Los colaboradores que trabajan en línea se enfrentan a una serie de distracciones difíciles de vencer. Sin embargo, el método del monje o modo monje les brinda las herramientas necesarias para hacerlo.
Aquellos que van a la oficina de forma diaria piensan que hacer home office es como estar en el cielo. En teoría podría ser así, no obstante cada hogar tiene diversos distractores que pueden poner en riesgo la productividad de los colaboradores. Por esto, surgió el “modo monje“.
Según el Australian Institute of Management, esta forma de trabajo se hizo tan popular en redes sociales porque les brinda a los teletrabajadores mayor bienestar. Gracias a este método, incluso pueden organizar mejor su tiempo y disfrutar de mayor libertad.
“En el lugar de trabajo, el modo monje implica aislarse estratégicamente de los colegas, la tecnología y otras distracciones para lograr un objetivo o tarea”.
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Los colaboradores suelen distraerse en casa. Por ejemplo, podrían necesitar hacer algunos deberes mientras deberían prestar atención a una junta. También la familia podría entender que cuando unos de sus miembros hace home office es sinónimo de que los trabajadores les brindarán más atención.
Sin embargo, existen otros grandes enemigos de la productividad en el teletrabajo: los dispositivos digitales y las redes sociales. Se tienen registros de que los adultos pasan casi tres horas al día frente a sus teléfonos.
Por esto, el modo monje se hizo tan popular y encontró una serie de defensores. Estas personas recomiendan iniciar con este método de trabajo dedicando durante una semana dos o tres horas al día para concentrarse en un solo proyecto. Esto significa bloquear distracciones como correos electrónicos, redes sociales, reuniones o llamadas telefónicas.
“Otras variaciones podrían incluir un día completo cada semana designado específicamente para el modo monje”, según el Australian Institute of Management.
Los proyectos más grandes o las tareas más complejas pueden requerir un aislamiento de dos o tres días. Esto depende de los objetivos que se quieran conseguir.
De acuerdo con el organismo australiano, independientemente del plazo adoptado, se recomienda expresar la puesta en marcha de este método al supervisor y colegas del colaborador.
Esto es porque el modo monje funciona mejor cuando existe un entendimiento general de que un individuo elige esta forma de trabajar para ser más productivo.
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Como ocurre con todas las tendencias en el lugar de trabajo, el modo monje tiene sus inconvenientes y no se adapta a todos ni a todos los entornos de trabajo.
Exige que los teletrabajadores tengan un alto nivel de disciplina y autocontrol para mantener el ritmo y evitar distracciones. Incluso, este método puede tener un impacto en la salud mental si se practica en extremo.
Los críticos de este enfoque del trabajo dicen que el modo monje es una forma de trabajar que va en contra de los principios fundamentales de un lugar de trabajo saludable. Por lo tanto, puede hacer que algunos colaboradores se sientan sin apoyo y socialmente aislados.