Ser líder en un mundo de hombres: 3 rectoras que se atrevieron a tomar el mando
Las mujeres están tomando con más fuerza puestos de liderazgo en el ámbito educativo, a pesar de los retos que enfrentan en materia de violencia de género, discriminación y desigualdad salarial. Estas tres rectoras comparten sus reflexiones sobre la importancia de empoderar a otras profesionistas para cambiar la estructura de un sector tradicionalmente dominado por ellos.
ENSENADA, Baja California.- En México existen 11 rectoras distribuidas en las 35 Universidades Públicas Estatales. Una cifra que muestra que las mujeres aún tienen un largo camino por recorrer para lograr una mayor participación en el ámbito educativo.
Sin embargo, existen espacios académicos donde las líderes han tomado una posición central y, desde este lugar, esperan cambiar la visión de los próximos profesionales de México.
Este es el caso de la Universidad Autónoma de Guanajuato (UG), dirigida por Claudia Susana Gómez López; la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) por Norma Liliana Galván Meza, y la Universidad Autónoma de Quintana Roo (Uqroo), representada por Consuelo Natalia Fiorentini Cañedo.
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Abrir camino en un momento de coyuntura, el reto de las rectoras
Las rectoras de esta triada de universidades tienen algo en común: les tocó abrirse camino en un entorno que anteriormente era liderado por hombres.
Además, tuvieron que enfrentarse a retos que anteriormente no eran percibidos, coinciden durante una charla con MIT SMR México durante el Congreso CASE América Latina 2024 organizado por CETYS Universidad.
La apertura a nuevas identidades sexo genéricas, el empoderamiento de las mujeres a nivel global y la ola de violencia que impera en el territorio nacional son algunos de los problemas a lo que tienen que dar la cara diariamente desde sus respectivos espacios académicos.
Las universidades son los centros de donde emergen los nuevos profesionales que marcarán el rumbos del país. Por esto, las tres rectoras opinan que la importancia de sus espacios y la cultura de respeto que emerge de ellos es esencial para moldear al México del futuro.
La rectora de la UG acepta que tomar su cargo no fue fácil, pues no egresada de la universidad que dirige y tampoco proviene del estado que es conocido por ser la cuna de la independencia.
“Esos fueron grandes temas. Pero cuando se piensa en las instituciones, en su historia, en su valor y sobre todo, los grandes retos, creo que eso es lo de menos“.
Claudia Susana Gómez López
Sororidad, un valor que también impulsa a las líderes
Detrás de una gran líder, existen mentoras y compañeras que empoderan y validan su posición. Encontrar este tipo de aliadas es vital para las mujeres que toman por primera vez un cargo que históricamente fue ocupado por hombres.
La rectora de la UAN menciona con orgullos que es la primera mujer rectora después de más de 50 años de tradición universitaria. Esto supuso diversos retos, cambios en las formas incluso de liderazgo y en las formas de concebir esas estructuras políticas.
“Me tocó ser parte de toda esta disrupción. Creo que llegué a la universidad en un momento en el que encontré mucha solidaridad y sororidad por parte de otras compañeras rectoras”.
Norma Liliana Galván Meza
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Violencia de género, un mal que se puede vencer desde las aulas
La rectora de la Uqroo reconoce que el primer reto para llegar a su puesto actual fue atreverse a tomar el riesgo y liberarse del miedo.
No obstante, sabe que dentro de los espacios académicos hay una gran enemigo a vencer: la violencia de género.
De acuerdo con el Índice de la Paz en México de 2023, más del 70 por ciento de las mujeres en el país ha sido víctima de algún tipo de violencia, ya sea psicológica, sexual o física.
Las tres rectoras mencionan que la educación es una de las armas más poderosas con la que cuenta México para erradicar este problema. Estas mujeres, desde su posición reafirman valores como el respeto y la empatía para poder evitar el maltrato.
“La universidad se convierte en ese espacio único para transformar estereotipos. La oportunidad de trabajar para la comunidad universitaria es algo único, es una tarea, una misión de vida. Esto es sin duda lo mejor que a uno le puede pasar”.
Consuelo Natalia Fiorentini Cañedo