Con la muerte de figuras como María Félix y Dolores del Río, Silvia Pinal era la última gran representante de una era dorada del cine mexicano.
La última diva del cine de oro mexicano, Silvia Pinal, falleció este jueves a los 93 años.
La actriz y productora fue una de las figuras más emblemáticas del entretenimiento en México.
Su legado abarca desde cine, teatro, televisión e incluso la política, convirtiéndose en un ícono de la cultura.
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Silvia Pinal nació el 12 de septiembre de 1931 en Guaymas, Sonora. Su carrera despegó durante la Época de Oro del Cine Mexicano, un periodo que marcó la historia del séptimo arte en el país.
Debutó en la película Bamba (1949), pero fue en los años 50 y 60 cuando alcanzó el estrellato con títulos como Un rincón cerca del cielo (1952) y El inocente (1956).
Uno de los momentos más importantes de su carrera llegó al colaborar con el renombrado director español Luis Buñuel en películas como Viridiana (1961), El ángel exterminador (1962) y Simón del desierto (1965).
Estas producciones no solo consolidaron su estatus como actriz internacional, sino que también la posicionaron como una musa del cine de arte, llevándola a festivales prestigiosos como el de Cannes, donde Viridiana ganó la Palma de Oro.
Silvia Pinal no se limitó al cine. En teatro, destacó en producciones como el musical Mame, considerado un referente de las artes escénicas en México.
Su capacidad para brillar en el escenario le permitió conectar con el público de manera única, reafirmando su talento y versatilidad.
En televisión, se convirtió en pionera con el programa Mujer, casos de la vida real, transmitido durante más de dos décadas. Este formato innovador relataba historias basadas en hechos reales, abordando temas sociales y personales.
Su papel como presentadora la consolidó como una figura cercana y respetada por varias generaciones.
Además de su carrera artística, Silvia Pinal incursionó en la política durante los años 80.
Fue diputada federal por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y posteriormente senadora.
Desde esos cargos, abogó por la cultura y los derechos de las mujeres, demostrando su compromiso con el bienestar social.
Con la muerte de figuras como María Félix y Dolores del Río, Pinal era la última gran representante de una era dorada del cine mexicano.