El surgimiento de nuevas tecnologías ha provocado que las exigencias del mercado laboral cambien. De cara a esta situación, las universidades deben repensar la forma en que educan e implementar el sistema de microcredenciales que sirve para formar profesionistas con perfiles más adaptables.
Las microcredenciales tienen el poder de acercar conocimiento a alumnos y profesionistas, que se podría creer que solo se obtiene cursando una carrera universitaria.
Gracias a a este nuevo enfoque para brindar flexibilidad a los currículums de las academias, los profesionistas podrán conseguir los trabajos que desean en medio de los cambios que sufre el mercado laboral debido a la irrupción de la nueva tecnología.
José Escamilla, director asociado del Instituto para el Futuro de la Educación, explica que, ante los cambios tecnológicos, los requisitos para ocupar un puesto en distintas empresas cambian día con día. Para hacer frente a este nuevo sistema de contrataciones, las universidades deben adaptar sus planes de estudios.
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Las microcredenciales son una manera de brindar flexibilidad en el currículum y responden a una necesidad de la sociedad que generalmente se definen a través de una competencia. Por ejemplo, ser analista de datos, de riesgos, ser project manager, gerente de proyectos.
En ese momento se crea una credencial, cuando se han definido las competencias para hacer una actividad.
“La ventaja es que pueden ser cortos desde 120 hasta 700 horas en las que una persona adquiere algo que en nuestro imaginario, requieren de un grado universitario para que las puedas hacer”, detalla el experto del futuro.
Así es como las microcredenciales permiten a las personas que están en una actividad laboral reinventarse para tener una nueva función. Escamilla comentó que quizá un profesional se dedica al derecho, pero puede prepararse como programador porque no tenía trabajo.
“¡A lo mejor eres de mercadotecnia y no es que quieras dejar de serlo, sino que ahora necesitas tener las habilidades para obtener un puesto como mercadólogo digital. A través de las microcredenciales se hace el reskilling y el upskilling”.
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De acuerdo con la filosofía del director asociado del Instituto para el Futuro de la Educación, la educación tiene que ser justa y flexible, además de inclusiva y relevante. Esto da lugar a un último atributo, tiene que ser responsiva, por esto, se debe actualizar más rápidamente.
Ante estas necesidades, el académico encontró dos grandes desafíos que deben de vencer las universidades para flexibilizar sus programas de estudio.
1. El diseño de estas microcredenciales tienen que hacerse muy de la mano con las necesidades de los negocios y no siempre es fácil que las instituciones conecten con ellas
2. Buscar mecanismos dentro de las estructuras académicas para responder de forma más rápida a los cambios que el mercado laboral hace en la actualidad
“Es un reto flexibilizar el CV y darle más oportunidades a los estudiantes. Sin embargo, esto mejora la empleabilidad de los egresados y de los estudiantes porque conectas con las necesidades de la sociedad y del mundo laboral”.
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El director asociado del Instituto para el Futuro de la Educación opina que los colaboradores que se sienten rebasados por las demandas laborales deben volverse responsables de su plan de desarrollo.
Para hacer esto tienen que comenzar por visualizar dónde quieren estar: ¿Dónde están esas oportunidades? ¿De qué manera me puedo mover de donde estoy?
Además, no es solo cerrar la brecha con un curso, sino con experiencias, a través de voluntariado o proyectos adicionales. De esta forma, José Escamilla cree que así podrán probar ante un especialista del área de Recursos Humanos que cuenta con los conocimientos para ocupar un nuevo puesto.
“Mi formación es en ingeniería, tengo doctorados en Inteligencia Artificial, pero siempre quise aplicar mis conocimientos a la educación. Así entendí que hay muchas oportunidades de mejora y de innovación. No es solo innovar por innovar”.