Las semillas de cempasúchil mejoradas genéticamente han arribado a México provenientes de distintos países, incluido China, algo que ha impulsado las ventas de los agricultores mexicanos. Sin embargo, de seguir con esta tendencia la flor nativa podría sufrir graves consecuencias.
En la casa de Lucila hay fiesta. Sus hijas preparan mole, pozole y tamales; sus nueras hacen chocolate y sus hijos llegan con un cargamento de cempasúchiles. Se escucha cómo hierven las preparaciones. El banquete está listo. Es 1 de noviembre y Lucila espera que la alquimia del olor de las flores surta efecto y que sus padres lleguen para cenar.
“Después de tanto tiempo de muertos, deben de tener hambre”, dice. La mujer pone especial atención al camino de pétalos de cempasúchil, ya que gracias a él, sus padres la encontrarán. Cada año esta flor ha sido la encargada de guiar a las almas de los difuntos. ¿Qué sería de México sin ella? ¿Qué pasaría si la la flor de los muertos dejara de ser un símbolo de la cultura mexicana?
Esta pregunta ha retumbado en la mente de muchos mexicanos, quienes preocupados por comprar flores chinas han empezado a cuestionar a los floricultores nacionales antes de llevárselas a casa.
“Actualmente hay una confusión, la flor de cempasúchil sigue teniendo origen mexicano. En el mercado no hay cempasúchiles transgénicos chinos, solo flores que nacieron de semillas mejoradas provenientes de otros países”, dice Germán Vázquez Flores, ingeniero agrónomo productor de cempasúchil en Atlacomulco, Estado de México.
En los últimos ha cobrado notoriedad la información relacionada con un nuevo cempasúchil de origen chino, incluso medios nacionales han hecho un llamado para dejar de consumir la flor extranjera, que, de acuerdo con sus investigaciones, se vende en maceta y no posee su característico olor.
Sí. Algunas flores de cempasúchil han dejado de ser una parte mexicanas, pero esto es resultado de que sus semillas son mejoradas genéticamente en Estados Unidos y de allá se traen a territorio nacional.
Sin embargo, Clara Soto Cortés de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corenadr) de la Ciudad de México asegura que los productores mexicanos son los encargados de cultivar esta flor.
“La semilla mejorada extranjera es muy bien recibida entre los consumidores y productores porque tiene las características que busca el mercado: porte bajo, muchas flores y color brillante”, explica la bióloga.
La portabilidad y belleza de esta flor han sido una de las principales causas del aumento de su popularidad, por ejemplo, para Beth, profesionista de 35 años, es mucho más fácil comprar cempasúchil en maceta y mantenerlo en su hogar.
Ella ama celebrar Día de Muertos y Halloween y, de alguna forma, no se quiso quedar sin recordar esta tradición.
El mejoramiento genético es uno de los grandes campos de investigación en el que algunos laboratorios han puesto cada vez más atención. Esta técnica permite obtener variedades de plantas con características de mayor calidad comercial y nutritiva, a través de un proceso de polinización.
Vicente Mendoza de Jesús, doctor en Ciencias en horticultura, considera que esa es una de las razones por las que muchos productores siembran este tipo de cempasúchil que proviene de semillas extranjeras que han sido mejoradas, además de incrementa sus ventas.
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“Se atiende a un mercado donde se requiere que la maceta de cempasúchil pueda ser transportada. Este cempasúchil es básicamente para adorno en Día de Muertos, no se usa para la extracción de pigmentos“, detalla el experto.
Según Germán Vázquez Flores, el uso de este tipo de semillas no solo ayuda a los productores, también apoya a los demás actores que intervienen en su cultivo. Por ejemplo, floricultores, productores de herbicidas y fertilizantes, etc.
El doctor Miguel Ángel Serrato, profesor investigador del Departamento de Fitotecnia de la Universidad Autónoma de Chapingo, agrega que las flores de cempasúchil en maceta se obtienen a partir de la cruza de líneas puras de flores. Lo que permite que, en el caso de la flor de origen mexicano, sea más bonita y brillosa.
La moda por comprar este tipo de flor ha ido en aumento. En el año 2000 se vendieron 10 mil macetas de cempasúchil en México, mientras que para este año se espera la comercialización de 15 millones de unidades, de acuerdo con el Consejo Mexicano de la Flor (Conmexflor).
“Este tipo de ventas ha ayudado a cerca de 2 mil familias quienes al utilizar la semilla de cempasúchil aumentan sus ventas. Cierto, pero quienes también encuentran una contradicción al tener que comprarle la semilla de una flor mexicana a los extranjeros”, agrega el profesor.
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Utilizar este tipo de semillas ha hecho que las ventas de los floricultores aumenten durante inicios de noviembre. Sin embargo, el doctor Serrato advierte que seguir plantando este tipo de flores podría traer graves consecuencias para el cempasúchil nativo. “Existe un riesgo de pérdida del cempasúchil mexicano si se sigue estimulando la siembra de las variedades mejoradas”.
En 2000 diversas enfermedades de los plátanos en todo el mundo estaban haciendo más difícil el cultivo de esta fruta, por lo que la Fundación Hondureña de Investigación Agrícola empezó a desarrollar frutos híbridos que mostraron ser resistentes antes las plagas que aquejaron a sus antecesores.
El mejoramiento de frutos, plantas y flores ha llegado para quedarse. El objetivo de esta práctica es claro: ayudar a las personas en todo el mundo a generar mejores cultivos. Con ello acelerar las ventas de los agricultores.
De cara a este panorama, Miguel Ángel Serrato sostiene que es urgente que las autoridades mexicanas se sumen a este tipo de investigaciones para asegurar la preservación del cempasúchil 100 por ciento nativo.
“Es tarea de las autoridades mexicanas preservar esta tradición. Si ellos y nosotros como universidades hacemos las cosas bien, podremos darle a los agricultores semillas mexicanas”, agrega.
Lucila ya no está. Ahora sus hijas son las encargadas de poner la ofrenda. Los tres niveles de su altar estarán llenos de frutas, bebidas y cempasúchiles fragantes y altos. Pero también de macetas de flores de cempasúchil que vivirán por algunos meses.