Emitir un discurso de odio es igual a disparar un arma. Este tipo de narrativas propagan el enojo, la irritación, frustración y exasperación y los elevan a nuevos niveles. Por esto, es mejor eliminarlos por completo de la oficina. Aprende como hacerlo.
En la vida profesional, el ambiente de trabajo debería ser un refugio de colaboración, respeto y crecimiento personal. Sin embargo, cuando el discurso de odio se infiltra en la oficina, transforma ese lugar en un campo de batalla emocional.
Para comprender la gravedad de este problema, es esencial definir qué constituye este tipo de narrativa y explorar por qué su presencia en cualquier lugar es tan peligrosa.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), esta práctica se refiere al discurso ofensivo dirigido a un grupo o a un individuo basándose en características inherentes. Por ejemplo la raza, religión o género y es tan peligroso porque puede amenazar la paz social.
El discurso de odio cuenta con tres características importantes que lo hacen ser tan perjudicial para las sociedades.
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En el escenario global de la lucha por la igualdad, pocos países han desempeñado un papel tan emblemático como Sudáfrica. Desde su lucha contra el apartheid, el sistema de segregación racial empleado en el país utilizado en 1992, esta nación ha luchado contra la segregación y el discurso de odio.
En 2024 volvió a ser tema de conversación debido a sus esfuerzos por eliminar los prejuicios y sesgos. El 9 de mayo la Presidencia informó la aprobación de la ley de prevención y lucha contra los delitos de odio y el discurso de odio.
El objetivo de la ley es hacer efectivos los derechos constitucionalmente consagrados, incluida la dignidad humana, la igualdad y el derecho a la libertad y la seguridad, en los espacios laborales.
Si bien no todas las naciones cuentan con marcos legales similares, es importante que los empleadores vigilen la forma en la que la relación entre sus colaboradores se desarrolla para evitar cualquier maltrato y la pronunciación de discursos de odio.
Emitir este tipo de narrativas es perjudicial por distintas razones:
La ONU explica que abordar y contrarrestar el discurso de odio requiere un enfoque holístico que movilice a la sociedad en su conjunto. Todos los individuos y organizaciones tienen el deber moral de pronunciarse firmemente contra esta narrativa.
“Dado que la difusión de la retórica de odio puede ser una alerta temprana de violencia, limitar el discurso de odio podría contribuir a mitigar su impacto”.
Existen cinco consejos que el organismo internacional brinda para eliminar este mal que aqueja a la sociedad.
Ya sea en línea o fuera de línea, todos debemos actuar responsablemente para detener la propagación del odio y la desinformación.
En el mundo digital, es común encontrar información errónea y contenido dañino, pero es relativamente fácil verificar que el contenido que uno encuentra es confiable.
Para detectar información falsa y sesgada, asegúrate de verificar el origen del contenido.
Siempre que sea posible, no permanezcas en silencio, incluso cuando el objetivo son otros. Habla con calma pero con firmeza contra el discurso de odio y dilo para dejar claro que no estás de acuerdo con el contenido de la declaración.
Una forma de abordar el discurso de odio es difundir su propio discurso contrario para asegurarse de que el odio no sea la narrativa dominante. Puedes socavar el contenido que incita al odio con mensajes positivos que difundan la tolerancia, la igualdad y la verdad en defensa de quienes son objeto del odio.
Adopta una postura pública a favor de las personas que son objeto de discursos de odio y brindarles solidaridad demuestra que rechazar el odio es responsabilidad de cada individuo.