Ecosistema STEM, el esfuerzo para promover el gusto por la ciencia entre el talento mexicano
El talento STEM es necesario para mejorar la competitividad del país, pero la educación en estas áreas no es la preferida entre los estudiantes.
Parte de los problemas que enfrenta el país podría resolverse con talento STEM (sigla en inglés para Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), sin embargo son pocos los jóvenes mexicanos que eligen una carrera relacionadas con alguna de estas áreas, coincidieron especialistas en la materia.
Al presentar el Ecosistema STEM para México, en el que participan 45 organizaciones educativas y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), los expositores destacaron que todavía hay un largo camino por recorrer para promover el interés por éstas especialidades.
Los países que invierten en formación de capital humano STEM, expusieron, mejoran su competitividad. Pero México se enfrenta a un gran desafío: de los pocos estudiantes que logran cursar una licenciatura, la gran mayoría elige carreras como derecho, medicina, contabilidad o administración.
Carmen Rodríguez, directora general de Educación Superior Universitaria de la Secretaría de Educación Pública (SEP), asegura que de 100 niños que ingresan a la primaria, sólo 63 ingresan a bachillerato, de los cuales, 38% estudia una licenciatura y de estos, únicamente el 27% elige carreras STEM.
“El tema de las matemáticas tiene que ver con un tema desde pequeño. Cuando desde pequeños no tenemos profesores que nos enseñaron a amar el conocimiento, que nos enseñaron a ser curiosos y a ver el tema de las matemáticas como una capacidad de abstracción para tener un mejor análisis de la realidad, entonces estamos perdiendo una gran cantidad de chicos”, dijo la funcionaria.
A esta baja preferencia por las carreras STEM se suma la poca evolución que ha tenido la enseñanza en México.
Nuevas formas de aprendizaje
“Una parte clave del movimiento STEM es el cambio en cómo los alumnos aprenden y participan. Es decir, lo hacen de manera mucho más enfocados en proyectos, mucho más enfocados en la acción y mucho menos en aprender cosas de memoria”, comentó Pilar Aguilar, consejera independiente y asesora en emprendimiento.
Esta nueva forma de aprendizaje implica una interacción distinta con los docentes e incluso con personas externas a la docencia, como especialistas de empresas, agregó la especialista.
Para que haya un verdadero avance en México en esta área, expresó Beatriz Gasca, vicepresidenta de Recursos Humanos y Responsabilidad Social de GINgroup, es necesario un cambio cultural.
“No se trata únicamente de fomentarla (la formación STEM) desde las escuelas y los corporativos, sino que se fomente desde casa”, agregó.
Este cambio cultural también tiene que estar dirigido a las mujeres, puntualizó. Si la demanda de carreras STEM es baja, la mayoría de los alumnos son hombres; en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas es poco común encontrar mujeres.
Esta desigualdad tiene su raíz, desde la perspectiva de la ejecutiva de GINgroup, en el entorno familiar, en el cual hay estigmas como plantearles a las niñas que el mayor éxito de la vida es “casarse bien” y que las carreras STEM no permiten tener una vida familiar.
Responsabilidad compartida
La tarea de impulsar del desarrollo de talento en estas áreas no le corresponde únicamente al sector público, específicamente a las universidades. La iniciativa privada debe asumir una mayor participación en el diseño de programas curriculares, añadió Víctor Gutiérrez, presidente de la Comisión de Investigación, Desarrollo e Innovación del CEE.
La vinculación entre universidades y empresas será fundamental para el futuro del trabajo, resaltó Beatriz Gasca. Los avances tecnológicos están cambiando el mundo laboral, pero es un error pensar que se acabará el trabajo; estos cambios crearán nuevos puestos que implicarán nuevas competencias.
Para solucionar los retos en la materia es que se presentó el Ecosistema STEM, una comunidad integrada por organizaciones educativas públicas y privadas que promoverán el estudio en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas.
La primera fase del proyecto implicará identificar cuáles son las organizaciones gubernamentales, educativas y empresariales que pueden colaborar en una mayor promoción de este tipo de conocimiento. La segunda, buscará que las empresas participen en el financiamiento de iniciativas que impulsen el desarrollo de competencias relacionadas con ciencia y tecnología.