Cómo Blockchain puede democratizar el acceso a la riqueza

Muy pocas personas lo tienen todo, mientras miles de millones en todo el mundo no tienen nada o casi nada.

No se debe a la falta de dinero. La riqueza existe, pero está muy mal distribuida.

Por ejemplo, en Latinoamérica, el 10 por ciento de las personas más ricas posee 71 por ciento de la riqueza, mientras sólo paga en impuestos el 5.4 por ciento de su renta, según la Cepal y Oxfam.

El patrimonio de los multimillonarios de la región alcanzó los 543,000 millones de dólares.

Gran parte de este inequitativo acceso a la riqueza se debe a los intermediarios financieros que encarecen el dinero y  que impiden que millones de personas en Latam tengan acceso a un crédito.

En México, por ejemplo, según varias estimaciones, dos de cada tres personas nunca han tenido acceso al crédito formal.

Sin financiamiento es aún más difícil salir de situaciones de pobreza o alcanzar mejores niveles de vida, como bien lo señala el Banco Mundial.

Yo conozco la pobreza de cerca. Sé lo que se siente no tener lo suficiente para satisfacer todas las necesidades.

Cuando tenía 21 años mi papá enfermó y se quedó postrado en la cama para siempre. Tuve que dejar la escuela para hacerme cargo de la pequeña empresa familiar de construcción en Arizona.

En ese periodo, mi hermano menor, Anthon, y yo enfrentamos juntos la escasez de recursos y compartimos también las dificultades e injusticias que sufrían los trabajadores mexicanos en el sector de la construcción.

Estamos acostumbrados a no tener cosas y a tener que depender de nosotros mismos. Estamos acostumbrados a la injusticia en el mundo.

Al trabajar codo a codo con los empleados mexicanos de mi padre, los mexicanos se convirtieron en nuestra familia y en personas que nos ayudaron a sobrevivir.

Aunque después pude terminar mi carrera como licenciado en Ciencias de la Computación y trabajar en importantes empresas, como Boeing y Apple, mi pasión por crear cosas nuevas me llevó a emprender varias empresas.

Así llegué al sector financiero, donde pude aprender mucho más de las inequidades que existen en el acceso a la riqueza.

Fue por eso que decidí, junto a mi hermano Anthon, fundar Etherfuse, una startup cuyo propósito es garantizar que cualquier persona, en cualquier parte del mundo, tenga acceso a productos financieros seguros.

Blockchain para todos, ¿qué oportunidades ofrece esta tecnología?

México y los stablebonds 

Ante la poca confianza hacia las instituciones bancarias, muchas personas de Latam han buscado otras formas de realizar sus pagos de servicios y envíos de remesas a sus familias.

Su opción ha sido el uso de criptomonedas, como el Bitcoin, cuyo precio ha alcanzado niveles históricos recientemente, de casi 74,000 dólares.

Más de 40 millones de personas tienen criptomonedas en América Latina. A pesar de la caída del mercado y la disminución de la población usando cripto en el mundo, los latinoamericanos continuaron utilizando las apps de criptoactivos.

Sin embargo, la volatilidad en los precios del Bitcoin y otras criptomonedas no se detendrá y seguirá afectando a las personas con patrimonios más pequeños, que pueden perderlo todo de un día a otro.

Esto genera especulaciones, fraudes y desconfianza entre la población.

Por si esto fuera poco, muchos latinoamericanos enfrentan realidades complejas en sus países, como las hiperinflaciones y devaluaciones en Argentina y Venezuela, que provocan que los escasos recursos de las personas bancarizadas y no bancarizadas estén en riesgo de desaparecer constantemente.

Por eso, para un mundo como el que nos ha tocado vivir, si queremos de verdad generar una revolución pacífica que dé acceso a más personas a la riqueza global, debemos usar la tecnología que ya existe. Blockchain ya permite tokenizar activos financieros reales.

Por eso Etherfuse lanzó los stablebonds, que son la versión tokenizada de bonos físicos emitidos por una nación soberana que combina lo mejor de los dos mundos: un mayor rendimiento del dinero en el corto plazo, por un lado, y la seguridad de los bonos reales, respaldados por la deuda soberana de algún país, por el otro.

El primer stablebond que lanzó Etherfuse está respaldado en los Certificados de Tesorería (Cetes), que emite el Banco de México, que generan rendimientos anuales de 11 por ciento en promedio en plazos de 7 y 28 días, y prácticamente sin riesgo para el dinero de las personas, ya que están respaldados por el banco central y por los fundamentales macroeconómicos del país.

México alberga el segundo mercado de bonos más grande de América Latina después de Brasil, con un valor de 623,000 millones de dólares en deuda y 200 millones de dólares en volumen de negociación diario.

A pesar de su tamaño, este mercado ha sido históricamente inaccesible para los inversionistas minoristas, con solo un 2 por ciento de los titulares de bonos siendo mexicanos.

Con los stablebonds mexicanos cualquier persona en cualquier parte del mundo puede invertir en Cetes, logrando obtener un rendimiento  atractivo en el corto y mediano plazos, además de un refugio seguro para sus recursos en criptomonedas, libre de devaluaciones, hiperinflaciones o problemas inherentes del sistema bancario.

Estamos trabajando en lanzar muy pronto stablebonds ligados a otros bonos gubernamentales de otros países para diversificar las opciones de inversión en instrumentos seguros, con buenos rendimientos.

Siempre hemos tenido compasión y una estrecha relación con las personas que están haciendo todo lo posible para sobrevivir y mantener a sus familias.

Por eso, a través de los stablebonds de Etherfuse queremos contribuir a crear un sistema financiero más justo, ayudados por la tecnología. Por eso estamos aquí para democratizar el acceso a la riqueza del mundo y ayudar a todas las personas a tener una vida mejor.

SOBRE EL AUTOR INVITADO

David Taylor es fundador y CEO de Etherfuse. Es licenciado y maestro en Ciencias de la Computación, y tiene un MBA en el MIT Sloan School of Management. Lideró importantes proyectos en empresas como Boeing y Apple. Es emprendedor serial y fiel creyente de que la tecnología puede ayudar a construir un mundo más justo.

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