Sostenibilidad y sabor: El compromiso del café mexicano

El café en México va más allá de ser una bebida de la que muchos dependemos en las mañanas y después de la comida.

Además de ser un símbolo arraigado culturalmente, la industria nacional del café es un motor económico crucial para algunas regiones del país.

México destaca como uno de los principales productores globales de café, con exportaciones que en 2023, según el portal Statista, sobrepasaron los 433.8 millones de dólares, desempeñando un papel fundamental en la economía nacional y teniendo un impacto significativo en el desarrollo sostenible de las regiones cafetaleras.

El sector cafetalero mexicano genera empleo para más de 500 mil personas en 15 entidades, con Chiapas, Veracruz, Puebla y Oaxaca a la cabeza.

Su producción se basa en métodos de cultivo ancestrales y en la protección de la biodiversidad, al predominar en el país el cultivo bajo sombra.

La producción del café sostiene además la cohesión cultural y social de estas comunidades.

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Desafíos críticos

Sin embargo, la industria cafetalera en México enfrenta desafíos críticos, especialmente frente al cambio climático, que amenaza su sostenibilidad a largo plazo.

El café arábica, la variedad predominante, requiere condiciones específicas de temperatura, cobertura arbórea y humedad que están siendo alteradas por el calentamiento global.

Este fenómeno está obligando a los agricultores a mover sus cultivos a mayores altitudes para evitar condiciones climáticas adversas, una solución que no siempre es viable.

Diversas organizaciones, entre ellas la Unión de Productores Independientes de Café ha advertido que la mayor parte de los cultivos en la frontera sur de México están en riesgo por la grave sequía de este año.

Este fenómeno es resultado del cambio climático que  aumenta la frecuencia e intensidad de sequías, tormentas y huracanes, muchos de los cuales no sólo dañan las plantaciones, sino que también afectan la infraestructura agrícola esencial.

Frente a todos estos desafíos, es imperativo adoptar prácticas agrícolas sostenibles, como el aumento de la disponibilidad de árboles de sombra para proteger las plantas de café y promover su salud y calidad.

La introducción de árboles nativos de sombra contribuye a conservar el suelo y el agua, además de proteger a la biodiversidad, aumentando la resiliencia de los ecosistemas cafetaleros.

Organizaciones están liderando iniciativas que apoyan a pequeños productores en la transición hacia prácticas sostenibles, facilitando el acceso a financiamiento y nuevos mercados.

Estas acciones impulsan la diversificación de oportunidades de venta y fomentan una verdadera implementación de prácticas responsables en toda la cadena de suministro del café.

Ese es solo el inicio del trabajo intersectorial que se requiere para que los emprendimientos rurales prosperen.

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Las decisiones de los consumidores

Los consumidores tenemos un papel fundamental al elegir productos certificados como orgánicos o de comercio justo, generando un impacto significativo e incentivando a más productores a adoptar métodos de producción responsables con la protección de la naturaleza y la biodiversidad.

Enfrentar los múltiples desafíos del cambio climático en la producción de café requiere de estrategias colaborativas entre el gobierno, la iniciativa privada y las organizaciones civiles.

Solo así se podrá asegurar un futuro sostenible para esta industria, donde la prosperidad económica conviva con el cuidado del medio ambiente.

Cultivar café de manera sostenible es una necesidad imperiosa que garantizará un futuro saludable para nuestro planeta y para todas las personas.

SOBRE LA AUTORA INVITADA

Esther Quintero es directora Técnica de Conservación Internacional México

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