La lepra ya no es problema de salud público, pero los casos en el país están creciendo. Entérate qué, sus síntomas y su tratamiento.
La lepra, también conocido como el mal de Hansen es una infección bacteriana crónica causada por la bacteria Mycobacterium leprae. La enfermedad afecta la piel y el sistema nervioso, el tracto respiratorio y los ojos.
Actualmente en México están subiendo los números de contagios por lo que la Secretaría de Salud emitió una alerta sanitaria en la que la institución explicó que hay 300 casos de esta enfermedad en 28 estados del país.
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Algunos de los síntomas de la enfermedad incluye: deblibidad muscular, hormigueo en manos y pies, dolor en las articulaciones, decoloración de piel, y lesiones cutáneas.
La lepra es curable a través de un tratamiento que combina tres medicinas: dapsona, rifampicina y clofazimina. El tratamiento es largo y tiene una duración mínima de seis meses, aunque se podría extender hasta dos años.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) junto con la OPS (Orgaización Panamericana de Salud) dona de manera anual las medicinas que se utilizan para la poliquimitoterapia (PQT) que tratan la enfermedad en México.
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Conseguir tratamiento a tiempo es primordial para evitar que la enfermedad se complique. En caso de no tratar a tiempo el padecimiento, puede causar ceguera, la reducción de movilidad de alguna extremidad o incluso su mutilación.
Sí. La lepra es una infección que se contagia a través de la expulsión de gotículas de nariz y boca. Es decir, se puede contagiar a través de estornudos, tos, el contacto con saliva.
Sin embargo, no es igual de contagiosa que el COVID-19. Por lo que es necesario tener contacto frecuente por un tiempo bastante prolongado con algún paciente que no esté bajo tratamiento para contraer la enfermedad.