La sostenibilidad de esta criptomoneda también ha sido objeto de debate. Ello se debe, principalmente, a su alto consumo energético y su huella de carbono.
El impacto ambiental de la minería de Bitcoin es un tema bastante amplio que se ha debatido por un largo tiempo. Para muchos esta criptomoneda es una de las que consume más energía y hasta se ha mencionado que su minería es toda una catástrofe ecológica. Sin embargo, ¿todo esto es cierto?
Por este motivo, aquí se van a desmitificar algunos de los mitos más comunes sobre el Bitcoin con el objetivo de explorar las verdades que esconde y conocer la realidad sobre su impacto ambiental.
Mito 1 – Bitcoin es insostenible a largo plazo
La sostenibilidad de esta criptomoneda también ha sido objeto de debate. Ello se debe, principalmente, a su alto consumo energético y su huella de carbono. A propósito de algunos estudios que muestran que su contaminación ha venido aumentando.
No obstante, el enfoque anterior no considera la eficiencia y la optimización de los procesos operacionales en la minería de esta criptomoneda. Y es la principal razón por la que muchos entusiastas e inversores buscan el bitcoin precio dólar para hacer intercambios u otras operaciones.
Por otra parte, existen otros estudios que demuestran que desde hace unos años la minería de este criptoactivo ha integrado tecnologías avanzadas para optimizar la disminución del costo energético.
Ahora bien, también existe un aumento en el interés de este activo digital, lo que ha impulsado nuevas políticas para fomentar una minería sostenible que reduzca la huella de carbono.
Mito 2 – Minar Bitcoin representa una catástrofe ecológica
Muchos piensan que para minar Bitcoin solo hacen falta combustibles fósiles, lo cual lo convierte en una actividad altamente contaminante. Si bien es cierto que, en el pasado, este proceso dependía del carbón, hoy día esta realidad ha cambiado. Por este motivo, más del 58% de las fuentes de energía provienen de elementos renovables.
Todo empezó cuando la minería de este activo se prohibió en China en 2021. Dicha acción obligó a los usuarios a irse a otros países a realizar este proceso, principalmente, a lugares con fuentes de energía renovables, como ocurre con Canadá y Estados Unidos. Por ese motivo, las fuentes energéticas más usadas son la hidroeléctrica, la cual compone un 23% de la minería, eólica con un 13.98%, solar con 7.94%, entre otras.
Mito 3 – Bitcoin consume tanta energía (o más) que un país entero
Algunos datos indican que el Bitcoin consume hasta 7.45 GW de energía eléctrica, lo que sería el equivalente a 60.45 TWh anuales. Entonces, con estos datos su consumo se puede comparar con el de países como Argelia, Suiza, Grecia, entre otros.
Tras la comparación del consumo de esta criptomoneda, fueron muchos los diarios y medios electrónicos que generaron titulares alarmistas acerca de su impacto ambiental. Si bien es cierto que los datos fueron reales, se habría tratado de un estudio realizado en 2019.
Hoy por hoy, se sabe que la moneda digital ha evolucionado respecto al panorama energético. Por eso, ahora es más eficiente (aunque su consumo sigue siendo elevado por el crecimiento de la red) y se aprovechan las energías renovables en el entorno de la minería.
Realidades sobre la minería de Bitcoin
Ahora bien, en términos de realidades el Bitcoin sí tiene un impacto ambiental. No obstante, es comparable a los registros que se tienen de otras actividades, por ejemplo, la minería del oro, la cual deja un rastro de huella de carbono significativo.
Por otra parte, si se compara este tipo de minería con la industria financiera global, se puede deducir que esta última cuenta con una infraestructura que consume mucho más que el Bitcoin. Al menos, así lo han determinado algunos estudios que arrojaron un análisis de consumo energético de 263.72 TWh (banca tradicional) respecto a 176 TWh (Bitcoin).
Entonces, se puede deducir que este criptoactivo no resulta tan perjudicial como muchos piensan. Y con el uso de energías renovables, se espera que su impacto medioambiental continúe disminuyendo. Inclusive, están surgiendo algunas iniciativas interesantes sobre la compensación del carbono y proyectos de reforestación que ayudarían a disminuir, todavía más, los rastros de huella de carbono.
¿El resto de las criptomonedas tienen el mismo consumo energético?
No, el Bitcoin ocupa el puesto número uno de consumo. Después le sigue Dogecoin, Litecoin, entre otras opciones. Ahora bien, el consumo de energía puede ser variable de acuerdo a ciertos factores, como el modelo de CPU, sobre todo porque con las innovaciones tecnológicas se sabe que se pueden encontrar PC más amigables con el medioambiente.
En resumen, la minería de Bitcoin es capaz de tener cierto impacto al medioambiente. Sin embargo, no se trata de un valor tan significativo, al menos, en comparación con otras actividades permitidas en diversos países. Sumado a esto, también se deben considerar las condiciones medioambientales en general, ya que en una región fría los equipos no requieren de refrigeración avanzada, respecto a un entorno caliente.
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