En esta primera entrega te cuento por qué pasan los escándalos de corrupción corporativos y qué hacer en un caso así.
En escándalos de corrupción de empresas, ¿qué termina pasando con quienes toman las decisiones?
En estos dos artículos te doy un resumen de qué esperar y qué hacer si un día te toca a ti. En esta primera entrega te cuento por qué pasa esto y en la próxima te digo qué esperar y qué hacer.
MIT SMR México se financia mediante anuncios y sociosPrimero lo importante y en muy poquitas palabras: Si alguien en mi empresa comete corrupción, pueden castigar también a la empresa.
Pero si, además, yo soy una de las decisoras o directivas, tal vez hasta me puedan sentenciar a mí en lo personal. ¿Injusto? Así parece, pero veamos por qué es así.
Es muy común que nos enteremos de macrocasos de corrupción en los que empresas enormes terminan pagando multas gigantes.
Haciendo pura memoria, en los casos de Odebrecht, Alstom, Alcatel, Walmart, Goldman Sachs, Volkswagen, etc., cada empresa tuvo que pagar un montón de millones de dólares a distintos gobiernos y, en algunos casos, no se han recuperado todavía.
Al tratarse de organizaciones tan grandes, estos casos siempre despiertan interés y —a quién, como Michel, le encante el chismecito— hasta gusto.
Pero, ¿qué sucede con las empleadas de la empresa en casos así? Y no hablo de empleos que se pueden perder por el escándalo; me refiero específicamente al puñado (siempre son poquitos) de personas que un día se presentaron a trabajar y, antes de que pudieran terminar de prepararse el primer café, ya estaban metidas en un remolino de correos de compliance, revisiones de papeles y dispositivos (profesionales y personales por igual), entrevistas que se sienten como interrogatorios y mucha, mucha terminología de abogados.
Pásele sin compromiso, que aquí le contamos qué esperar y qué hacer en un caso así.
Corrupción: Las 3 cosas que la componen y las 3 que la descomponen
Para entender cómo funcionan estos asuntos tenemos que aprendernos tres palabras que resumen bastante bien el estado actual de las investigaciones corporativas y del tema que vinimos a tratar:
1. Upjohn
2. HSBC
3. Yates
El caso Upjohn vs. EE. UU. de A. sentó un precedente muy interesante. El tribunal de este juicio decidió que —entre otras cosas— los empleados que colaboran con una investigación no están protegidos por la relación entre el abogado y el cliente porque el cliente es la empresa en sí, y no cada empleado.
Dicho de otro modo, cuando el abogado de una empresa defiende a la empresa, no le debe nada de nada a sus empleados y que se rasquen con sus propias uñas.
Después nos vino el caso de HSBC, donde ese gigante bancario fue sancionado por aplicar controles antilavado inexistentes, lo que resultó en que le lavaran mucho dinero al cartel de Sinaloa.
El legado de ese caso son los sistemas de debida diligencia y de conocimiento de cliente de la banca internacional (por eso me piden hasta radiografías para abrir una cuenta).
Por último —muy cerquita del caso HSBC— viene la circular de política pública que la vicefiscal de EE.UU. Sally Yates emitió en septiembre de 2015.
En ella se da la instrucción clara de procesar empresas por casos de fraude corporativo, pero nunca dar ningún beneficio legal a las empresas si no «entregan» a los empleados que participaron.
¿Qué significa esto para empleados de una empresa metida en un escándalo así? Que en estos casos —como Upjohn y HSBC— ciertas cosas serán muy probables y otro puñado serán muy posibles:
Es muy probable que:
Es muy posible que:
Terrible, lo sé, pero hay luz al final del túnel. No dejes de leerme la próxima semana, que te cuento cómo transitar lo probable y cómo reducir el riesgo de lo posible.
Upjohn Co. v. United States | 449 U.S. 383 (1981)
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