Hoy todo el mundo habla de mindfulness, pero pocos entienden que se trata de una práctica vital de atención plena que te ayuda contra el burnout, a evitar el agotamiento, pero también a tener mayor agilidad mental. Aprende aquí a dejar la mente de mono y a desarrollar una mente de águila.
Carlota es una ejecutiva todo terreno. Siempre esta al pie de cañón. Nunca se quiebra. Tiene 35 años, es soltera y sin hijos. Vive para trabajar y hace hasta lo imposible por dar resultados y no fallarle a su equipo de 40 personas.
Es directora de marketing en una empresa de consumo de más de 10,000 colaboradores en la que, después de dos años de pandemia, de mucho estrés y cansancio acumulado, está empezando a cometer muchos errores.
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Su equipo está mostrando signos de agotamiento, de estrés y hasta hay algunos casos de depresión. Carlota no sabe cómo apagar tantos fuegos a la vez.
En un taller virtual de bienestar integral que impartí a través de PAUSAS para esta empresa de consumo, Carlota conectó con su quema emocional y explotó.
Por enfocarse sólo en el trabajo, hace mucho que perdió la conexión con su madre. No le llama, no sabe cómo está, no le cuenta lo que le pasa. “Me hace falta mi mamá”, se atreve a decir frente a su equipo y, entre lágrimas, parece estar a punto de desmoronarse. “Ahora entiendo que el trabajo no es todo en mi vida.”
El caso de Carlota se parece al de miles de líderes de equipos que están pasando por lo mismo: están agotados, han perdido el foco en el alcance de sus objetivos y están al borde de la depresión.
Lo que le pasa a Carlota es que está en modo “mente de mono”, es decir, su cerebro salta de una cosa a otra, de un pendiente a otro, pero no concreta ni termina nada. Su mente está fatigada, saturada y llena de fugas mentales. Está en todo, pero no está en nada.
Por eso no es casualidad que los niveles de productividad en las empresas estén por los suelos. El 2021 cerró con el nivel de productividad más bajo de la última década en México.
Lo que líderes como Carlota necesita es llevar a su mente al “modo águila”, es decir, donde pueda tener una vista panorámica y estratégica desde lo alto para poder visualizar con claridad dónde están los asuntos urgentes, dónde la planeación estratégica, dónde las cosas que no son necesarias para poder alcanzar sus objetivos.
Es aquí donde entra el mindfulness como una práctica vital para pasar de la mente de mono a la mente de águila.
Mindfulness puede definirse como la acción de prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación.
La palabra mindfulness es también una de las primeras traducciones que se hicieron de la palabra “sati” en pali, un idioma vernacular similar al sánscrito que se hablaba en la época en que Buda comenzó a enseñar hace 2500 años.
Sati es la nominalización del verbo “sarati” que significa rememorar o recordar. Puesto que recordar es precisamente traer al presente, en su concepción última sati o mindfulness es la capacidad humana básica de poder estar en el presente y de “recordarnos” estar en el presente, es decir, constantemente estar volviendo al aquí y ahora.
Uno de los principales beneficios del mindfulness es que te conecta con tu alimento primario: los momentos y las personas que te hacen perder la noción del tiempo y sentirte pleno, como cuando eras niño y jugabas sin pensar en nada más o, como le pasó a Carlota, al recordar a su mamá y su conexión con ella.
Joshua Rosenthal, director y fundador del Institute for Integrative Nutrition de Nueva York, (escuela de nutrición holística fundada en 1992), fue el primero en utilizar este término. El concepto de alimento primario hace referencia a todo aquello que nos nutre fuera del plato, que nos alimenta de manera más sutil.
Tu alimento primario puede hacer que pierdas la noción del tiempo, te conecta con el momento presente y con tu esencia, te revitaliza y te empodera. Te hace vibrar.
Esta conexión se va perdiendo cuando dejamos de ser niños y nos vamos metiendo cada vez más en el mundo adulto y laboral, donde nos impactan las obligaciones, el estrés y las presiones. Es una desconexión contigo mismo que provoca que dejes de producir serotonina (un neurotransmisor muy relacionado con el control de las emociones y el estado de ánimo) y te puede llevar a una depresión.
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Si te sentiste identificada con la historia de Carlota y quieres ayudarte y ayudar a tu equipo a reconectarse con su alimento primario y comenzar a practicar el mindfulness aquí te comparto 5 pasos:
Josua Rosenthal ha dicho que cuanto más observaba el comportamiento humano, más se convencía de que la clave para la salud es comprender las necesidades individuales de cada persona, en lugar de seguir un conjunto de reglas predeterminadas.
Para este experto, hay mucha evidencia de que tener relaciones felices, una carrera satisfactoria, una rutina de ejercicios y una práctica espiritual son aún más importantes para la salud que una dieta diaria. Esto lo aprendió en carne propia la Carlota de nuestra historia.
“Puedes comer todo el brócoli y el arroz integral del mundo, pero si te sientes aislado y solo, no vivirás la vida a plena capacidad”, dice Rosenthal.
¿Estás lista/o para comenzar tu práctica de mindfulness y recuperar tu alimento primario?
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