En un futuro geopolítico incierto, el liderazgo requiere adaptabilidad, comprensión cultural y la integración de tecnología y empatía para afrontar los desafíos emergentes.
Si ya venimos con el impacto del vértigo cotidiano de las transformaciones, crisis, pandemias y movimientos inesperados, el liderazgo no está exento de ello.
Es más: asume un rol decisivo y fundamental como pilar para todo tipo de negocios, desde los autónomos, pequeños y medianos, hasta las organizaciones de alcance mundial.
Es así como el tener una visión global en tiempos de incertidumbre se ha convertido en una de las principales competencias que todo líder debe dominar. En un mundo cada vez más interconectado y quebradizo, las dinámicas geopolíticas no solo impactan a los gobiernos y las relaciones internacionales, sino también a las empresas y sus estrategias en toda sus escalas de negocios.
Hoy como nunca antes, la capacidad de liderar con éxito en estos entornos requiere un enfoque multifacético, que combine la comprensión cultural, la resiliencia, la adaptación constante y la capacidad de anticipar escenarios futuros.
Trabajando como coach ejecutivo de CEOs y alta gerencia en dieciocho países, advierto algunas tendencias clave que afectan a los líderes de hoy. En muchos casos, es por un déficit de las habilidades necesarias para prosperar en tiempos de incertidumbre.
Sin ánimo de ser un analista de la geopolítica, aunque apalancado en mi experiencia de más de treinta años acompañando y formando líderes, aquí van algunos aspectos que los profesionales y las organizaciones pueden tener en cuenta.
3 preguntas para adaptarse al futuro del blockchain
El primer paso hacia un liderazgo eficaz en tiempos de incertidumbre es comprender el panorama geopolítico.
Esto implica identificar las tendencias emergentes que pueden afectar tanto a las operaciones empresariales como a las relaciones internacionales. La capacidad de anticipar estos cambios y adaptar las estrategias en consecuencia es vital para mitigar riesgos y aprovechar oportunidades en un entorno global incierto.
Además de trabajar este cambio de mindset en uno mismo, en los accionistas y en cada colaborador de nuestros negocios, es fundamental dedicar espacio para desarrollar una mirada más amplia y abarcativa de lo que sucede, en tiempo real.
Aquí van algunas herramientas:
Por ejemplo, la inteligencia adaptativa, la multiculturalidad y la inclusión son elementos clave para fomentar una visión holística en los equipos globales.
Para ello, fomentar la agilidad organizativa y la robustez permitirá a las empresas mantener sus operaciones fluidas y los negocios funcionando lo mejor posible, incluso en entornos volátiles.
No hay efectividad sin afectividad: la empatía es el componente esencial de esta era, para mejorar los vínculos y desatar el potencial del talento. Recién entonces, la efectividad de esta comunicación marcará la diferencia entre una respuesta adecuada o fallida ante eventos imprevistos.
Además, las alianzas estratégicas flexibles, que no nos aten si las cosas salen de su cauce y el mundo cambia, permiten a las empresas diversificar riesgos y aumentar la flexibilidad para pivotar rápidamente ante crisis.
Al hacerlo, lograrán una mayor sinergia y en la resolución efectiva de problemas.
Entrenar a los líderes en habilidades emocionales y multiculturales permite aprovechar la diversidad como una fortaleza.
La sugerencia es que cada tres meses hay que hacer entrenamientos a medida -no comprar enlatados-, que permitirá que el equipo directivo esté en lo más alto y lo más nuevo en cuanto a competencias a reforzar o desarrollar.
Si no utilizas a la tecnología como aliada, y al talento para tareas estratégicas y no solo operativas, estás desperdiciando dinero, tiempo y recursos. Y avanzarás mucho más lento.
Herramientas como la Big Data, la simulación de escenarios, la inteligencia artificial y la realidad aumentada para visualizar perspectivas, ayudan a los líderes a tomar decisiones más informadas y rápidas.
Esto pueden complementarlo con dashboards en tiempo real que permiten ajustes ágiles a medida que se despliegan los planes.
Adaptarse al futuro: estas son las habilidades imprescindibles para comunicadores en la era digital
El liderazgo del futuro tiene tres características específicas en este momento del mundo: debe ser consciente, adaptable y alineado con las necesidades tecnológicas y humanas.
Los líderes deben aspirar a un equilibrio entre los objetivos empresariales y la responsabilidad social global, integrando la tecnología de manera ética y efectiva, sin perder de vista el componente humano.
El liderazgo consciente observa el impacto que tiene cada decisión no solo en términos económicos y financieros, sino colocando al talento y a las personas en el centro.
La adaptabilidad es una mentalidad que se puede desarrollar. Transformar modelos mentales rígidos e inflexibles por otros moldeables, utilizando la función de la neuroplasticidad del cerebro, será de utilidad para el entrenamiento de líderes en forma continua.
En cuanto a lo tecnológico, cada vez más empresas están reforzando sus equipos de IT de avanzada, para facilitar procesos, reemplazar el trabajo manual en muchas tareas repetitivas y destinar a esos talentos a que puedan pensar más estratégicamente, y ampliar sus dimensiones laborales como las conocieron hasta ahora.
Por eso, en un enfoque de los recursos humanos, es esencial entrenar al personal en estas transiciones, para que se hagan con el menor impacto posible.
Así, progresivamente, las personas en altos niveles de decisión alcanzarán un alto vuelo en su liderazgo más acorde con lo que necesita el desafiante mundo actual; adquirirán una visión geopolítica global de avanzada, y estarán más adelante mediante su espacio mental abierto a lo nuevo, mejores conocimientos -que no solo se adquieren académicamente- y entrenados para conducir aún en los escenarios más desafiantes.