La Inteligencia Artificial ha encontrado cada vez más usos relativos a la seguridad, en distintos ámbitos sociales y comerciales
Siendo una de las tecnologías con más potencial de traer cambios radicales, la Inteligencia Artificial tiene mucho que aportar a la seguridad de nuestros modos de vida.
Jorge Suárez
Al cierre de cada año, la humanidad sigue siendo sorprendida por los avances tecnológicos relacionados a la Inteligencia Artificial, la cual se va implementando en procesos que hasta se creían, hace muchos años, imposibles.
Tal es el caso del uso y desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA), máquinas que emulan la capacidad del cerebro humano e imiten la conducta inteligente, basados en la experiencia y conocimiento del entorno. Esta rama tecnológica está en desarrollo desde la década de los cincuenta.
Estos sistemas reciben datos recopilados de su interacción con el entorno, sea por sensores o cámaras, procesan y responden ante problemas planteados. Esto confirma la capacidad de adaptación al analizar los efectos previos trabajando con autonomía.
Hasta ahora el reconocimiento de voz, plataformas machine learning, biométricas, analíticas de texto y procesamiento de lenguaje natural o análisis de cumplimientos en contratos, son algunos de las aplicaciones de la IA. Además, en el área de seguridad se están ampliando y explotando los beneficios para el cuidado de la sociedad.
La seguridad, en la sociedad, es una necesidad de primer orden, sea para resguardar vidas, bienes, o supervisar trámites. En décadas pasadas, por ejemplo, Alan Turing, matemático británico, usó la IA (antes de que fuera definida así) para interceptar las comunicaciones nazis realizadas con la máquina Enigma, durante la Segunda Guerra Mundial.
Actualmente, y a pesar que aún la IA está en desarrollo para este ámbito en específico, te presentamos las áreas específicas en las que la IA brinda seguridad, al servicio de los humanos.
La invención de todos estos usos de la IA hacen que las empresas cada vez mejoren sus capacidades relacionadas con los datos, y las integren en sus procesos comerciales. Llegará el punto en que se convertirán en un estándar.
Por ejemplo, International Data Corporation, consultora estadounidense, prevé que el gasto en tecnologías de Inteligencia Artificial aumentará a 97.900 millones de dólares en 2023, triplicando lo invertido en la misma rama durante el 2019.
Esto lo sustenta una encuesta de McKinsey, que sugiere a organizaciones invertir en IA para brindar un regreso más seguro al trabajo posterior a la pandemia de la COVID-19.
Lo cierto es que la IA se viene implementando desde hace más de cinco décadas con una variedad de prácticas, todas enfocadas para solventar problemas comerciales que van desde la administración, automatización, recopilación de información, hasta detectar la alta o baja seguridad que se vive en ciertos escenarios.
Lo que resalta es que seguirá creciendo y no dejará de sorprendernos, por lo que nosotros, como seres humanos, debemos seguir aprendiendo y adaptándonos, para no quedarnos atrás.