Las nubes lenticulares se forman cerca de los volcanes y siempre circula el aire en ellas. A esto se le debe su forma elíptica.
La nubes lenticulares forman un curioso paisaje en el cielo que hacen vibrar sus colores y que ofrecen a sus testigos un nuevo escenario al que fotografíar.
De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), este tipo de formaciones se distinguen por su forma de almendra. A menudo son muy alargadas y de contornos bien definidos.
“Estas nubes pueden observarse en regiones en las que no existe un relieve marcado”.
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El Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM explicó que este fenómeno se forma cuando el aire que se mueve sobre las montañas se enfría de tal forma que permite la condensación. Las nubes lenticulares pueden observarse a menudo más cerca de algunos volcanes.
El nombre científico de estas formaciones es “altocumulus lenticularis” y el aire siempre circula en su interior, por lo tanto, su forma tan especial se debe al rol del viento.
#Explorando_la_Atmósfera: NUBES LENTICULARES
— Instituto de Ciencias de la Atmósfera y CC (@ICAyCC_UNAM) December 4, 2015
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☁¿Qué son las Nubes Lenticulares? ☁
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El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) ofrece varias clasificaciones de nubes, algunas de ellas se basan en su altura y otras en su forma. Sin embargo, también dividen estos fenómenos por género. Estos son 5 de los más conocidos.
“Las nubes se clasifican en diez tipos principales denominados géneros, estos a su vez se subdividen en especies y variedades. Por esta razón se dice que las nubes son como las familias, y cada una de ellas tiene su nombre y apellido”.
Son nubes separadas en forma de filamentos blancos y delicados. También toman forma de bancos o de franjas estrechas. Son blancas del todo o en su mayor parte.
El Atlas Internacional de Nubes comenta que este tipo de formaciones están compuestas casi exclusivamente de cristales de hielo. A menudo el observador ve el brillo de estos cristales a la luz del sol. Cuando se producen fenómenos de halo, habitualmente se limitan al halo pequeño.
Forman una capa delgada de nubes blancas. Carecen de sombras propias ya que están compuestas de elementos muy pequeños en forma de ondas. La mayoría de sus elementos tienen un diámetro inferior a un grado. “Son señales de corrientes en chorro y turbulencia”.
Según la OMM el Cirrocumulus está compuesto casi exclusivamente de cristales de hielo. Si bien pueden formarse gotitas de agua subfundida, estas suelen ser sustituidas rápidamente por estos materiales.
El observador tiene la impresión de volar rodeado de una niebla tenue. Es posible que se produzca turbulencia leve, salvo en el caso del “Cirrocumulus castellanus“, donde su intensidad puede ser mayor. El único fenómeno de halo que puede observarse es el halo de 22°.
Es un velo nuboso transparente y fino. Tiene aspecto fibroso, el IMN menciona que tiene un aspecto similar al del cabello. Cubre total o parcialmente el cielo y deja pasar la luz del sol y la luna.
El Atlas Internacional de Nubes explica que el cirrostratus suele presentarse por encima de los 3 km (10 mil pies) en regiones polares o a 5 km (16 mil 500 pies) en regiones templadas y 6 km (20 mil pies) en regiones tropicales.
A menudo estas nubes se componen de varias capas. Además, en la región inferior de la nube puede producirse turbulencia leve, especialmente cerca de la base.
“Forma una capa nubosa grisácea o azulada. Es de aspecto estriado, fibroso o uniforme, que cubre total o parcialmente el cielo. Presenta partes suficientemente delgadas para dejar ver el sol”.
Vista desde abajo, estas nubes son casi planas y se ven difusas por la precipitación de lluvia o nieve. Sin embargo, esta llega al suelo. Algunas partes de la capa nubosa son tan delgadas que permiten que el Sol se perciba a través de ellas.
Tiene nubes blancas o grises que poseen sombras propias. Son reconocidas por tener forma de algodón y tienen un aspecto “fibroso o difuso”. Forman el popular “cielo empedrado”.
De acuerdo con la Asociación Meteorológica Española, estas formaciones están formadas por diminutas partículas de agua líquida o hielo que se encuentran suspendidas en la atmósfera.
Pueden contener partículas de agua líquida o hielo de mayores dimensiones. Incluso se conforman de partículas líquidas no acuosas o partículas sólidas procedentes, por ejemplo, de gases industriales, humo o polvo.