas prácticas maravillosas.

Las 4 mejores apps para meditar en la oficina y alejar el estrés

Quienes me conocen saben que no paso ni un solo día sin meditar, y siempre me preguntan cómo logro tomarme el tiempo para hacerlo. Mi respuesta es casi siempre la misma: porque me amo.

Y muchas veces esta respuesta sorprende a muchos porque no relacionan la meditación con el amor propio. Los entiendo, ya que antes de aprender a meditar, yo tampoco los relacionaba. Pero ahora que llevo muchos años meditando, puedo decir que Si me amo, medito”.

Meditar para mí es la máxima expresión de un amor excepcional y único hacia uno mismo y hacia los demás. Y ahora te planteo a ti, apreciado lector, esta pregunta: ¿Cuál es para ti la máxima expresión de amor propio y ajeno?

En este contexto, quisiera destacar que me encanta escuchar cuando mis pacientes y estudiantes me dicen a diario la frase “necesito meditarlo”, especialmente cuando me comparten sus vivencias o lo que han sentido al ver, leer o escuchar algo o a alguien.

A mi parecer, el que quiere meditar las cosas nos comunica que necesita organizar su mente y aterrizar lo percibido para llegar a conclusiones claras y tal vez puntuales.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, aquellos que lo expresan no son conscientes de que al hacerlo están dirigiendo su atención hacia un encuentro entre su respiración, sus pensamientos y sentimientos que pronto se transformarán en un camino que recorrerán para poder encontrar la verdad que desean descubrir.

Al recorrer este camino de la meditación contemplativa, aunque sea con los ojos abiertos, la toma de decisiones puede tornarse mucho más sencilla. De hecho, al permitirnos meditar de nuestras necesidades y deseos, pueden surgir proyectos extraordinarios que beneficien a un gran número de personas. Un ejemplo de ello es, indudablemente, escribir un libro.

¿Qué piensan ustedes? ¿Cuánto tiempo creen que se requiere para contemplar acerca de nuestras experiencias, sentimientos, aprendizajes y cuestionamientos para poder escribir un libro?

Además, escribir un libro ¿es más fácil que reescribir nuestra propia historia? Y, al reescribir ¿nos redefinimos a nosotros mismos o redefinimos lo que hemos vuelto a escribir?

Hace un par de semanas tuve el gran honor de estar en la presentación del libro ¿Qué hace alguien como tú en un lugar como éste?, escrito por el emprendedor serial y fundador de la empresa SOLBEN, Daniel Gómez Iñiguez.

Antes de la publicación de su nuevo libro, tuve muchas conversaciones interesantes y únicas con él, siempre acompañadas de un delicioso café para darle un sabor adicional a estas platicas excepcionales.

La verdad es que conversar con él, sumergirme en su mente y perderme en sus palabras y pensamientos, para luego reencontrarme con él en un punto completamente nuevo, creativo e incluso familiar, siempre ha sido y seguirá siendo un gran placer para mí.

Meditar en la oficina es posible; sigue estos pasos para reducir el estrés

Su personalidad, que incesantemente busca la respuesta a la gran pregunta de cómo hacer de este mundo un lugar mejor lo motiva no solo como individuo, sino también como empresario y autor, inspirándose incansablemente con una gran pasión por el conocimiento, arte y lectura.

El título del libro, “¿Qué hace alguien como tú en un lugar como éste?” plantea una pregunta que quizás necesitemos hacernos en cada momento, y está tomada de la obra del gran artista y autor Alejandro Magallanes. Esta pregunta nos da mucho que contemplar ya que, siendo conscientes, todo en nuestra vida podría comenzar y terminar en el mismo momento de formular esta misma pregunta.

A esta pregunta tan relevante me gustaría sumar las siguientes:

¿Qué deseas que inicie en tu vida y qué deseas que llegue a su fin?

Además, ¿te gustaría que estos comienzos o finales ocurrieran en el lugar donde te encuentras actualmente?

Recorriendo cada una de las páginas de este libro con tu mente, te reencontrarás a lo largo de 264 páginas acompañando el autor hacia su viaje a una redefinición personal, lleno de aprendizajes personales y enseñanzas universales donde estarás abrazando más preguntas con tu mente. 

