Emprender significa trabajar con personas y confiar en ellas. Sin embargo, tarde o temprano alguien que jamás esperaste te dará la espalda y no podrás hacer nada para evitarlo. ¿O sí?
De un día para otro, ella dejó de contestar el teléfono, los mensajes por WhatsApp y los correos. También dejó de pagarle por sus servicios.
Sin alguna explicación, después de más de ocho años de una relación de amistad y de trabajo, la importante empresaria cortó de tajo con aquel joven al que llamaremos Mikel, quien se encargaba de sus relaciones públicas como freelancer.
Aún recuerdo muy bien la llamada de Mikel, amigo mío de muchos años, para contarme. Su voz era un hilo de tristeza e incredulidad. No entendía qué había pasado, qué había hecho mal o por qué ella no pudo hablarle de frente y decirle lo que sucedía. Se sentía defraudado.
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En más de 23 años como periodista de negocios, muchos emprendedores y empresarios me han contado historias de terror sobre la manera en que han sido traicionados: les han robado su empresa, los han acusado de fraude y metido a la cárcel, los han vilipendiado, cuando se suponía que eran amigos, aliados de confianza.
Al final de cuentas emprender es trabajar con personas y confiar en ellas. Lo sé. Pero también sé que como empleado o como emprendedor, como amigo, nadie te salvará de enfrentarte a la decepción más grande: que la persona en quien más confías te mienta, te engañe o te abandone. A mí también me ha pasado con personas de mi equipo, con clientes y con jefes.
Cuando alguien te defrauda te destruye la confianza en los demás, pero también en ti mismo. Siempre te queda la duda de que fuiste tú el que falló y de que fue tan grave que ni siquiera te merecías una explicación.
Cuando Mikel me contó su historia no supe qué decirle para que se sintiera mejor. Sólo le aconsejé que mandara un último correo explicando sus sentimientos, agradeciendo el tiempo y experiencias compartidas, y despidiéndose para siempre de esa empresaria y amiga. Y después a soltarlo y a seguir adelante.
¿Qué más puedes hacer? ¿No volver a confiar en nadie nunca?
Chloe Rattray, autora del libro Sacré Noir, dice que esa no es una opción:
“La gente no siempre es lo que tú quieres que sean. A veces te decepcionan o te defraudan, pero primero tienes que darles una oportunidad.”
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Dicen que somos la única especie que tropieza dos (o mil) veces con la misma piedra. En el caso particular de volver a tropezar con una persona que, tarde o temprano, te defraudará no creo que exista una fórmula infalible para evitarlo.
Puedes volverte más observador, más intuitivo con las personas, pero nada te asegura que no te volverás a topar –y a confiar– en alguien que luego te decepcionará.
Por supuesto que no todos piensan como yo. Ted Gioia, autor del blog The Honest Broker, asegura haber encontrado ocho maneras para detectar de forma infalible el carácter de una persona y, por lo tanto evitar, confiar en ella. Algunos de sus consejos me parecen muy útiles e, incluso, los he puesto en práctica, como observar la manera en que la persona trata a un mesero o si tiene la capacidad de escuchar.
Aún así, insisto, nadie te salva de volverte a topar con otro defraudador potencial.
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Por eso, me enfocaré en lo que creo que podemos hacer para superar este sentimiento de traición, volver a confiar y seguir adelante.
Si bien vale la pena ser más observadores con las personas antes de comprometernos en algún proyecto importante, también hace falta trabajar en poner límites muy claros en todas nuestras relaciones. Tú sabes hasta dónde permites abusos, sean pequeños o grandes.
Al final de cuentas, como dice la escritora Kamand Kojouri:
“La decepción es una bendición. Si nunca hubieras estado decepcionado, nunca sabrías lo que es importante para ti.”