Sam Altman no está solo. Varios CEO han sido despedidos de las empresas que fundaron y que ayudaron a convertirlas en gigantes de sus industrias.
Algunos tuvieron la suerte de regresar y provocar un hito, otros comenzaron intensas batallas legales en contra de sus juntas directivas.
Mientras que otros aceptaron su salida e iniciaron la competencia de las compañías que los echaron.
El último en vivir esta situación fue Sam Altman, cofundador de OpenAI, quien fue despedido por su junta directiva argumentando que:
“No era consistentemente sincero en sus comunicaciones”.
Sin embargo, bastaron un par de horas para que Microsoft fichara al que es considerado una de las figuras más prominentes en Silicon Valley.
Lo que se sabe hasta hora es que el exCEO de la empresa que desarrolló ChatGPT dirigirá un equipo de investigación en Inteligencia Artificial.
En el otro lado de la moneda, OpenAI vive una situación de crisis interna, ya que el 65 por ciento de su plantilla laboral amenazó en una carta que renunciará y seguirá al exCEO si la junta directiva no se retracta de la decisión.
Cuando un CEO es despedido de su empresa por lo regular demuestra su resiliencia y adaptabilidad.
Aunque en ocasiones también refleja las complejidades de gestionar un gigante tecnológico global y equilibrar la innovación con consideraciones éticas.
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Estos líderes fueron removidos de su cargo como CEO de las empresas que fundaron mostrando las complejidades del liderazgo en industrias en rápida evolución.
Durante años navegaron por el crecimiento y la transformación de sus empresas en medio de decisiones que no fueron del agrado de sus juntas directivas, como fue el caso de Sam Altman, que los llevó a ser despedidos o a renunciar por presiones internas o simplemente por decisión propia.