Y me parece muy curioso que no siempre podamos responder a todas las preguntas que nos plantea, o que algunas de esas preguntas no requieren respuesta. Y siendo alguien inquisitiva y con el deseo de que encuentres algo positivo en el proceso, también te pregunto:

¿Alguna vez te han hecho alguna pregunta que no has podido contestar o que no necesitaba ser contestada? ¿Cuál fue? El no poder contestarla ¿qué beneficio o resultado positivo tuvo? Respira…medítalo.

Acaso, ¿tú has hecho este tipo de pregunta que no pueden contestar o que no necesita ser contestada? El hecho de que no necesitara ser contestada, ¿qué te está diciendo o enseñando?

Numerosas preguntas surgen en nuestro interior, algunas o tal vez pocas con respuestas y otras tal vez sin ninguna. Unas que dan lugar a un ruido interior inquietante, mientras que otras destacan el silencio que llena el espacio. Y muchas de ellas que reverberan en nuestra mente.

Leí este libro antes de que se publicara, y cuando nació y lo tuve en mis manos, pude abrazarlo de una manera diferente, con algunas respuestas diferentes a las mismas preguntas que ya había leído, disfrutando de la experiencia de ver cómo mi mente había cambiado al querer responderlas- en algunas ocasiones sin éxito, pero siempre dejando una huella en mi corazón.

Puedo decir con sinceridad que ni antes, ni después de leer este libro soy la misma persona, y al volver a leerlo de nuevo, con el afán de querer responder a las mismas preguntas, sé que seguiré cambiando. ¿Y sabes qué?  ¡Tú también!

Hoy me pregunto si esto será el secreto de este libro, y me surgen más preguntas:

Querer responder a una pregunta y no poder ¿es una respuesta en sí?

O ¿por qué siempre queremos responder a todo? ¿es necesario hacerlo?

Y si preguntáramos al silencio algo, ¿qué nos respondería?

O tú, ¿Cómo respondes ante el silencio?

Si no tienes una respuesta a estas preguntas, no te preocupes. Sólo RESPIRA, pero de manera más consciente aun, tanto desde una perspectiva espiritual como neurobiológica. Pero sin olvidarte del hecho científico de que la mala calidad de aire ya sea en el ámbito global o en el entorno personal, profesional o escolar, puede llegar a contaminar nuestro interior y perjudicar nuestra salud.

Personalmente yo no era consciente de que en los lugares cerrados nos contaminamos más que afuera, hasta que lo investigué a raíz de una plática que he tenido con el autor.

De hecho, su nueva empresa recientemente fundada bajo el nombre ANAPANA (sig. “respiración consciente”) abraza con su visión la salud preventiva para cada uno de nosotros, limpiando y purificando con una tecnología especial el aire en espacios cerrados donde pasamos la mayoría de nuestro tiempo sin saber lo que estamos inhalando y cómo nos está impactando física y mentalmente.

Origami, 4 beneficios de practicar este arte japonés en la oficina

Ahora, querido lector, imagina leer este libro o este artículo en un espacio donde sabemos qué respiramos para conectar de manera más saludable nuestras neuronas e intentar a responder a las preguntas que nos hace el autor en su libro, pero sin aferrarnos a una respuesta en particular:

¿Lo que estás pensando te está generando paz y tranquilidad?

¿Ser sensible es ser vulnerable?

¿Realmente estamos presentes (en el aquí y el ahora)?

Daniel Gómez Íñiguez, el emprendedor regiomontano con una sonrisa radiante y una mente brillante, hace lo invisible visible para quienes lo conocemos y quienes lo conocerán. Nos inspira con su ejemplo a nunca dejar de soñar y a cuestionarnos, manteniéndonos siempre en el presente, porque solo en el presente estaremos con nosotros mismos y quizás volveremos a encontrar lo que más anhela nuestro corazón. ¿De qué depende? De las preguntas que nos haremos y también de las respuestas que encontremos, o a lo mejor no encontraremos. ¿Te animas a preguntártelas?

Los dejo con el sabor excepcional de fomentar la reflexión a través de las preguntas realizadas por mi querido Daniel Gómez Iñiguez, las mismas que él me hizo antes de que se publicara este artículo:

¿Será que en el presente realmente encontramos lo que más anhela nuestro corazón?

Pero ¿qué es lo que más anhela nuestro corazón?

Y ¿todos tenemos el mismo anhelo?

Ahora… ¡a contemplar meditando y a meditar contemplando para crecer desde el interior, empezando con la pregunta ¿Qué hace alguien cómo tu en un lugar como esté?