La productividad es un concepto que ayuda a medir la eficiencia de un colaborador o equipo al interior de una empresa para alcanzar objetivos medibles y específicos. Te compartimos algunas recomendaciones que te ayudarán a mejorar tu enfoque.
En los espacios de trabajo es muy común escuchar la palabra “productividad”, pero, ¿cómo podemos definirla de manera simple? La Society for Human Resource Management (SHRM) explica que esta se relaciona con la eficiencia con la que una organización utiliza su fuerza laboral o recursos humanos para lograr sus metas y objetivos.
Esto también implica maximizar la producción o los resultados generados por individuos o grupos dentro de una empresa considerando factores como habilidades, conocimientos, experiencia, motivación y el bienestar general de los colaboradores.
La productividad también enmarca la importancia de gestionar a los colaboradores para lograr un crecimiento y una competitividad sostenibles.
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Existen diferentes tipos de productividad laboral que se centran en diversos aspectos del desempeño de las personas y los equipos en un entorno laboral.
Estas métricas ayudan a evaluar y mejorar la eficiencia, la eficacia y el rendimiento en el lugar de trabajo. A continuación te compartimos algunos tipos comunes de productividad, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo.
Esta mide la producción, el desempeño o las tareas completadas por un colaborador en lo individual dentro de un período de tiempo específico. Evalúa la eficiencia con la que un empleado cumple con sus responsabilidades.
En este caso particular se evalúa el resultado combinado y la eficacia de un equipo o grupo de colaboradores que trabajan juntos para lograr objetivos comunes. Se centra en el desempeño colaborativo.
La productividad de tareas específicas evalúa la eficiencia y eficacia de los colaboradores para completar tareas o asignaciones determinadas. Ayuda a identificar áreas de mejora en funciones laborales particulares.
Se centra en la eficacia con la que los colaboradores asignan su tiempo a las tareas y proyectos. Su objetivo es maximizar la productividad optimizando el uso del tiempo.
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Si quieres ser más productivo en la oficina, toma nota de las siguientes recomendaciones.
Utilizar la Matriz de Eisenhower para clasificar las tareas en cuatro cuadrantes puede ser de gran ayuda.
– Urgente e importante
– Importante pero no urgente
– Urgente pero no importante
– Ni urgente ni importante
Concentrarse primero en las tareas “urgente e importante” ayudará a maximizar la productividad.
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Esta técnica implica trabajar en intervalos concentrados de 25 minutos (Pomodoros) seguidos de un descanso de 5 minutos. Después de completar cuatro Pomodoros, se recomienda tomar un descanso más largo (por ejemplo, de 15 a 30 minutos). Esta técnica ayuda a mantener la concentración y la productividad.
Definir objetivos INTELIGENTES para las tareas y proyectos puede ser de gran ayuda, siempre y cuando estos sean específicos, alcanzables, relevantes y con plazos determinados.